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Cultura y conciencia

16 contra la violencia, memorias dominicanas: María Trinidad Sánchez

historiaEMMANUEL ESPINALComment

Por Nelson Santana y Emmanuel Espinal
28 de noviembre de 2025

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El 25 de noviembre no es una fecha cualquiera. Es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, declarado en memoria de Las Hermanas Mirabal —Minerva, Patria y María Teresa—, asesinadas el 25 de noviembre de 1960 por la dictadura de Trujillo. Desde entonces, organizaciones en todo «16 Días de Activismo», que culmina el 10 de diciembre, Día de los Derechos Humanos. Ese arco temporal recuerda una verdad esencial: la violencia contra las mujeres es una violación de derechos humanos.

ESENDOM se suma con una serie especial de 16 entregas —una por día— para nombrar, recordar y exigir. Honramos a Mamá Tingó (Florinda Soriano Muñoz), lideresa campesina asesinada por defender la tierra; a Lucrecia Pérez Matos, migrante dominicana asesinada en España en un crimen de odio; y a casos recientes que movilizaron conciencias como Emely Peguero. No son estadísticas: son vidas, familias y comunidades marcadas por femicidios, agresiones, impunidad y desprotección institucional.

Nuestra apuesta es clara: la violencia contra las mujeres debe cesar. Durante estos 16 días, ofreceremos perfiles breves, contexto histórico, claves legales y llamados a la acción para que cada lectura se convierta en memoria activa y compromiso ciudadano. Te invitamos a leer, compartir, educar y exigir políticas efectivas de prevención, protección y justicia.

Porque recordar es un acto de amor y de responsabilidad. Por ellas y por todas: ni una menos. 

Esta serie no establece un ranking. El orden responde a criterios editoriales y cronológicos. Honramos a cada mujer con igual respeto. La violencia contra las mujeres debe cesar.

María Trinidad Sánchez: pólvora, bandera y la primera mártir política de la República

Serie ESENDOM «16 días por ellas» (25 de noviembre–10 de diciembre)

Introducción

María Trinidad Sánchez (1794–1845), costurera, conspiradora e independentista, asumió tareas que la historia suele silenciar: cosió la primera bandera nacional junto a Concepción Bona y otras patriotas, transportó pólvora oculta bajo la falda y fabricó cartuchos para la noche del 27 de febrero de 1844. Exactamente un año después, el 27 de febrero de 1845, fue fusilada por orden del presidente Pedro Santana tras negarse a delatar a sus compañeros conspiradores. «Dios mío, cúmplase en mí tu voluntad y sálvese la República», habrían sido sus palabras al pasar por la Puerta del Conde, según recogen las crónicas. Su título —Madre de la Patria— recuerda que la libertad dominicana también se forjó con manos de mujer.

Por qué es relevante hoy

María Trinidad Sánchez resulta fundamental para comprender la violencia política ejercida contra mujeres que lideran transformaciones sociales. Su ejecución, considerada el primer crimen político de la República Dominicana, revela cómo el poder castiga a quienes protegen redes clandestinas, documentos comprometedores y vidas amenazadas. Incorporarla a la serie 25 de noviembre al 10 de diciembre significa extender la mirada más allá del siglo XX: la represión contra mujeres no nació con las dictaduras modernas. Su legado subraya la urgencia de memoria, verdad y no repetición, y exige reconocer en los relatos patrios el trabajo invisible —coser, ocultar, transportar, cuidar— que sustenta toda gesta emancipadora.

Qué hizo / Qué la convierte en símbolo

  • Confección de la bandera: Participó en el equipo de mujeres que bordó el primer pabellón tricolor, acto logístico y simbólico a la vez.

  • Intendencia revolucionaria: Reunió conspiradores en su hogar, transportó pólvora y fabricó cartuchos empleados por los trinitarios la noche fundacional.

  • Lealtad inquebrantable: Como única persona que conocía el paradero de su sobrino Francisco del Rosario Sánchez, jamás lo delató, rechazando incluso promesas de indulto.

  • Dignidad frente al Estado: Su consejo de guerra y fusilamiento evidencian la voluntad de escarmiento contra una mujer organizadora, consolidando su condición de símbolo: la patria nace también de la entereza civil.

