Por Nelson Santana y Emmanuel Espinal
27 de noviembre de 2025
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El 25 de noviembre no es una fecha cualquiera. Es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, declarado en memoria de Las Hermanas Mirabal —Minerva, Patria y María Teresa—, asesinadas el 25 de noviembre de 1960 por la dictadura de Trujillo. Desde entonces, organizaciones en todo «16 Días de Activismo», que culmina el 10 de diciembre, Día de los Derechos Humanos. Ese arco temporal recuerda una verdad esencial: la violencia contra las mujeres es una violación de derechos humanos.
ESENDOM se suma con una serie especial de 16 entregas —una por día— para nombrar, recordar y exigir. Honramos a Mamá Tingó (Florinda Soriano Muñoz), lideresa campesina asesinada por defender la tierra; a Lucrecia Pérez Matos, migrante dominicana asesinada en España en un crimen de odio; y a casos recientes que movilizaron conciencias como Emely Peguero. No son estadísticas: son vidas, familias y comunidades marcadas por femicidios, agresiones, impunidad y desprotección institucional.
Nuestra apuesta es clara: la violencia contra las mujeres debe cesar. Durante estos 16 días, ofreceremos perfiles breves, contexto histórico, claves legales y llamados a la acción para que cada lectura se convierta en memoria activa y compromiso ciudadano. Te invitamos a leer, compartir, educar y exigir políticas efectivas de prevención, protección y justicia.
Porque recordar es un acto de amor y de responsabilidad. Por ellas y por todas: ni una menos.
Esta serie no establece un ranking. El orden responde a criterios editoriales y cronológicos. Honramos a cada mujer con igual respeto. La violencia contra las mujeres debe cesar.
María Teresa Mirabal: juventud, ciencia y valentía en la resistencia
Serie ESENDOM «16 días por ellas» (25 de noviembre–10 de diciembre)
Introducción
Antonia María Teresa Mirabal Reyes (1935–1960) fue agrimensora y activista. La menor de las cuatro hermanas Mirabal, unió su formación científica y una determinación precoz a la causa contra la dictadura de Rafael L. Trujillo. Madre joven, estudiante brillante y organizadora audaz, María Teresa fue asesinada el 25 de noviembre de 1960 junto a Patria y Minerva. Su figura aporta un matiz esencial al tríptico de Las Mariposas: la juventud que no se resigna y convierte el aula, el hogar y la calle en espacio de resistencia.
Por qué es relevante hoy
María Teresa ensanchó el horizonte de la participación femenina en un contexto que relegaba a las mujeres al ámbito doméstico. Su perfil —mujer STEM (ciencia, tecnología, ingeniería, matemática), madre y militante— demuestra que la lucha por los derechos humanos no tiene edad ni encasillamientos. Su asesinato político, a los 25 años, recuerda que la violencia de Estado y el machismo se entrelazan para silenciar liderazgos jóvenes. Nombrarla del 25 de noviembre al 10 de diciembre es insistir en verdad, justicia y no repetición, y en el derecho de las niñas y jóvenes a estudiar, organizarse y decidir.
Qué hizo / Qué la convierte en símbolo
Inspirada por Minerva, María Teresa pasó de la indignación a la organización clandestina: participó en la conspiración de enero de 1959 que abonó el Movimiento 14 de Junio; sostuvo logística, reclutamiento y circulación de mensajes. Fue detenida y torturada en varias ocasiones (enero y marzo de 1960) en La Cuarenta y La Victoria, recibió una condena que luego se rebajó y fue encarcelada en agosto de 1960. Aun así, continuó. Su propia voz explica el temple: «Se arriesga la vida sin pensar en posibles beneficios personales… quizá lo que tenemos más cerca es la muerte, pero esa idea no me amedrenta: seguiremos luchando por lo justo». La combinación de ciencia, maternidad y militancia la vuelve símbolo de una ciudadanía que no pide permiso para existir.
