Por Nelson Santana y Emmanuel Espinal
6 de diciembre de 2025
Anterior: 16 contra la violencia, memorias dominicanas: «Mamá Tingó» Florinda Soriano
El 25 de noviembre no es una fecha cualquiera. Es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, declarado en memoria de Las Hermanas Mirabal —Minerva, Patria y María Teresa—, asesinadas el 25 de noviembre de 1960 por la dictadura de Trujillo. Desde entonces, organizaciones en todo «16 Días de Activismo», que culmina el 10 de diciembre, Día de los Derechos Humanos. Ese arco temporal recuerda una verdad esencial: la violencia contra las mujeres es una violación de derechos humanos.
ESENDOM se suma con una serie especial de 16 entregas —una por día— para nombrar, recordar y exigir. Honramos a Mamá Tingó (Florinda Soriano Muñoz), lideresa campesina asesinada por defender la tierra; a Lucrecia Pérez Matos, migrante dominicana asesinada en España en un crimen de odio; y a casos recientes que movilizaron conciencias como Emely Peguero. No son estadísticas: son vidas, familias y comunidades marcadas por femicidios, agresiones, impunidad y desprotección institucional.
Nuestra apuesta es clara: la violencia contra las mujeres debe cesar. Durante estos 16 días, ofreceremos perfiles breves, contexto histórico, claves legales y llamados a la acción para que cada lectura se convierta en memoria activa y compromiso ciudadano. Te invitamos a leer, compartir, educar y exigir políticas efectivas de prevención, protección y justicia.
Porque recordar es un acto de amor y de responsabilidad. Por ellas y por todas: ni una menos.
Esta serie no establece un ranking. El orden responde a criterios editoriales y cronológicos. Honramos a cada mujer con igual respeto. La violencia contra las mujeres debe cesar.
Serie ESENDOM «16 días por ellas» (25 de noviembre–10 de diciembre)
Introducción
La doctora Andrea Evangelina Rodríguez Perozo representa una intersección única en la historia dominicana: médica pionera, reformadora social y víctima del autoritarismo. Primera mujer graduada de Medicina en 1911, esta ginecóloga y salubrista estableció en San Pedro de Macorís una red revolucionaria de servicios materno-infantiles. Su oposición abierta al régimen de Trujillo resultó en persecución, tortura en la Fortaleza México y abandono en un camino cerca de Hato Mayor. Falleció el 11 de enero de 1947. En esta serie de ESENDOM sobre 16 mujeres víctimas de violencia, su figura emerge como médica visionaria cuya vida encarnó la resistencia.
Porque es relevante hoy
Su trabajo anticipa desafíos contemporáneos: mortalidad materna, desigualdad en salud reproductiva, estigmatización de trabajadoras sexuales y protección de activistas. Evangelina comprendió que la salud pública trasciende lo clínico para abarcar educación, nutrición y derechos. Su historia ilustra cómo la violencia estatal se convierte en violencia de género cuando castiga a mujeres que desafían el orden establecido. Integrarla al currículo y espacios públicos significa justicia histórica y modelos tangibles para las nuevas generaciones.
Que hizo / Qué la convierte en símbolo
Primera médica dominicana (graduada 1911, título convalidado 1919), enfrentando barreras raciales y de género. Especializada en París en obstetricia, pediatría y ginecología en la Maternité Baudelocque y Clínica Broca con Jean Louis Faure (1920-1925). Creó «La Gota de Leche», Banco de Leche Materna, dispensarios lácteos, clínicas de vacunación y programas contra infecciones de transmisión sexual. Promovió educación sexual escolar, planificación familiar y atención prenatal gratuita para mujeres pobres y zonas de prostitución. Confrontó la dictadura trujillista, sufriendo persecución y tortura hasta su muerte. Fue autora de Granos de polen (1915) y Le Guérisseur: Cuento Chino Bíblico Filosófico de Moral Social; divulgadora de higiene y salud comunitaria en la revista Fémina.
