Por Panocho Pechocho
8 de octubre de 2025
SANTO DOMINGO — Desde su residencia en algún rincón sin cobertura estable, Ramfis Domínguez Trujillo, autoproclamado salvador de la patria y nieto del autócrata Rafael Leónidas Trujillo, ha denunciado un nuevo atentado contra su cruzada digital: un supuesto «boicot sistemático» a su serie de transmisiones en vivo tituladas «Ramfis en Casa.»
Según Ramfis, fuerzas oscuras (posiblemente el mismo algoritmo de YouTube) conspiran para silenciarlo cada vez que intenta compartir sus reflexiones sobre la corrupción, los apagones y —por supuesto— su amor por los espejos retrovisores del pasado. «Mi equipo tecnológico ya está emplazado a fondo para detectar y neutralizar estos ataques», declaró con la solemnidad de quien todavía usa Internet Explorer.
El nieto que pelea con el Wi-Fi
Lo que en otros hogares dominicanos se conoce como «se fue el Internet,» en la mansión de Ramfis se interpreta como «censura internacional.» Fuentes cercanas aseguran que su router lleva más golpes que la democracia dominicana durante la Era del Chivo.
«Cada vez que digo ‘Trujillo construyó carreteras’, el video se frisa. Coincidencia? No lo creo,» dijo el nieto del dictador, sin considerar que su abuela, desde el más allá, podría estar desconectando el modem para evitar más vergüenza familiar.
El fantasma del algoritmo
Para los seguidores del Partido Esperanza Democrática (PED) —una organización que, según la última encuesta Gallup, ocupa el cuarto lugar en relevancia y el primero en teorías de conspiración—, lo que vive Ramfis no es simple mala señal. Es, aseguran, una guerra espiritual entre la patria y el Wi-Fi globalista.
«Los enemigos del pueblo saben que la verdad duele,» afirmó un simpatizante mientras reiniciaba el modem por quinta vez. Otro militante comentó que el espíritu del abuelo podría estar interfiriendo las transmisiones porque «a Trujillo no le gustaba que nadie hablara más que él.»
De «Dios en el Cielo, Trujillo en la Tierra» a «Ramfis en Casa, pero sin señal»
No es la primera vez que el apellido Trujillo busca protagonismo en escenarios insólitos. En Providence, Rhode Island, una carroza proclamó «Dios en el Cielo – Trujillo en la Tierra,» y ahora, años después, el nieto intenta revivir el mito… pero desde su sala.
El problema, claro, es que el pueblo ya no se convence con promesas de orden y cemento, sino con buena conexión y datos ilimitados. «La patria necesita fibra óptica, no fibra moral reciclada,» opinó un espectador mientras el video de Ramfis se pausaba para cargar.
«No me puedo preocupar por la historia… pero sí por el buffering»
En una entrevista previa, Ramfis declaró: «Yo no me puedo preocupar por la historia.» Y, al parecer, tampoco por la tecnología. Cada transmisión interrumpida es para él un nuevo capítulo del martirologio digital. En el fondo, el nieto del dictador no teme al olvido histórico, sino a algo mucho peor: un comentario con risa en el chat en vivo.
Mientras tanto, sus asesores planean renombrar el programa a «Ramfis en Pausa» o «Trujillo Reloaded», dependiendo de cuál cargue más rápido.
Epílogo: La dictadura del Internet
Los tiempos han cambiado. El control de la prensa ya no se ejerce con censores y armas, sino con lag y notificaciones de copyright. Y así, entre discursos congelados y pantallas pixeladas, Ramfis continúa su misión: conquistar la nación… una transmisión caída a la vez.
Porque si su abuelo gobernó con miedo, Ramfis gobierna con mala señal.