Por ESENDOM
18 de noviembre de 2025
La noche en que Zohran Mamdani hizo historia al ganar la alcaldía de Nueva York, la atención se concentró en el candidato socialista que había desafiado el manual de la política tradicional. Pero, como suele ocurrir, parte de la historia transcurrió detrás de cámaras. En el corazón de la estrategia que conectó a Mamdani con el voto latino —y particularmente con la diáspora dominicana— aparece una mujer nacida y criada en el Sur del Bronx: la asambleísta estatal Amanda Séptimo.
Su trabajo no solo dio credibilidad al español de la campaña, sino que tendió puentes sin precedentes entre el progresismo urbano y sectores empresariales como las bodegas. Para entender su rol, hay que conocer primero su trayectoria.
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Del activismo adolescente al liderazgo político
Amanda Séptimo es, ante todo, hija del Sur del Bronx. Nació y creció en este territorio marcado por profundas desigualdades, pero también por una larga tradición de resistencia comunitaria. A los 12 años, cuando la mayoría apenas comienza a definir sus intereses, ella ya tomaba nota de las injusticias sociales, económicas y ambientales que afectaban a su comunidad… y decidió organizarse.
En su adolescencia se unió a The Point Community Development Corporation a través del programa juvenil A.C.T.I.O.N. Desde allí participó en luchas clave: frenar la construcción de una cárcel en Oak Point, traer la Floating Pool a Barretto Point Park y lograr la extensión de seis rutas de autobuses para residentes históricamente olvidados.
Paralelamente, colaboró con el Departamento de Parques de Nueva York, donde enseñó a leer y escribir a jóvenes locales, brindándoles mentoría en momentos clave de sus vidas. Con la YMCA Internacional viajó a África Occidental y contribuyó a sembrar más de 300 árboles frutales para impulsar economías locales.
Ese compromiso temprano le valió el Youth Leadership Award en 2005, otorgado por la Junta Comunitaria 2 y los Yankees.
Su activismo la llevó a recibir la prestigiosa beca Posse, que le permitió estudiar con matrícula completa en Vanderbilt University a partir de 2008. En la universidad continuó su militancia, enfrentando injusticias con el mismo compromiso aprendido en el Bronx.
Durante esos años, fue interna en Legal Aid Society trabajando casos de violencia doméstica con víctimas inmigrantes hispanohablantes, y colaboró con Metro Public Defenders como investigadora, enfrentando de cerca un sistema de justicia penal sesgado contra las comunidades de donde provenía.
Con un semestre pendiente para graduarse, en 2012 tomó una decisión reveladora de su brújula política: regresó al Bronx para trabajar con el congresista José E. Serrano, con quien ya había sido pasante en la secundaria. Entró como enlace comunitario y su liderazgo la llevó a convertirse en directora de distrito a los 23 años. Esos cuatro años le mostraron con claridad cómo la política pública —bien o mal diseñada— impacta directamente la vida de su gente.
Luego trabajó con el Council of School Supervisors and Administrators (CSA), apoyando a líderes escolares para asegurar que las escuelas fueran espacios de aprendizaje reales, no solo edificios con carencias.
En 2018 dio el salto y compitió por la Asamblea Estatal del distrito 84, desafiando por la izquierda a la veterana Carmen Arroyo. A pesar de apoyos importantes, perdió la primaria demócrata 63 % a 37 %. Lejos de retirarse, esa derrota la conectó más profundamente con el electorado.
En 2020 volvió a presentarse. Antes de la primaria, Arroyo fue excluida de la boleta por fraude de peticiones, dejando a Séptimo como candidata demócrata. Aunque Arroyo intentó mantenerse con otra línea partidaria, Amanda la derrotó ampliamente en la elección general y asumió su escaño en enero de 2021. Desde entonces representa al distrito 84 en la Asamblea del Estado de Nueva York —es legisladora estatal, no congresista federal, una distinción importante para entender desde dónde actúa.
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La estratega del voto latino de Mamdani
Esa combinación de activismo, trabajo comunitario y experiencia legislativa llamó la atención del equipo de Zohran Mamdani cuando el entonces asambleísta estatal de Queens decidió lanzarse por la alcaldía. En agosto de 2025, el New York Times publicó «Zohran Mamdani’s Inner Circle», visibilizando por primera vez el rol protagónico de Amanda Séptimo en la estrategia de campaña.
Bajo su asesoría, la campaña apostó por algo que muchos dicen hacer pero pocos ejecutan bien: hablarle en español al electorado latino con respeto y contenido real. La campaña lanzó múltiples videos en los que Mamdani se dirigía directamente a la comunidad latina en un español trabajado con Amanda, cuidando expresiones, tonos y referencias culturales.
Esos mensajes acumularon millones de reproducciones y fueron determinantes para consolidar el apoyo latino, especialmente en zonas con alta presencia dominicana como el Sur del Bronx y el Alto Manhattan. Séptimo operó como traductora política y cultural, garantizando que el discurso progresista de Mamdani aterrizara en las preocupaciones concretas de inquilinos, trabajadores y familias inmigrantes.
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Puentes entre el progresismo y las bodegas
Pero su aporte no se limitó a lo comunicacional. Su trabajo fue clave para lograr el respaldo de la United Bodegas of America (UBA), organización que representa a más de 14,000 bodegas en el estado.
Históricamente, estos pequeños comercios —muchos propiedad de dominicanos y otros inmigrantes— han sido cautelosos frente a candidatos de izquierda, preocupados por seguridad, impuestos, regulación y costos operativos.
Séptimo entendió que la campaña necesitaba sentarse a hablar con las bodegas si quería ser verdaderamente de toda la ciudad y no solo de nichos progresistas. Tendió puentes entre el movimiento de Mamdani y el empresariado pequeño y diverso, escuchando temores y explorando puntos de coincidencia. El respaldo de la UBA —anunciado el 29 de octubre, días antes de la elección— se interpretó como punto de inflexión, mostrando que un candidato socialista podía articular alianzas con sectores económicos tradicionalmente ajenos o en oposición.
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Reconocimiento público y lo que significa para la comunidad dominicana en el exterior
Tras la victoria del 4 de noviembre, Mamdani reconoció ese apoyo. En un video en español, abrió con un cercano «¿Cómo está mi gente?» y se dirigió a ella:
«Amanda, gracias por creer en mí, gracias por creer en mi campaña desde un principio, gracias por tener el coraje que a veces ni yo mismo tenía. Para mí es un honor estar parado a tu lado».
No es frecuente ver a un alcalde electo agradecer tan explícitamente a una aliada estratégica. Ese gesto coloca a Amanda Séptimo no solo como asesora tras bastidores, sino como referente público de la coalición que llevó a Mamdani al poder.
Para la comunidad dominicana, su figura envía un mensaje claro: los dominicanos del Bronx no solo son fuerza laboral y cultural de Nueva York; también son cerebro político, estrategia y poder decisorio. La niña que a los 12 años se organizaba para impedir una cárcel en su barrio hoy diseña campañas que definen el rumbo de la ciudad más influyente del país.
Desde su asiento en la Asamblea Estatal y su papel decisivo en la campaña de Mamdani, Amanda Séptimo encarna una ruta posible para la juventud dominicana y latina: del activismo local a la influencia real, sin abandonar el acento del barrio ni la memoria de quienes la vieron crecer.
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