Por Nelson Santana y Emmanuel Espinal
18 de julio de 2025
Read in English: José Cestero: The Expressionist Soul of Dominican Visual Art
La pintura dominicana se despide de una de sus figuras más emblemáticas. El reconocido José Cestero, precursor del arte moderno nacional y referente fundamental del expresionismo en República Dominicana, partió este miércoles 16 de julio a los 88 años en su hogar de la Ciudad Colonial. Su fallecimiento marca no solamente el adiós de un creador excepcional, sino el final de una era donde el arte funcionó como forma de resistencia, memoria y celebración.
A través de más de seis décadas de creación ininterrumpida, su herencia artística va más allá del canvas y se conecta profundamente con el desarrollo cultural, político y urbano de la nación. Cestero actuó como observador y documentalista visual de un país en constante evolución, transformando su trabajo en una suerte de bitácora personal compartida.
De la Zona Colonial al mundo
Nacido en Santo Domingo el 19 de marzo de 1937, José Cestero fue parte de una generación que maduró en medio de la dictadura trujillista, pero que encontró en el arte un lenguaje de libertad. Desde temprana edad mostró inclinación por el dibujo, y su formación formal comenzó en la Escuela Nacional de Bellas Artes, donde fue alumno de gigantes como Joseph Fulop, Gilberto Hernández Ortega y José Gausachs.
Tras graduarse en 1954, se trasladó a Nueva York. Allí entró en contacto con las corrientes modernas del expresionismo y la abstracción, influencias que moldearían su estilo de por vida. Pero fue en su regreso a la República Dominicana donde su voz artística se consolidó como una de las más disruptivas y lúcidas del país.
Arte y Liberación: el artista militante
En 1960, con la caída de la dictadura, Cestero regresó al país y se unió al colectivo «Arte y Liberación», junto a figuras como Silvano Lora, Ada Balcácer, José Ramírez Conde e Iván Tovar. Este grupo vanguardista no solo buscaba una renovación estética, sino una ruptura con los valores conservadores del oficialismo cultural.
«Arte y Liberación» promovía una práctica artística comprometida con los sectores populares, con la historia, con lo urbano y con lo marginal. Cestero se convirtió en una especie de cronista visual del caos y la belleza de la cotidianidad dominicana. A través de retratos, escenas callejeras y reflexiones espirituales, su obra capturó lo que muchos preferían ignorar.
El trazo inconfundible del amarillo
Su estilo se caracteriza por un lenguaje expresionista con fuerte carga emocional. El color amarillo, omnipresente en su obra, no fue una elección caprichosa. En una entrevista con Diario Libre durante una retrospectiva en 2022, el artista explicó:
«El color amarillo es símbolo de la locura, de la patología clínica. El amarillo es así. De ahí nace la obra vangoniana y de grandes pintores impresionistas en la Europa antigua».
El trazo de Cestero —intenso, desprolijo, vibrante— parece brotar directamente del subconsciente. Sus figuras humanas están distorsionadas pero llenas de humanidad. Su pintura tiene la urgencia del que sabe que el tiempo es limitado, pero la persistencia del que se rehúsa a olvidar.
Un cuerpo de obra monumental
A lo largo de su carrera, Cestero participó en más de 100 exposiciones, tanto individuales como colectivas, en República Dominicana, Europa y América Latina. El Museo José Cestero destaca que sus obras se encuentran «en colecciones personales e instituciones públicas y privadas en todo el mundo».
Representó al país en eventos de alto perfil como la Bienal de Arte Gráficas Italo-Latinoamericana en Roma (1979), el Festival Internacional de Pintura de Cagnes-sur-Mer en Francia (1985), y la Bienal de São Paulo en Brasil (1989).
En el ámbito local, dejó una huella imborrable en el Museo de Arte Moderno, el Concurso Eduardo León Jimenes y las Bienales Nacionales de Artes Visuales, ganando premios y menciones por obras como Estudio de niño con juguete (1964) o Juan Calalú, apaga la vela y prende la luz (1990).