Ficha biográfica
Nombre: Andrea Evangelina Rodríguez Perozo
Nacimiento: 10 de noviembre de 1879, San Rafael del Yuma, La Altagracia
Muerte: 11 de enero de 1947; abandonada cerca de Hato Mayor tras tortura
Formación: Instituto de Señoritas (1902); Medicina UASD (1903-1911); título 1919 Enciclopediadominicana; especializaciones París (1920-1925) Enciclopediadominicana
Obra social: Gota de Leche, Banco de Leche Materna WikipediaEnciclopediadominicana, vacunación, Sociedad Protectora de la Maternidad y la Infancia
Obras escritas: Granos de polen (1915); Le Guérisseur PlanleaEnciclopediadominicana; colaboraciones en Fémina
Reconocimientos: Hospitales, centros de salud y escuelas; calle en Santo Domingo; centro comunitario INTEC
Biografía ampliada (narrativa)
Nacida en pobreza, criada por su abuela Tomasina Suero de Rodríguez, marchanta en San Pedro de Macorís, ya que su madre, Felipa Perozo, y su padre, Ramón Rodríguez, negociante adinerado y ex oficial en el gobierno de Pedro Santana, la abandonaron cuando niña. A los seis años vendía gofio para financiar sus estudios. El poeta Rafael Alfredo «Pepe Cándido» Deligne, junto a Salomé Ureña y Anacaona Moscoso, reconocieron su talento e impulsaron su educación. El 19 de octubre de 1903 ingresó a la Escuela de Medicina; se graduó en 1911 con tesis sobresaliente sobre «Niños con excitación cerebral». Por prejuicios raciales y de género, obtuvo su título profesional el 21 de abril de 1919.
Practicó medicina durante la ocupación estadounidense (1916-1924), comprendiendo las limitaciones de la práctica clínica aislada. En 1920 viajó a París, formándose en la Maternité Baudelocque y Clínica Brocá. Regresó en 1925 con diplomas y un programa transformador. Estableció consultorio en barrios populares de San Pedro, fundando la iniciativa «Gota de Leche»: distribución láctea para lactantes pobres, control materno-infantil, capacitación de comadronas y educación sobre planificación familiar cuando estos temas eran tabú. Abordó las infecciones de transmisión sexual desde la salud pública, atendiendo a trabajadoras sexuales sin prejuicios.
Académicos han publicado libros, ensayos y artículos sobre la higiene y salud pública durante la época de Trujillo, y la Dra. Rodríguez fue una de las personas que aportó su grano de arena. Su autonomía intelectual la enfrentó al trujillismo. En 1935 sobrevivió golpizas policiales por no agradecer adecuadamente a Trujillo en un reconocimiento por su ensayo «Medicina social y protección de la especie». Fue detenida, interrogada y torturada en la Fortaleza México de San Pedro, luego abandonada en un camino desierto cerca de Hato Mayor. Murió el 11 de enero de 1947. La prensa minimizó su fallecimiento; la Acción Feminista Dominicana, alineada con el régimen, borró su nombre de registros oficiales. Sin embargo, su legado perduró en cada madre atendida, comadrona formada y niña educada en higiene.
Décadas después, su figura resurgió: hospitales, escuelas y calles honran su memoria. Su historia se enseña como ejemplo de ciencia con valentía y ética inquebrantable.
Conclusión
Evangelina Rodríguez no fue simplemente una mártir, sino arquitecta fundamental de la salud pública dominicana que pagó con su vida el compromiso con la libertad de pensamiento y servicio. Víctima de violencia política con sesgo misógino, simultáneamente creó sistemas que continúan salvando vidas. Su legado exige tres acciones: memoria histórica completa, políticas públicas centradas en maternidad segura y educación sexual, y protección para quienes defienden derechos. En «16 días por ellas», Evangelina transmite un mandato claro: que la próxima niña que venda dulces para estudiar encuentre una nación donde ciencia, dignidad y justicia sean norma, no excepción.
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