Por ESENDOM
30 de agosto de 2025
Read in English: Dominican Republic Climbs in Global Peace Index Rankings, Even as the World Grows More Violent
Puntos clave:
📊 República Dominicana pasó del puesto 85 (2024) al 79 (2025) en el Global Peace Index, con una mejora de 6 posiciones.
🔒 El puntaje mejoró de 2.157 en 2024 a 1.996 en 2025, gracias a reducciones en homicidios y en la percepción de criminalidad.
🌎 A nivel regional, el país escaló del 5.º al 3.º lugar en Centroamérica y el Caribe, solo detrás de Costa Rica y Canadá.
⚖️ La estabilidad política relativa y control en militarización contribuyeron al ascenso, en contraste con deterioros en Panamá y Trinidad y Tobago.
🇭🇹 El contraste con Haití, que sigue entre los países menos pacíficos del mundo, subraya la fragilidad y vulnerabilidad de la paz dominicana.
Mientras el mundo vive su sexto año consecutivo de deterioro en la paz global, República Dominicana nada contra la corriente: subió seis posiciones en el Global Peace Index 2025, ubicándose en el puesto 79 de 163 países con una puntuación de 1.996, según el reporte del Institute for Economics & Peace.
Una mejora contra pronóstico en un mundo más violento
A nivel global, la paz continúa en retroceso acelerado. El informe confirma que el nivel promedio de pacificación mundial se deterioró en un 0.36%, marcando el sexto año consecutivo de caída. En este escenario de creciente inestabilidad internacional, el progreso dominicano adquiere particular relevancia.
Mientras regiones enteras —como Asia del Sur y Europa del Este— experimentan mayores tensiones geopolíticas y escalada en militarización, la República Dominicana demuestra que es posible revertir tendencias negativas con políticas internas efectivas.
La mejora dominicana representa no solo un avance numérico, sino una señal de que los esfuerzos por fortalecer la estabilidad interna pueden dar frutos incluso en un contexto global adverso.
Liderazgo regional con matices importantes
Dentro de la región de Centro y Norteamérica, República Dominicana se consolida como el tercer país más pacífico, manteniendo su posición detrás de Canadá y Costa Rica, pero ampliando la distancia con sus competidores regionales.
Comparación regional 2025:
Canadá: Puesto 11 global
Costa Rica: Puesto 31 global
República Dominicana: Puesto 79 global (↑6 vs 2024)
Panamá: Puesto 84 global (↓ deterioro)
Trinidad y Tobago: Puesto 89 global (↓ deterioro)
Haití: Puesto 141 global (ligera mejora, pero sigue siendo el menos pacífico del Caribe)
Datos que dimensionan el contraste regional
Los números específicos del reporte subrayan dramáticamente las diferencias regionales. República Dominicana, con 1.996 puntos, se posiciona 62 posiciones por encima de Haití (2.731 puntos), convirtiendo la frontera dominico-haitiana en una de las más desiguales del hemisferio en términos de estabilidad.
Desglose por dominios específicos:
Conflictos en Curso: RD ocupa el puesto 79 globalmente con 1.604 puntos, mientras Haití está en posición 141 con 2.675 puntos
Seguridad Social: RD se ubica en el puesto 47 con 2.538 puntos, versus Haití en posición 157 con 3.359 puntos
Militarización: RD ocupa el lugar 31 con 1.588 puntos, mientras Haití está en posición 49 con 1.751 puntos
Esta brecha refleja no solo diferencias coyunturales, sino estructuras de gobernabilidad fundamentalmente distintas en los dos países que comparten La Española.
Los motores del progreso dominicano
El Global Peace Index evalúa tres dimensiones críticas donde República Dominicana mostró avances diferenciados:
Seguridad social y comunitaria: El país experimentó mejoras notables en la percepción ciudadana de criminalidad y logró una reducción moderada pero sostenida en las tasas de homicidio. Este progreso se alinea con una tendencia positiva observada en varios países latinoamericanos que han implementado estrategias integrales de seguridad ciudadana.
Conflictos en curso: Aunque República Dominicana no enfrenta conflictos armados de gran escala, el principal desafío sigue siendo la violencia delictiva vinculada a redes transnacionales de narcotráfico y crimen organizado, que operan aprovechando las rutas del Caribe.
