Por Nelson Santana y Emmanuel Espinal
29 de noviembre de 2025
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El 25 de noviembre no es una fecha cualquiera. Es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, declarado en memoria de Las Hermanas Mirabal —Minerva, Patria y María Teresa—, asesinadas el 25 de noviembre de 1960 por la dictadura de Trujillo. Desde entonces, organizaciones en todo «16 Días de Activismo», que culmina el 10 de diciembre, Día de los Derechos Humanos. Ese arco temporal recuerda una verdad esencial: la violencia contra las mujeres es una violación de derechos humanos.
ESENDOM se suma con una serie especial de 16 entregas —una por día— para nombrar, recordar y exigir. Honramos a Mamá Tingó (Florinda Soriano Muñoz), lideresa campesina asesinada por defender la tierra; a Lucrecia Pérez Matos, migrante dominicana asesinada en España en un crimen de odio; y a casos recientes que movilizaron conciencias como Emely Peguero. No son estadísticas: son vidas, familias y comunidades marcadas por femicidios, agresiones, impunidad y desprotección institucional.
Nuestra apuesta es clara: la violencia contra las mujeres debe cesar. Durante estos 16 días, ofreceremos perfiles breves, contexto histórico, claves legales y llamados a la acción para que cada lectura se convierta en memoria activa y compromiso ciudadano. Te invitamos a leer, compartir, educar y exigir políticas efectivas de prevención, protección y justicia.
Porque recordar es un acto de amor y de responsabilidad. Por ellas y por todas: ni una menos.
Esta serie no establece un ranking. El orden responde a criterios editoriales y cronológicos. Honramos a cada mujer con igual respeto. La violencia contra las mujeres debe cesar.
Yanelis Arias: un ramo, un ácido y un país que dijo «basta»
Serie ESENDOM «16 días por ellas» (25 de noviembre–10 de diciembre)
Introducción
Yanelis Arias fue atacada con «ácido del diablo» en su vivienda de Conuco, Tenares (provincia Hermanas Mirabal) el 20 de agosto de 2021. Murió 14 días después, tras una lucha médica en la Unidad de Quemados del Hospital Dr. Ney Arias Lora. El agresor llegó disfrazado de mensajero, con un ramo de flores para camuflar la emboscada. Su nombre sacudió a la opinión pública, movilizó a comunidades y presionó a las autoridades para investigar, capturar y sancionar. La recordamos dentro de los 16 días de activismo (25 de noviembre al 10 de diciembre) para afirmar lo esencial: la violencia contra las mujeres debe cesar.
Por qué es relevante hoy
El caso de Yanelis evidenció un problema complejo: ataques con sustancias corrosivas que requieren respuestas coordinadas de prevención, salud y justicia. Su historia empujó debates sobre control y trazabilidad en la venta de químicos, protocolos médicos para grandes quemaduras y penas ejemplares para agresores. También reveló la dimensión transnacional de la violencia: Yanelis había regresado recientemente al país desde Estados Unidos, y su muerte resonó en la comunidad en el exterior. Recordarla entre el 25 de noviembre y el 10 de diciembre es insistir en verdad, justicia y no repetición—con políticas medibles que reduzcan riesgos y atiendan a sobrevivientes.
Qué hizo / Qué la convierte en símbolo
Yanelis no era dirigente política ni activista pública: era una mujer que abrió la puerta de su casa. Precisamente por eso, su asesinato se convirtió en símbolo de alerta nacional: la violencia puede presentarse disfrazada de gesto romántico. Su caso activó recompensas ciudadanas para dar con los responsables, una investigación penal que avanzó con rapidez y un juicio que concluyó con 30 años de prisión para el autor material. Hoy su nombre impulsa campañas de prevención, mejor regulación de corrosivos y un periodismo que informa sin morbo y con enfoque de derechos.
Ficha biográfica
Nombre: Yanelis Arias López
Hecho: Ataque con «ácido del diablo» al abrir su puerta a un supuesto mensajero
Lugar y fecha del ataque: Conuco, Tenares — 20 de agosto de 2021
Fallecimiento: 3 de septiembre de 2021 (tras 14 días hospitalizada)
Atención médica: Unidad de Quemados, Hospital Dr. Ney Arias Lora (Santo Domingo)
Causa de muerte: Shock séptico por infecciones derivadas de quemaduras
Imputado condenado: Agustín de Jesús Pimentel Luna (alias «Caché»)
Resultado judicial: 30 años de prisión y RD$7 millones de indemnización a la familia; prisión en CCR La Isleta (Moca)
Tipo de violencia: Feminicida, con sustancias corrosivas
Familia: Dejó hijos en la orfandad
Cómo se le recuerda: Caso emblemático que impulsó reclamos de regulación, atención integral y sanción
Biografía ampliada
La secuencia de los hechos es precisa y trágica. El 20 de agosto de 2021, una llamada anunció la entrega de flores. Al abrir, el supuesto repartidor lanzó una mezcla corrosiva conocida como «ácido del diablo», que impactó rostro, brazos y torso. Vecinos y familiares auxiliaron a Yanelis y gestionaron su traslado a Santo Domingo, donde ingresó a la Unidad de Quemados Dr. Ney Arias Lora. Allí, el equipo médico advirtió sobre riesgos típicos de estos casos—shock séptico o tromboembolismo pulmonar—y, tras dos semanas de cuidados, no fue posible salvar su vida.
Mientras la familia y la comunidad exigían justicia, la Policía Nacional identificó al presunto autor del crimen, Agustín de Jesús Pimentel Luna («Caché»), y emitió orden de arresto. La presión social creció con recompensas ofrecidas por juristas y ciudadanos—el abogado Félix Portes ofreció inicialmente RD$100,000 y las contribuciones sumaron más de RD$260,000—para recabar información que condujera a su captura. Tras su aprehensión, el Juzgado de la Instrucción impuso tres meses de prisión preventiva en el CCR La Isleta (Moca) como medida de coerción mientras avanzaba la investigación.
El Ministerio Público presentó un caso robusto: videos, testimonios y peritajes que describían la premeditación y la emboscada—el uso del ramo de flores para acercarse sin levantar sospechas—y la gravedad de las lesiones. En juicio, el tribunal colegiado de Hermanas Mirabal acogió la acusación y dictó 30 años de prisión contra el imputado, además de siete millones de pesos de indemnización a favor de los familiares y el pago de costas. La sentencia tipificó actos de tortura y barbarie con premeditación y acechanza, conforme al Código Penal modificado por la Ley 24-97.
El recorrido judicial no devuelve la vida, pero sí envía mensajes: la agresión con corrosivos no quedará impune; la sociedad no tolerará la banalización del mal ni la normalización de prácticas de control y castigo sobre las mujeres. A la par, su caso dejó lecciones de política pública: urge reforzar controles a la venta de químicos, garantizar trazabilidad, capacitar primeros respondientes y asegurar atención integral (médica, psicológica y jurídica) para sobrevivientes y familias.
Conclusión
Yanelis Arias nos recuerda que la violencia puede llegar con un timbre y un ramo. Por ella y por tantas, esta serie exige un triángulo de acción: prevención (regulación efectiva y educación), protección (rutas claras, refugios y salud integral) y justicia (investigación, sanción e indemnización). Nombrarla entre el 25 de noviembre y el 10 de diciembre no es solo duelo: es un mandato para cerrar los vacíos que permiten estas agresiones y para medir—con datos y presupuesto—las políticas que salvan vidas. En la tierra de Las Mariposas, la memoria de Yanelis nos convoca a no abrirle la puerta a la impunidad.
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