Por Panocho Pechocho
22 de octubre de 2025
La diputada y pastora Altagracia de los Santos (PRM) descubrió el misterio de la economía dominicana: el problema no es la canasta básica ni el salario mínimo; es el calzado. Según ella, para legislar con dignidad hacen falta zapatos cerrados, ropa «formal todos los días» , carro lavado 24/7 y gasolina sin milagros. Con ese paquete de «gastos ministeriales de la pasarela» —perdón, gastos de representación—, los RD$320,000 brutos (unos RD$240,000 netos) no dan. Solución: RD$500,000 mensuales. «Del medio millón para arriba» , amén.
El problema, diputada, es que mientras usted almidona collares y lustra suelas, hay un país que camina en chancletas rotas: gente que cobra RD$20,000 al mes —con suerte— y que hace milagros con la luz, la comida y los pasajes. En ese país, el «carro lavado todo el día» se llama guagua llena, y el «zapato cerrado» es el tenis remendado con pega loca antes de entrar al turno.
Congreso-pasarela: colección otoño/invierno
La propuesta salió a modelar por los pasillos con el estribillo de siempre: «ser diputado cuesta». Claro que cuesta: cuesta al pueblo. Porque el agua de ese lavado «24/7» no viene de su bolsillo; viene de la nómina que paga el que no tiene ni agua en la llave. Y la formalidad diaria no debería ser de etiqueta y marca, sino de trabajo y decencia.
Mientras los hospitales sin insumos hacen colectas, mientras los docentes ponen de su bolsillo para fotocopias, mientras los policías suplenan con motoconcho el sueldo que no alcanza, usted pide medio millón para que el vehículo brille y el zapato no sea «de pacas» . ¿Sabe quién compra en pacas? Su electorado.
Manual del Congresista de Pasarela (edición extendida)
Renombre el lujo: a la tintorería dígale «representación» ; al chofer, «logística» ; al brillo del cromo, «protocolo» .
Lance la queja: «no da, no alcanza» , como si RD$240,000 netos fueran un castigo divino y no un salario privilegiado en un país de salarios de hambre.
Culpe a la imagen: si alguien cuestiona, responda «zapatos cerrados» tres veces y el demonio del sentido común se retira.
Apele a la fe: «Dios proveerá». Y en efecto, provee el contribuyente.
Liturgia del zapato cerrado
Nos informan que legislar en zapatos de pacas amenaza la república. Que el cuero barato desestabiliza el Estado. Que el brillo del vehículo es directamente proporcional a la calidad de la ley. Que la dignidad parlamentaria no cabe en una plantilla de goma. Qué descubrimiento teórico: la ciencia política del lustrado.
Pregunta honesta: si el traje y el carro determinan la eficacia legislativa, ¿por qué tenemos leyes tan flojas y fiscalización tan selectiva con tanto saco planchado en el hemiciclo?
Factura del Pueblo
RD$320,000 brutos (RD$240,000 netos) «no dan».
RD$500,000 sería «razonable» para no rebajarse a pacas.
Mientras, salario mínimo que no cubre canasta básica.
Y cada mes, diezmos obligatorios al altar del combustible, la tintorería y el lavado diario.
La aritmética es sencilla: el sacrificio para abajo, el confort para arriba. Economía de goteo, sí, pero al revés: se exprime al que menos tiene para hidratar la planta VIP.
Preguntas que no cierran (como esos zapatos)
Si RD$240,000 netos no alcanzan para «representar», ¿cuánto necesita un maestro para educar?
Si el carro debe estar «lavado todo el día», ¿por qué el país vive pasado por agua sucia en barrios sin acueducto?
Si el Congreso es pasarela, ¿cuándo es que empieza la función de legislar?
Protocolo de austeridad auténtica (por si quieren parecer serios)
Publicar gastos de representación, viáticos y exoneraciones con recibos y montos, mes por mes.
Congelar sus salarios hasta que el salario mínimo cubra 100% de la canasta básica.
Eliminar privilegios que no tengan justificación de servicio (no de brillo).
Rendir cuentas al final de cada periodo sobre proyectos presentados, aprobados y su impacto.
Regla de oro: si da vergüenza contarlo en público, no se cobra.
El «cambio» que llegó con etiqueta
El PRM prometió un país distinto; algunos interpretaron «distinto» como más fino. El problema de fondo no es el cuero del zapato, sino la piel delgada ante la crítica y la coraza gruesa frente a las urgencias del país. Confunden dignidad del cargo con lujo del cargo. Y así, el Congreso se vuelve boutique, y el pueblo, cliente sin crédito.
Veredicto ESENDOM
Si para representar al pueblo hay que ir con medio millón en la suela, entonces no están representando a ese pueblo. Porque ese pueblo camina descalzo sobre asfalto caliente, monta carritos rotos, paga impuestos de primer mundo por servicios de tercero y todavía debe aguantar sermones sobre zapatos, gasolina y lavados eternos.
El Congreso no es un desfile. La decencia no se lustra; se practica.
Y si el sueldo «no da», devuélvanlo al mostrador y dejen pasar a alguien que sepa legislar sin facturarle la pasarela al país.