A 80 años del horrendo crimen trujillista conocido como la masacre del 1937 publicamos el siguiente texto fruto de las reflexiones que se están llevando a cabo del 28 de septiembre al 27 de octubre en la República Dominicana como parte del evento conmemorativo 80 años de la masacre de 1937: Reconstruyendo la memoria organizado por la Fundación Juan Bosch.
Por Qusiqueya Lora Hugi
23 de octubre de 2017 Read in English
Lo que me llevo del primer día del seminario sobre la Matanza de 1937:
- La matanza no fue sólo de haitianos, fue de dominicanos, haitianos y domínico/haitianos. La mayoría de las víctimas habían nacido en territorio dominicano y por derecho constitucional eran dominicanos. O sea que la expresión matanza de haitianos es incorrecta.
- El tema del uso de la palabra perejil, es más anecdótico que realmente significativo, no fue un método aplicado de forma extensa, y de hecho muchos de los muertos habían nacido en territorio dominicano y podían pronunciar adecuadamente la palabra.
- La matanza tiene más que ver con los dominicanos que con los haitianos, era un mensaje del régimen de intimidación para la población en general pero para la zona fronteriza en particular. La matanza destruyó un mundo híbrido, de relaciones fluidas entre haitianos y dominicanos.
- La naturaleza transnacional de la sociedad fronteriza era incompatible con el proyecto nacional que Trujillo encabezaba, pero que a fin de cuentas era el proyecto pendiente de las élites dominicanas, una nación “blanca”, hispánica y católica.
- Que la zona fronteriza era un espacio histórico de rebeldía y conspiración, no es casual que fuera allí donde Trujillo abatió a los últimos caudillos, Desiderio Arias y Enrique Blanco.
- La pobre respuesta haitiana tiene que ver con el control que Trujillo tenía sobre su presidente Stenio Vincent. De hecho, el régimen buscó garantizar que los gobiernos haitianos pudieran controlar la presencia de opositores en su territorio, cosa común hasta 1937.
- La dictadura tuvo que hacer grandes esfuerzos diplomáticos para manejar el tema, pero hay que recordar que para ese momento Estados Unidos, por mencionar a la potencia de mayor influencia en el contexto americano, estaba linchando negros y el KKK en sus buenas. Además el fascismo estaba en auge en el mundo, por lo que la matanza conecta con una lógica mundial. O sea, que la presión internacional fue pobre y Trujillo pudo salir al paso simplemente con una indemnización, que bochornosamente el Estado haitiano aceptó.
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Quisqueya Lora Hugi es historiadora.
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