Por Carabela García
6 de enero de 2012
En el concurso de los feos, Danilo e Hipólito llevan mucha ventaja. Y es que en realidad no se sabe quién de los dos es más feo: si Danilo del conglomerado de la berenjena podrida o Hipólito de los que una vez enarbolaban el hacho prendió de las luchas liberales y democráticas de la nación dominicana y ahora enarbolan las alianzas con el mejor postor.
Dicen que para los gustos se hicieron los colores. En Santo Domingo, ya los colores dan lo mismo. Militantes de antaño abandonan su casa y se pasan al otro bando de la noche a la mañana.
Todo esto en un abrir y cerrar de ojos.
Volvamos al tema de los feos en la política dominicana. Ahí tienen a Trujillo, un enano con carita de relambio. Luego está Balaguer. Otro enano con carita de muppet.
En estos días está Leonel como ejemplo de superación de la fealdad. Nunca se oye a la gente hablar acerca de su apariencia física. No, lo que lo embellece es su “hablar bonito”. El tipo es brillante al igual que Trujillo y Balaguer.
Ahora el concurso es entre Danilo Berenjena e Hipólito Come Yuca. ¿Quién será el próximo feo en guiar los destinos del país?
Difícil de saber. Lo cierto es que entre dos feos, el más feo tiene las de ganar.
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