Por Nelson Santana y Emmanuel Espinal
26 de noviembre de 2025
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El 25 de noviembre no es una fecha cualquiera. Es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, declarado en memoria de Las Hermanas Mirabal —Minerva, Patria y María Teresa—, asesinadas el 25 de noviembre de 1960 por la dictadura de Trujillo. Desde entonces, organizaciones en todo «16 Días de Activismo», que culmina el 10 de diciembre, Día de los Derechos Humanos. Ese arco temporal recuerda una verdad esencial: la violencia contra las mujeres es una violación de derechos humanos.
ESENDOM se suma con una serie especial de 16 entregas —una por día— para nombrar, recordar y exigir. Honramos a Mamá Tingó (Florinda Soriano Muñoz), lideresa campesina asesinada por defender la tierra; a Lucrecia Pérez Matos, migrante dominicana asesinada en España en un crimen de odio; y a casos recientes que movilizaron conciencias como Emely Peguero. No son estadísticas: son vidas, familias y comunidades marcadas por femicidios, agresiones, impunidad y desprotección institucional.
Nuestra apuesta es clara: la violencia contra las mujeres debe cesar. Durante estos 16 días, ofreceremos perfiles breves, contexto histórico, claves legales y llamados a la acción para que cada lectura se convierta en memoria activa y compromiso ciudadano. Te invitamos a leer, compartir, educar y exigir políticas efectivas de prevención, protección y justicia.
Porque recordar es un acto de amor y de responsabilidad. Por ellas y por todas: ni una menos.
Esta serie no establece un ranking. El orden responde a criterios editoriales y cronológicos. Honramos a cada mujer con igual respeto. La violencia contra las mujeres debe cesar.
Patria Mirabal: fe, familia y coraje frente al terror
Serie ESENDOM «16 días por ellas» (25 de noviembre–10 de diciembre)
Introducción
Patria Mercedes Mirabal Reyes (1924–1960) fue artista, madre y activista. Nació el 27 de febrero, Día de la Independencia dominicana, y sus padres le dieron un nombre que resultó ser destino. Junto a sus hermanas Minerva y María Teresa, integró «Las Mariposas», mujeres que enfrentaron la dictadura de Rafael L. Trujillo. El 25 de noviembre de 1960 fue asesinada brutalmente; su muerte, lejos de silenciarla, multiplicó su mensaje. La recordamos dentro de los 16 días de activismo (25 de noviembre al 10 de diciembre) para afirmar lo esencial: la violencia contra las mujeres debe cesar.
Por qué es relevante hoy
Patria encarna una resistencia que convirtió el hogar en bastión de dignidad. Su historia conecta la violencia política de Estado con las violencias que atraviesan la vida cotidiana de las mujeres—hostigamiento, despojo, amenazas—y advierte que sin verdad, justicia y no repetición no hay ciudadanía plena. El 25 de noviembre, fecha de su asesinato junto a sus hermanas, es hoy el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer: su vida y su muerte siguen educando generaciones dentro y fuera de la isla.
Qué hizo / Qué la convierte en símbolo
Patria sostuvo la resistencia desde la organización doméstica y comunitaria: refugio, logística, cuidado de hijos e hijas, apoyo a presos políticos y sus familias. Pese a la confiscación de bienes y el acoso constante, mantuvo un compromiso sereno y firme. Su voz ética se resume en una frase que atraviesa décadas: «No podemos dejar que nuestros hijos crezcan en este régimen corrupto y tiránico… estoy dispuesta a darlo todo, aún mi vida si es necesario». Su asesinato, junto al de Minerva, María Teresa y el chofer Rufino de la Cruz, reveló la brutalidad del régimen y encendió una movilización social que precipitó el final de la dictadura.
Ficha biográfica
Nombre completo: Patria Mercedes Mirabal Reyes de González
Nacimiento: Ojo de Agua (Salcedo), 27 de febrero de 1924
Muerte: Carretera Santiago–Puerto Plata (cercanías del puente Marapica), 25 de noviembre de 1960
Edad: 36 años
Ocupación/rol: Ama de casa, artista (pintura), activista
Tipo de violencia: Violencia política de Estado; asesinato extrajudicial
Responsables: Servicio de Inteligencia Militar (SIM) del régimen trujillista
Familia: Esposo, Pedro A. González; hijos Nelson Enrique, Noris Mercedes, Raúl Ernesto y Juan Antonio (fallecido a los cinco meses)
Cómo se le recuerda: Parte de «Las Mariposas»; 25 de Noviembre; casa-museo familiar; escuelas y murales
Biografía ampliada
Patria nació en Ojo de Agua, Salcedo, en una familia campesina con fuerte anclaje en valores y devoción. Desde niña mostró inclinación por la pintura: halló en el color un refugio íntimo frente a las zozobras de una época marcada por el miedo. A los catorce años ingresó, junto a sus hermanas, al Colegio Inmaculada Concepción de La Vega, donde completó la educación intermedia y obtuvo formación secretarial. La suya fue una espiritualidad sin quietismo: fe que miraba de frente la injusticia.
A los 16 años, se casó con Pedro A. González, agricultor, con quien formó una familia de cuatro criaturas. La maternidad no la alejó de la realidad: la hizo más política. Cuando el régimen confiscó su casa y las pertenencias campestres de la familia, lo que para otros habría sido renuncia, en Patria fue convicción: sostener a los suyos, apoyar a sus hermanas y acompañar a quienes sufrían persecución. Su casa se convirtió en centro de operaciones y cuidado, una trinchera donde la resistencia también se cocinaba, se cosía, se escuchaba.
El liderazgo de sus hermanas—sobre todo el de Minerva—se alimentó de esa energía que Patria amplificaba: organización de visitas a prisión, recolección de insumos, transmisión de mensajes, soporte emocional. Cuando la represión arreció, llegaron las detenciones, los allanamientos, las amenazas de muerte. Patria no idealizó el riesgo, lo administró: preparó a sus hijos, sostuvo a su madre y a Dedé, y perseveró con una claridad que hoy asombra por su sencillez: los niños y las niñas de la República merecen crecer en libertad.
El 25 de noviembre de 1960, Patria, Minerva y María Teresa regresaban de visitar a sus esposos encarcelados cuando fueron interceptadas por agentes del Servicio de Inteligencia Militar. Las sacaron del vehículo, las asesinaron y luego simularon un accidente arrojando el jeep por una barranca cerca del puente Marapica. Nadie lo creyó. Seis meses más tarde, el 30 de mayo de 1961, el dictador fue ajusticiado; la caída del régimen se volvió inminente. Patria no vio la victoria, pero su coraje cotidiano—esa valentía doméstica y pública—sigue siendo escuela.
Con los años, la antigua casa familiar se transformó en museo; el 25 de noviembre fue reconocida por la comunidad internacional; murales, escuelas y actos cívicos mantienen vivo su nombre. Pero el legado de Patria no se mide solo en homenajes: se mide en cada hogar donde una mujer decide que el miedo no será ley, y en cada comunidad que convierte el cuidado en política y el duelo en movilización.
Conclusión
Recordar a Patria Mirabal es reconocer el poder civilizatorio del cuidado y la valentía serena que sostiene causas justas. Su vida demuestra que la resistencia también lava platos, cría hijos, organiza víveres y, llegado «16 días por ellas», su nombre nos convoca a transformar la memoria en prevención, protección y justicia. Por Patria y por todas: ni una menos.
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