Macondo dominicano y homenajes
Durante 2023, formó parte de la muestra Macondo en Santo Domingo, en la cual ofreció su interpretación personal de la obra de Gabriel García Márquez a través de su perspectiva caribeña. De acuerdo con Diario Libre:
«José pintó al Gabo en su pueblo de Aracataca escribiendo el libro con un lápiz. Siempre ‘cherchoso’, confiesa que para él su Macondo es Canca la Rana, a la orilla del río Ozama, donde iba a nadar y pescar de jovencito».
Su creatividad, impregnada de humor y sensibilidad, funcionó constantemente como reflejo de su realidad circundante. Lo citadino, lo personal, lo social y lo fantástico coexistieron armoniosamente en su cosmos artístico.
Reconocimientos y controversias
En 2015 fue distinguido con el Premio Nacional de Artes Plásticas, la máxima distinción que concede el Estado dominicano. Asimismo, obtuvo reconocimientos en diversas ediciones de los Concursos Eduardo León Jimenes y en otras bienales importantes.
A principios de 2025, un video que lo captaba desplazándose con cierta dificultad por la Zona Colonial despertó inquietud. Muchas personas creyeron que el maestro se encontraba en situación de abandono. No obstante, su amigo Rolando Leclerc aclaró que:
«El maestro tiene personas que lo cuidan. Él es una persona muy especial, con un estilo de vida que lleva a su manera».
Cestero prefería usar siempre su camisa azul, pantalones cortos y sandalias: «Hace mucho calor y me gusta que me dé aire en los pies», solía decir.
El Museo José Cestero y su legado
Durante su existencia, se estableció el Museo José Cestero, situado en la Zona Colonial, destinado a conservar y difundir su producción artística. Este recinto resguarda una porción de su colección permanente y ha funcionado como escenario para nuevas exhibiciones y programas educativos.
El crítico de arte y viceministro de Cultura, Gamal Michelén, lo caracterizó como «el paradigma de la narrativa social y uno de los artistas más cultos del país».
La eternidad en su trazo
José Cestero acostumbraba pasear llevando consigo una libreta de bocetos, su «compañera eterna». Constantemente expresaba que al fallecer, únicamente deseaba ser recordado de esta manera:
En la actualidad, esa súplica cobra mayor intensidad. El maestro se ha marchado, pero sus tonalidades, sus trazos fragmentados, sus figuras y panoramas continúan comunicándose. Cada línea encierra una narrativa. Cada mancha revela una realidad.
José Cestero ya no está entre nosotros, pero su arte —como todo lo eterno— ha vencido al tiempo.
| 2004 | 'Pinturas Tropical Pinta su País' |
| 2003 | 'Pinturas Tropical Pinta su País' |
| 2002 | 'Refranero Dominicano', auspiciado por el Banco del Reservas |
| 2005 | 'Andanzas del Quijote', Dominicano (MAM) |
| 2005 | 'Homenaje y Paisaje', Embajada de Francia |
| 2001 | 'Seis Caras', Galería de Arte El Espacio |
| 2000 | 'Dos Caras', Galería de Arte El Espacio |
| 1999 | 'Diez Caras', Galería de Arte El Espacio |
- Premio del Primer Concurso de arte Eduardo León Jimenes, 1964
- Premio Bicentenario de Baní, 1964
- Premio Ateneo Amantes de la Luz, 1964
- Premio del IV Concurso de Arte Eduardo León Jimenes, 1968
- Premio del X Concurso Eduardo León Jimenes, 1983
- Premio de la XVII Bienal Nacional de Artes Plásticas, 1990
- Mención de Honor 27 Bienal Nacional de Artes Plásticas 2013
- Premio Nacional de Artes Plásticas 2015.
El cual es el más importante premio que un artista plástico dominicano puede obtener en su carrera.