Por ESENDOM
12 de diciembre de 2025
Puntos clave:
El percusionista Chichi Güira admitió que registró el nombre «El Grupo D’Ahora» mientras militaba en la agrupación de El Prodigio, calificando la acción como «falta de respeto» y «sabotaje».
El registro obligó a terceros a pagar para liberar el nombre y continuar utilizándolo comercialmente.
La marca nació de la colaboración creativa entre Chichi Güira y el músico «Bebé», cuando ambos planeaban formar su propio proyecto típico en Nueva York.
El caso expone vacíos legales en el manejo de marcas dentro de la industria del merengue típico dominicano.
En una confesión que sacude la escena del merengue típico, Chichi Güira reconoció públicamente que registró el nombre «El Grupo D’Ahora» —marca asociada por años a la agrupación de Krency García «El Prodigio»— y pidió disculpas al acordeonista por lo que hoy considera una traición comercial. La entrevista tomó lugar en el programa AyMiMadreTV.
Del eslogan a la propiedad intelectual
Chichi explicó que, aunque inicialmente lo justificó como estrategia de negocio, hoy entiende que apropiarse desde adentro de un eslogan que identificaba al proyecto para registrarlo a título personal fue «una falta de respeto y una especie de sabotaje» hacia El Prodigio.
El nombre surgió de la química artística entre Chichi y el tamborero «Bebé Tambora», con quienes compartía casa, ideas y sueños de liderar su propio proyecto típico en Nueva York, plaza clave para la diáspora dominicana. Esa cercanía generó «El Grupo de D’ahora», marca que eventualmente registraron mientras aún formaban parte de la banda de El Prodigio.
El percusionista confirmó que tiempo después hubo que pagar para «liberar» el nombre, lo que afectó directamente la continuidad comercial de la marca. Chichi Güira admite que mantuvo todo en silencio durante años hasta decidir transparentar la situación ahora.
Vacíos legales en la música típica
El caso expone una fragilidad sistémica en la industria: muchos proyectos dominicanos —especialmente en géneros populares como el típico y la bachata— manejan informalmente nombres, eslóganes y derechos de marca. En ese terreno ambiguo, músicos o manejadores registran nombres vinculados a agrupaciones sin acuerdos claros de propiedad intelectual.
Para El Prodigio, «El Grupo D’ahora» funcionaba como grito de guerra en tarima y marca de identidad generacional frente a otras propuestas típicas pero era creación del propio Chichi Güira. Ese espacio ambiguo del creador y el proyecto en cual se populariza, crea un problema de propiedad intelectual.
Profesionalización pendiente
Chichi Güira se asume hoy como «hombre de negocios» capaz de reconocer que, aunque el movimiento tuvo lógica comercial, fue desconsiderado con el proyecto que le dió visibilidad. Su disculpa llega cuando muchos artistas típicos profesionalizan estructuras, formalizan contratos y registran marcas para proteger su trabajo.
Para la comunidad dominicana —del Cibao a Nueva York— la revelación funciona como recordatorio: el merengue típico ya no opera solo en el terreno de la amistad e improvisación, sino en el de marcas registradas, regalías y derechos de uso. Decisiones tomadas en silencio tienen impacto duradero en reputación y economía de todos los involucrados.
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