Crónica de un país donde las leyes se deriten como los estafadores que se escapan por rebaladizos
Por ESENDOM — Sátira
15 de octubre de 2025
República Dominicana amaneció en modo “desayuno continental”: pan, café y Mantequilla. Wilkin García Peguero, el personaje más cremoso del emprendimiento criollo se derritió un tiempo en la nevera judicial, pero ya salió solidificado, con brillo, etiqueta nueva y la misma receta de siempre: “trae dos pesos hoy, te devuelvo cuatro mañana (si mañana llega)”.
Mientras tanto, el sistema legal —ese stand-up animado con toga— sigue contándonos un chiste malísimo: la reforma que nunca llega, las audiencias que se posponen como si fueran bodas con Mercury retrógrado, y el Código Penal edición “contenedor plástico”: resistente, reusable… y siempre vacío.
Manual del Financista Untuoso (edición Mantequillera)
Derretirse: fase emotiva. Lágrimas en entrevistas, promesas de “yo cambié”, fondo musical de telenovela.
Solidificarse: fase operativa. Rebranding del esquema: ahora no es pirámide, es “ecosistema financiero comunitario con visión espiritual”.
Untar: fase expansiva. Influencers, lives, testimonios en loop: “mira, me pagaron”, dice un primo del cuñado del vecino.
Envasar: fase jurídica. Contratos escritos con tinta invisible, sellados con “confía en mí, que yo soy serio”.
La comedia judicial (con risas enlatadas)
Fiscalía modo microondas: calienta rápido, se enfría más rápido.
Jueces con cuchillo de pan: cortan por lo blando; lo duro “se conoce en otra fecha”.
Plazos elásticos: la ley dice 30 días, el calendario dice “cuando Dios quiera”.
Cautelares aromáticas: huelen a justicia, pero saben a “vuelva el lunes”.
Resultado: Mantequilla afuera, el público aplaudiendo por inercia, y el “Estado de derecho” buscando señal como celular en túnel.
Frases célebres del Ecosistema Mantequilla
“No es estafa, es economía circular a temperatura ambiente.”
“Aquí nadie pierde: si no ganas dinero, ganas experiencia.”
“Los haters dicen pirámide; nosotros decimos cono de prosperidad.”
“Transparencia total: por eso todo es invisible.”
Señales de alerta (para no salir con las manos engrasadas)
Prometen rendimientos milagrosos y te citan a la Biblia, a Warren Buffett y a Juan Luis Guerra en el mismo audio.
El contrato es un flyer con QR que lleva a un Google Doc sin permisos.
Te pagan rápido al principio usando el dinero del que entró después. Cuando preguntas por la “inversión base”, te mandan un sticker de un santico.
La empresa cambia de nombre más que una orquesta sin vocalista fijo.
Reformas urgentes (que se derriten solas)
Tipificar el “cono de prosperidad” en serio con sentencias de peso: pirámide con sombrilla sigue siendo pirámide y la gente siendo estafados.
Embargos exprés a cuentas y bienes mientras se decide el fondo (no al revés).
Registro público de “genios financieros” reincidentes: si cambian de logo, que no cambien de historial.
Educación financiera en escuelas, colmadones y lives: si rinde 30% mensual, no es inversión: es cuento.
Veredicto
En esta comedia de enredos, Mantequilla no es el guionista: es el síntoma. El chiste malo —el verdaderamente malo— es un orden legal que llega tarde, cobra poco y ríe mucho.
Hasta que la justicia deje de ser microondas y pase a horno de leña, seguirán saliendo panes dorados por fuera y crudos por dentro. Y ya sabemos quién termina untado.
Nota: Esta es una pieza satírica. Personajes, situaciones y “modelos de negocio cremosos” se presentan con fines de crítica social y humor. Cualquier parecido con expedientes reales es pura coincidencia… o pura rutina.