Por Emmanuel Espinal y Nelson Santana
30 de diciembre de 2025
El 2025 fue un año especialmente duro para la cultura dominicana. Perdimos voces del merengue y la bachata, referentes del teatro, pioneros del cine, cronistas de nuestra historia política, figuras esenciales de las artes plásticas y rostros que definieron una época televisiva. Este recuento honra sus legados: quiénes fueron, qué construyeron, y por qué —en un país que se cuenta a sí mismo a través de la música, la escena y la imagen— sus muertes pesan tanto.
Nota editorial: Incluimos a Mario Vargas Llosa porque, aunque peruano, su obra más conocida en el imaginario dominicano e internacional se ancla en nuestra historia: La fiesta del chivo, una de las ficciones más influyentes sobre la dictadura de Trujillo. Su fallecimiento toca también el archivo simbólico dominicano.
1) Félix Cumbé (11 de febrero): el haitiano que cantó como dominicano
Ficha:
Nombre: Félix Cumbé / Francisco de la Cruz (Critz Sterlin)
Nacimiento: 1961 o 1964 (Haití) [Nota: existen discrepancias en fuentes; Wikipedia indica 4 de agosto de 1964]
Fallecimiento: 11 de febrero de 2025 (Santo Domingo)
Edad: 60 años
Campo: Merengue y bachata; compositor, intérprete
Legado: «El Gatico», «Félix Cumbé», «Déjame volver», «Tú no ta' pa' mí», «Fui Fuá»
Dato clave: migró a RD en su niñez; naturalizado dominicano en diciembre de 2022
Félix Cumbé representa un capítulo profundo del Caribe fronterizo: un artista nacido en Haití que terminó siendo parte del repertorio emocional dominicano. Murió durante un cateterismo cardíaco tras sufrir varios paros, y la noticia se sintió como cuando se apaga un merengue que uno daba por eterno.
Cumbé no fue solo intérprete: fue compositor de piezas que, en manos de orquestas dominicanas, se metieron en la memoria colectiva. También vivió el fenómeno de «renacer» ante una generación nueva cuando su música volvió a circular con fuerza en redes —«Fui Fuá» y su remix con Crazy Design—, demostrando que lo popular no es museo, sino río. En ese río, Cumbé ya no es «el que vino»: es el que se quedó.
2) Diómedes Núñez Guzmán (9 de marzo): voz y trompeta de los años dorados
Ficha:
Nacimiento: 3 de febrero de 1967 (Santa Cruz de Mao, Valverde)
Fallecimiento: 9 de marzo de 2025 (Santo Domingo)
Edad: 58 años
Campo: Merengue; cantante, trompetista, compositor
Legado: líder de El Grupo Mío; éxitos como «Las estrellas brillarán», «Balsié», «Esto se encendió», «Aguilucho desde chiquitito»
Causa: complicaciones por insuficiencia renal; infarto tras intubación por problemas pulmonares
Diómedes Núñez pertenece a esa estirpe de merengueros que entendieron la tarima como oficio completo: músico de formación (trompeta y armonía en el Conservatorio Nacional) y cantante con sello propio. Su muerte a los 58 años estremeció porque su trayectoria estaba hecha de constancia: Los Hijos del Rey, la orquesta de Ramón Orlando, y finalmente El Grupo Mío como identidad propia.
Si hay que definirlo en una imagen: el merengue como maquinaria de alegría, construido con disciplina de conservatorio. Diómedes encarnó esa dualidad. Su partida no es solo «falleció un cantante»; es que se apaga una manera de hacer merengue donde la voz y el metal (la trompeta) se reconocen como familia.
3) Iván García Guerra (22 de marzo): el teatro como patria, la docencia como método
Ficha:
Nacimiento: 26 de febrero de 1938 (San Pedro de Macorís)
Fallecimiento: 22 de marzo de 2025
Edad: 87 años
Campo: Teatro (actor, director, dramaturgo); periodismo cultural
Reconocimiento: Gran Soberano (2015)
Legado: figura formadora y pilar institucional del teatro dominicano
Iván García fue, para el teatro dominicano, lo que un gran árbol es para un vecindario: sombra, referencia, orientación. Su carrera abarcó actuación, dirección, dramaturgia y docencia; pero sobre todo, la construcción paciente de un ecosistema teatral. Su muerte a los 87 años dejó la sensación de que se nos fue un «pilar».
Lo crucial en Iván no es solo su biografía profesional, sino el tipo de autoridad que representaba: la del maestro que no necesita gritar para ser escuchado. Cuando alguien así falta, se nota en lo cotidiano: en el rigor de los ensayos, en el respeto por el texto, en la manera en que una generación le habla a la otra. Iván deja método y carácter.