Militarización: A diferencia de otros países que incrementaron significativamente su gasto militar como respuesta a tensiones regionales, el caso dominicano mantiene niveles relativamente estables. Sin embargo, la presión internacional para reforzar la seguridad fronteriza —especialmente ante la crisis haitiana— podría alterar esta ecuación en el corto plazo.
Impacto económico de la mejora en paz
El ascenso en el ranking tiene implicaciones tangibles para la economía dominicana:
Inversión extranjera: Los países mejor posicionados en el índice típicamente atraen mayor inversión, especialmente en sectores como turismo, manufactura y servicios financieros.
Sector turístico: La mejora en percepción de seguridad puede traducirse en mayor confianza de tour operadores internacionales y visitantes, sector que representa aproximadamente el 8% del PIB dominicano.
Costo del riesgo país: Una mayor estabilidad puede contribuir a reducir las primas de riesgo que pagan las emisiones de deuda soberana en mercados internacionales.
Lectura crítica: paz frágil y condicionada
Pese a los avances, la paz dominicana permanece frágil y condicionada por vulnerabilidades estructurales que el ranking no captura completamente:
La inseguridad ciudadana persiste como el principal reto, alimentada por redes de narcotráfico que utilizan el territorio nacional como punto de tránsito hacia Estados Unidos y Europa. Los retos institucionales en el sistema de justicia continúan erosionando la confianza pública en las instituciones. La crisis haitiana representa una amenaza latente que puede generar efectos spillover en estabilidad social, migración y seguridad fronteriza.
Perspectiva comparada: el camino por recorrer
Para dimensionar el progreso dominicano, conviene observar que países latinoamericanos mejor posicionados como Argentina (puesto 46), Uruguay (48) y Chile (62) mantienen ventajas significativas en institucionalidad, Estado de derecho y cohesión social.
El desafío para República Dominicana no es solo mantener la tendencia positiva, sino acelerar reformas que aborden las causas profundas de la violencia y fortalezcan la capacidad estatal.
Recomendaciones para consolidar el progreso
Basándose en las mejores prácticas de países mejor rankeados, tres áreas requieren atención prioritaria:
Fortalecimiento del sistema de justicia: Implementar reformas que reduzcan la impunidad y mejoren la eficacia del sistema judicial, siguiendo modelos exitosos como el de Costa Rica.
Política integral de seguridad ciudadana: Desarrollar estrategias preventivas que combinen presencia policial efectiva con programas sociales en comunidades vulnerables, aprendiendo de experiencias como la de Uruguay.
Cooperación regional inteligente: Profundizar mecanismos de cooperación con Haití que contribuyan a la estabilización sin comprometer la seguridad dominicana, bajo marcos internacionales como los impulsados por CARICOM.
Factores de la mejoría
Percepción de criminalidad: en 2025 se observa un descenso en la percepción ciudadana de inseguridad, lo cual impacta positivamente el índice.
Tasas de homicidios: aunque la violencia sigue siendo un desafío, los indicadores muestran descensos moderados en comparación con 2023–2024.
Estabilidad política relativa: a pesar de tensiones en torno a la frontera con Haití, la República Dominicana no experimenta los niveles de colapso institucional ni violencia extrema de su vecino.
Militarización contenida: mientras países de la región incrementaron notablemente su gasto militar, la República Dominicana mantuvo cifras estables, aunque con presión internacional para reforzar la seguridad fronteriza
Conclusión: un espejo para el futuro
El Global Peace Index 2025 no debe leerse como un simple ranking, sino como una radiografía de la capacidad nacional para sostener la paz interna en un mundo cada vez más inestable.
República Dominicana demuestra que es posible avanzar contra la corriente global, pero el verdadero test será traducir este progreso en políticas públicas sostenibles, fortalecimiento institucional y reducción de desigualdades. Sin estos pilares, cualquier mejora en el ranking será tan frágil como las circunstancias que la produjeron.
La pregunta no es si el país puede mantener esta tendencia positiva, sino si las instituciones dominicanas tienen la capacidad de transformar este momentum en cambios estructurales duraderos.
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