Ficha biográfica
Nombre completo: Antonia María Teresa Mirabal Reyes de Guzmán
Nacimiento: Ojo de Agua (Salcedo), 15 de octubre de 1935
Muerte: La Cumbre, carretera Santiago–Puerto Plata, 25 de noviembre de 1960
Edad: 25 años
Ocupación/rol: Agrimensora (topógrafa), activista política
Tipo de violencia: Violencia política de Estado; asesinato extrajudicial
Responsables: Servicio de Inteligencia Militar (SIM) del régimen trujillista
Familia: Esposo, Leandro Guzmán (m. 1958); hija, Jacqueline (1959)
Cómo se le recuerda: Parte de «Las Mariposas»; referente del 25N; presencia en museos, murales y obras literarias y fílmicas
Biografía ampliada
Nacida en Ojo de Agua, provincia de Salcedo, María Teresa creció en una familia agricultora próspera y culta, hija de Mercedes Reyes Camilo y Enrique Mirabal. Siguió los pasos escolares de sus hermanas en el Colegio Inmaculada Concepción de La Vega y se graduó de bachiller en matemáticas en 1954, antes de iniciar estudios en la Universidad de Santo Domingo para convertirse en agrimensora. Ese trayecto la colocó como una joven mujer de ciencias en un país que empujaba a las mujeres a la docilidad. La precisión de la topografía, la disciplina del cálculo y el rigor del trazado dialogaban, en su vida, con un sentido temprano de justicia.
El 14 de febrero de 1958 se casó con el ingeniero Leandro Guzmán; un año después nació Jacqueline. Lejos de retirarla del espacio público, la maternidad reafirmó su horizonte político: el derecho de su hija —y de todos los niños— a crecer en libertad. En enero de 1959, junto a otras y otros conspiradores, colaboró en la articulación de los cimientos del Movimiento 14 de Junio, convencida de que la dictadura solo podía enfrentarse con unidad, organización y riesgo compartido.
Ese riesgo pronto se hizo concreto. El 20 de enero de 1960 fue detenida en Salcedo y liberada horas después; el 22 de enero la arrestaron de nuevo con Minerva y la condujeron a La Cuarenta, centro de torturas, y luego a La Victoria. Salió el 7 de febrero, pero el 18 de marzo volvió a prisión: un tribunal dictó cinco años, reducidos a tres en apelación. Fue encarcelada el 18 de agosto de 1960. En ese intervalo, la persecución no cesó: allanamientos, vigilancia, estigmatización. Tampoco cesó su decisión: retomar tareas y sostener a las familias de presos políticos.
El 25 de noviembre de 1960, tras visitar a sus esposos encarcelados, María Teresa, Minerva y Patria fueron interceptadas por agentes del SIM. Las golpearon y asesinaron, junto al chofer Rufino de la Cruz, y simularon un accidente arrojando el vehículo por un barranco en La Cumbre. Tenía 25 años. El país no creyó la coartada. Seis meses después, el 30 de mayo de 1961, el dictador fue ajusticiado; la caída del régimen se volvió inminente. La más joven de Las Mariposas no llegó a ver el amanecer político, pero su juventud organizada se volvió argumento y semilla.
Con el tiempo, su casa y la de sus hermanas se transformaron en espacios de memoria; el 25 de noviembre fue reconocido como día de acción mundial; poemas, canciones, novelas y películas reescribieron, para públicos nuevos, la historia de estas mujeres. En María Teresa, en particular, persiste la imagen de una estudiante de matemáticas que no negoció su derecho a pensar y actuar, y que llevó el amor por su hija y por su pueblo a la decisión última.
Conclusión
María Teresa Mirabal nos enseña que la juventud no es promesa: es presente. Su vida prueba que estudiar, criar y resistir no se excluyen; que una mujer con cuaderno y cinta métrica puede ser, también, arquitecta de libertad. En esta serie «16 días por ellas», su nombre nos compromete a convertir la memoria en política pública: prevención, protección y justicia para que ninguna joven —en la isla o en el exterior— deba arriesgar su vida por el simple acto de soñar un país digno. Por María Teresa y por todas, ni una menos.
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