4) Rubby Pérez (8 de abril): «la voz más alta del merengue» frente a una tragedia nacional
Ficha:
Nombre: Rubby Pérez (Roberto Antonio Pérez Herrera)
Nacimiento: 8 de marzo de 1956
Fallecimiento: 8 de abril de 2025 (Santo Domingo)
Edad: 69 años
Campo: Merengue (cantante)
Legado: voz líder con Wilfrido Vargas; carrera solista; «la voz más alta del merengue»
Contexto: colapso del techo del Jet Set durante presentación; más de 200 víctimas mortales
Rubby Pérez murió en un contexto que el país todavía procesa: el derrumbe del techo del Jet Set mientras él cantaba. No fue una muerte privada; fue una tragedia pública que convirtió una noche de música en una escena imposible de olvidar. La cobertura internacional confirmó la magnitud del desastre y su impacto en vidas y memoria cultural.
Rubby era, además, un relato de resiliencia: soñó con béisbol, pero un accidente lo empujó a la música; y desde ahí construyó una carrera sinónimo de potencia vocal. Decir que era «la voz más alta del merengue» no era mercadeo: era descripción técnica y emocional. Su pérdida duele no solo por lo que cantó, sino por lo que representaba: la idea de que el merengue todavía tiene gigantes.
5) Mario Vargas Llosa (13 de abril): no dominicano, pero autor de una de las ficciones más importantes
Ficha:
Nacimiento: 28 de marzo de 1936 (Arequipa, Perú)
Fallecimiento: 13 de abril de 2025 (Lima, Perú)
Edad: 89 años
Campo: Literatura, periodismo; Nobel de Literatura (2010)
Vínculo con RD: La fiesta del chivo (novela central sobre Trujillo)
Fuente de foto: catedravargasllosa.org
Vargas Llosa no fue dominicano —hay que decirlo sin rodeos—, pero su obra dejó marca profunda en cómo el mundo lee ciertos episodios de nuestra historia. La fiesta del chivo se convirtió en referencia obligada: para lectores dominicanos, para el Caribe hispano, y para un público internacional que, a través de la novela, conoció la textura del miedo político, la maquinaria del poder y el costo humano del trujillismo.
Su muerte a los 89 años activó homenajes globales por ser figura mayor de la literatura latinoamericana. Para República Dominicana, su presencia en este listado funciona como recordatorio: a veces la cultura nacional también se escribe desde fuera, y aun así nos interpela. La pregunta útil no es «¿era dominicano?», sino: «¿qué hizo su obra con la memoria dominicana?».
6) Agliberto Meléndez (2 de julio): el cine dominicano antes de que fuera «industria»
Ficha:
Nacimiento: 8 de agosto de 1942 (Altamira, Puerto Plata)
Fallecimiento: 2 de julio de 2025
Edad: 82 años
Campo: Cine (director); gestor cultural
Legado: Un pasaje de ida, considerado hito fundacional del largometraje dominicano
Otro aporte: fundador de la Cinemateca Nacional
Agliberto Meléndez representa el «antes» del cine dominicano contemporáneo: cuando filmar era, literalmente, demostrar que se podía. Un pasaje de ida no solo es una película; es una declaración histórica sobre el tema más constante de nuestra modernidad: migrar, escapar, sobrevivir. Ese relato —duro, macabro por momentos— abrió puertas y, sobre todo, abrió imaginación.
Su papel como fundador de la Cinemateca Nacional lo coloca también en otra categoría: no solo creador, sino guardián de la memoria audiovisual. Y esa dimensión es crucial, porque un país sin archivo es un país sin continuidad. Su muerte deja el compromiso claro: sostener instituciones que protejan el patrimonio fílmico y lo vuelvan accesible.
Lea el artículo: Con un pasaje de ida Agliberto Meléndez hace su partida y fallece a los 82 años
7) José Cestero (16 de julio): el expresionismo como bitácora urbana
Ficha:
Nacimiento: 19 de marzo de 1937 (Santo Domingo)
Fallecimiento: 16 de julio de 2025 (Ciudad Colonial)
Edad: 88 años
Campo: Artes plásticas (pintura); expresionismo
Reconocimiento: Premio Nacional de Artes Plásticas (2015)
José Cestero fue cronista visual del país: no el cronista «postal», sino el que registra tensión, calle, espíritu, nervio. Su obra se vincula a una generación que entendió el arte como libertad en contextos de presión social e histórica. Su muerte a los 88 años marca el cierre de una época donde los artistas plásticos fueron, también, pensadores públicos.
En Cestero, el gesto expresionista no era «estilo» como etiqueta: era lenguaje. Y ese lenguaje construyó un archivo emocional dominicano que no se puede reemplazar. Si su obra se sigue mirando, no es por nostalgia: es porque ahí hay país, y porque el país todavía se reconoce en esas distorsiones que dicen la verdad sin pedir permiso.
Lea el artículo: José Cestero: El alma expresionista de la plástica dominicana
8) René Fortunato (18 de julio): el documentalista que convirtió la historia en cine popular
Ficha:
Nombre: René Antonio Fortunato
Nacimiento: 1 de febrero de 1958 (Santo Domingo)
Fallecimiento: 18 de julio de 2025 (Santo Domingo)
Edad: 67 años
Campo: Cine documental (director, productor, guionista)
Legado: documentales históricos sobre Trujillo, Balaguer, Bosch, Guerra de 1965
Causa reportada: cáncer
René Fortunato hizo algo difícil: volvió «popular» un cine que exige atención. Sus documentales no fueron solo material académico; fueron conversación nacional. Con obras emblemáticas como Abril: La trinchera del honor y su trilogía sobre Trujillo, su filmografía enseñó a generaciones a mirar la política dominicana como proceso histórico y como drama humano, sin convertirlo en propaganda.