Ficha biográfica

  • Nombre completo: María Trinidad Sánchez Alfonseca

  • Nacimiento: Santo Domingo, 16 de junio de 1794

  • Muerte: Santo Domingo, 27 de febrero de 1845 (fusilamiento)

  • Edad al morir: 50 años

  • Ocupación/rol: Costurera, conspiradora e independentista (febrerista)

  • Tipo de violencia: Crimen político de Estado (ejecución tras consejo de guerra)

  • Responsable: Gobierno del presidente Pedro Santana

  • Estatus judicial: Condenada a muerte por conspiración; pena no conmutada

  • Familia destacada: Tía del Padre de la Patria Francisco del Rosario Sánchez

  • Reconocimientos: Madre de la Patria; provincia María Trinidad Sánchez (capital Nagua); escuelas, calles y monumentos

Biografía ampliada

Nacida en Santo Domingo en el seno de una familia humilde —hija de Isidora Ramona Alfonseca y Fernando Raimundo Sánchez—, María Trinidad vivió entre agujas, telas y devoción religiosa, reconocida como una de las mejores costureras de la ciudad. Su modesta casa de tablas en la calle de La Luna acogió tertulias y reuniones clandestinas donde circulaban noticias, consignas y materiales revolucionarios. No fue solamente «la tía de Sánchez»: ejerció como maestra de primeras letras y figura materna para varias sobrinas y sobrinos, entre ellos Francisco del Rosario, a quien acompañó en su formación intelectual y patriótica.

Cuando La Trinitaria y los febreristas impulsaron la ruptura con el dominio haitiano, María Trinidad apareció donde menos se esperaba: en la intendencia logística. Mientras los cañones se alistaban, ella y otras mujeres aseguraban pólvora, cartuchos y el emblema que unificaría al pueblo. El 27 de febrero de 1844, la bandera ondeó en la Puerta del Conde y la República nació entre disparos y plegarias.

Sin embargo, el triunfo separatista trajo consigo disputas sobre el rumbo nacional. El gobierno de Pedro Santana desató una campaña contra quienes cuestionaban sus tendencias autoritarias y anexionistas. En ese clima represivo, María Trinidad organizó conspiraciones para facilitar el retorno de trinitarios desterrados y sostener el proyecto político de Duarte.

Descubierta la insurrección, fue una de las primeras en ser apresada. Durante el consejo de guerra le ofrecieron conmutar la pena si revelaba escondites y nombres. Guardó silencio. Los abogados Juan Nepomuceno Tejera y Félix María del Monte solicitaron clemencia; Santana la negó tras consultar con sus jefes militares. Sentenciada a muerte, caminó desde la Fortaleza Ozama hasta el lugar de ejecución. Las crónicas relatan que al pasar por la Puerta del Conde —símbolo de la independencia alcanzada exactamente un año antes— pronunció su oración patriótica. Fue fusilada junto con Andrés Sánchez (hermano de Francisco del Rosario), Nicolás de Barías y José del Carmen Figueroa.

Los años han colocado su nombre en capillas, escuelas y mapas: la provincia María Trinidad Sánchez —con capital en Nagua— recuerda el sacrificio de una mujer llamada Madre de la Patria no solo por coser la bandera, sino por defender una República de ciudadanos libres frente a la tentación del poder autoritario. Su vida desarma estereotipos: piadosa y penitente, cierto, pero también estratega, enlace y custodia de secretos vitales para la causa independentista.

Conclusión

María Trinidad Sánchez demuestra que sin mujeres no hay patria. Su ejecución, primer crimen político de la República, evidencia que la violencia contra las mujeres no constituye un capítulo marginal de la historia, sino un mecanismo para quebrar proyectos de dignidad colectiva. Integrarla a esta serie (25 de noviembre –10 de diciembre) amplía el mapa de la memoria: desde las Hermanas Mirabal del siglo XX hasta la Madre de la Patria del XIX, la consigna permanece idéntica: prevención, protección y justicia. Honrarla hoy es tejer nuevamente —en aulas, barrios y leyes— la promesa de una República en la que ninguna mujer deba entregar su vida para que todas vivan en libertad.

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