Por ESENDOM
17 de noviembre de 2025
Read in English: Nearly Three Million Dominicans Live Outside the Dominican Republic: Figures, Destinations, and Impact
Al cierre de 2024, 2,874,124 dominicanos residen oficialmente fuera del territorio nacional , según el Registro Sociodemográfico del INDEX. En un país con 11.4 millones de habitantes, esto representa aproximadamente uno de cada cuatro dominicanos. Más que una estadística, es evidencia de una nación transnacional que se extiende desde los campos del Cibao hasta las avenidas de Nueva York, Madrid y Santiago de Chile.
El mapa de la diáspora
América concentra el 89.9% de la población dominicana en el exterior (2,580,924 personas), mientras Europa agrupa cerca del 10% (288,515) . Estados Unidos sigue siendo el destino principal: 2,398,009 dominicanos residen allí, concentrados en Nueva York (848,560), Nueva Jersey (380,143) y Florida (312,604), con comunidades importantes también en Pensilvania, Massachusetts y Rhode Island.
España ocupa el segundo lugar con 201,162 dominicanos, principalmente en Madrid (68,448) y Barcelona (40,353), con núcleos crecientes en Baleares, Asturias, La Coruña y Zaragoza. Otros destinos destacados incluyen Italia, Chile, Canadá, Países Bajos, Venezuela, México y Panamá.
El registro abarca 119 demarcaciones en 95 Estados soberanos y 24 territorios dependientes, incorporando por primera vez a Egipto, Emiratos Árabes Unidos y Catar, ofreciendo así una fotografía más completa de la presencia global dominicana.
Perfil: mujeres jóvenes
Las mujeres son mayoría: 1,480,252 (53.5%) frente a 1,284,882 hombres (46.5%). El 37.2% tiene 25 años o menos, mientras que las personas de 55 años o más representan el 19.1%.
La migración dominicana reciente tiene rostro femenino y joven. Son mujeres que crían hijos en entornos multiculturales, trabajan en servicios, salud y comercio, y sostienen vínculos emocionales y económicos con la isla. Son jóvenes que crecieron con bachata en El Bronx o Madrid, pero que celebran el mangú, el béisbol y las tradiciones heredadas.
Esta realidad exige políticas públicas no solo para emigrantes, sino para hijos de dominicanos nacidos en el exterior que crecen entre referencias culturales múltiples y reclaman su pertenencia a la nación.
Motor económico
En 2024, la República Dominicana recibió 10,756 millones de dólares en remesas, un aumento de 5.9% respecto al año anterior . Alrededor del 80% de esos envíos provienen de Estados Unidos, seguido por España .
Estas cifras representan familias terminando casas en el pueblo, estudiantes pagando la universidad con el «chequecito» mensual, y pequeños negocios —colmados, salones, talleres— que nacen o sobreviven con capital enviado desde fuera.
Junto al turismo y las zonas francas, las remesas se han convertido en un tercer pilar que sostiene consumo, inversión familiar y estabilidad social. Diseñar políticas de desarrollo sin considerar a la comunidad dominicana en el exterior equivale a ignorar un actor económico fundamental.
Poder político
La comunidad dominicana en el exterior es también sujeto político. En varios países se han convertido en electores influyentes, candidatos a cargos públicos y puentes diplomáticos mediante asociaciones comunitarias, cámaras de comercio y redes profesionales.
En la República Dominicana, tienen derecho al voto y circunscripciones específicas para elegir representantes, aunque persiste el debate sobre la efectividad de esa representación en temas como protección de derechos laborales, facilidades para doble ciudadanía, trámites consulares ágiles y mecanismos de inversión desde el extranjero.
La política dominicana ya no se limita a los 48,442 km² de la isla: se extiende a vecindarios de Nueva York,
Madrid, Miami y Barcelona.
Identidad cultural
El peso cultural de la comunidad en el exterior es inmenso. El merengue, la bachata y el dembow han encontrado nuevos públicos y fusiones en ciudades extranjeras. La literatura y el cine dominicano se nutren de experiencias transnacionales con personajes que crecen en Washington Heights o historias entre Santo Domingo y Madrid. El béisbol ha hecho ondear banderas dominicanas en estadios de Grandes Ligas, reforzando el orgullo colectivo.
Todo esto replantea una pregunta esencial: ¿cómo se entiende hoy ser dominicano? No basta el lugar de nacimiento. La identidad se construye también en la experiencia de vivir, trabajar y criar hijos en otros contextos, sin romper el hilo con la isla.
Desafíos pendientes
Persisten retos importantes: trabajos precarios, racismo, discriminación, dificultades para regularizar estatus migratorios, deportaciones, regresos forzados por crisis económicas o familiares, y choques culturales de segunda y tercera generación —jóvenes que se sienten dominicanos pero a veces no son reconocidos como tales en ningún lugar.
El INDEX ha señalado que el Registro Sociodemográfico es una herramienta para diseñar políticas públicas más inclusivas y fortalecer la protección de derechos.
Una nación expandida
Que casi tres millones de dominicanos vivan fuera no significa que estén «lejos». Al contrario: amplían las fronteras de la nación. Sus aportes económicos, políticos, culturales y afectivos confirman que el mapa dominicano ya no se dibuja solo con los límites de la isla.
Hoy la República Dominicana también se escribe en los trenes de Nueva York, las plazas de Madrid, los barrios de Santiago de Chile y los salones de belleza en Ámsterdam.
Reconocer, entender y atender a esa comunidad no es gesto simbólico: es condición indispensable para pensar el presente y futuro del país.
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