Su muerte a los 67 años dejó una sensación concreta: se fue un narrador del país. Y cuando un país pierde a uno de sus narradores, tiene dos opciones: o se queda sin relato, o decide formar más narradores. Fortunato, por su impacto, obliga a lo segundo: más archivo, más cine de investigación, más mirada crítica con lenguaje accesible.
9) Miguel Ángel Martínez (23 de agosto): el actor que parecía «de la familia» del cine dominicano
Ficha:
Nacimiento: 26 de noviembre de 1954 (Sánchez Ramírez)
Fallecimiento: 23 de agosto de 2025 (Santo Domingo Este)
Campo: Teatro y cine (actor; director teatral)
Legado: presencia constante en cine dominicano; maestro y formador; vinculado a Bellas Artes
Miguel Ángel Martínez era de esos actores que el público siente cercanos porque han estado «siempre»: en películas, en teatro, en televisión, en aulas. Su muerte fue confirmada por colegas; y más allá de títulos específicos, lo que queda es la estampa de un profesional respetado, versátil y generoso.
En países con industrias culturales frágiles, los actores que además enseñan son doble patrimonio: sostienen la escena y fabrican futuro. Martínez pertenecía a esa categoría. Su ausencia pesa porque no solo se va un intérprete: se va un puente entre generaciones.
10) Angelita Curiel «La Mulatona» (23 de agosto): vedetismo, televisión y el derecho a ser recordada con dignidad
Ficha:
Nombre: Angelita Curiel («La Mulatona»)
Fallecimiento: 23 de agosto de 2025 (Santo Domingo; Plaza de la Salud)
Edad: 66 años
Campo: Vedette, actriz, comediante; figura televisiva (años 80–90)
Contexto de salud: complicaciones renales; hospitalización tras caída y fractura de fémur
Angelita Curiel fue, en su época, un símbolo televisivo: vedette con presencia escénica, pero también actriz y comediante en programas emblemáticos. Su muerte a los 66 años, tras complicaciones de salud, reabre un tema que el país a veces evita: cómo recordamos a las figuras del «entretenimiento popular» sin reducirlas a estereotipo.
La Mulatona no fue solo brillo y bikini: fue carisma, oficio y permanencia. Su trayectoria también incluyó trabajo tras cámaras como guionista, y su figura —juzgada por algunos, celebrada por muchos— merece una lectura completa: como parte de una televisión que construyó lenguaje, humor y cultura de masas. En el balance final, su legado es ese: haber marcado una era.
11) Ada Balcácer (25 de diciembre): maestra del arte dominicano y arquitecta de un lenguaje caribeño propio
Ficha:
Nombre: Ada Balcácer
Fallecimiento: 24-25 de diciembre de 2025, Miami
Edad: 95 años
Campo: Artes plásticas (pintura, grabado, muralismo)
Ada Balcácer representa un capítulo fundacional del arte dominicano contemporáneo: una mujer que convirtió la adversidad en método y la luz tropical en lenguaje visual propio. Murió en Miami entre el 24 y 25 de diciembre de 2025 a los 95 años, y la noticia se sintió como cuando se apaga una voz que uno daba por estructural.
Balcácer no fue solo pintora: fue maestra de generaciones en Bellas Artes y la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), Premio Nacional de Artes Plásticas (2011) y Reserva Cultural de la Nación (2017). Un accidente de equitación terminó en amputación de su brazo izquierdo, hecho que no detuvo seis décadas de carrera sino que las definió. También vivió el fenómeno de ser homenajeada en vida con la retrospectiva Alas y raíces, demostrando que su obra no era vitrina elitista sino herramienta de identidad, mito y memoria caribeña. En ese legado, Balcácer ya no es «la que se fue»: es la que construyó escuela y dejó método para que otros sigan mirando.
Lea el artículo: Fallece en Miami Ada Balcácer, maestra del arte dominicano y arquitecta de un lenguaje caribeño propio
Cierre: lo que se nos fue… y lo que nos toca cuidar
Si algo conectó estas once despedidas fue lo mismo que siempre conecta el arte dominicano: la necesidad de contarnos. Se nos fue gente que cantó, filmó, pintó, actuó, documentó y escribió para que el país se entendiera a sí mismo —a veces con alegría, a veces con rabia, a veces con memoria dura.
Y lo que queda es claro: cuidar lo que construyeron. Sostener instituciones, formar nuevas voces, proteger archivos. Porque cuando se apaga la memoria, se apaga el país.
________
Relacionado
Con un pasaje de ida Agliberto Meléndez hace su partida y fallece a los 82 años
José Cestero: El alma expresionista de la plástica dominicana
Tragedia en el Jet Set Club de Santo Domingo
«Rubby Infinito»: Homenaje histórico celebra la leyenda del merengue en el Teatro Nacional