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Cultura y conciencia

¡Bienvenido a bordo, pasajero 850! El turismo inverso en la era Trump (sátira)

Sátira, HumorNelson SantanaComment

Ah, qué hermoso es vivir en estos tiempos tan prósperos de nuestra querida Quisqueya, donde cada día nos despertamos con noticias que nos llenan el alma de...envíos humanos. ¿Será esta la inversión extranjera de la cual los funcionarios han estado hablando?

El boom del turismo charter gubernamental

Con un ritmo tan alegre como un merengue en reversa, los vuelos de deportación hacia la República Dominicana han tomado protagonismo en la cartelera internacional. Desde la vuelta triunfal de Donald Trump a la Casa Blanca, nos encontramos entre los 10 destinos turísticos preferidos del ICE. ¡Un orgullo nacional! Ya no somos solo famosos por el ron, el béisbol y el dembow, sino también por recibir con los brazos abiertos a nuestros hijos descarriados del Bronx.

Según cifras recientes, hemos tenido el privilegio de recibir 12 vuelos cortesía del gobierno de los Estados Unidos. ¡Ni JetBlue nos manda tantos aviones! Y eso sin contar los que llegan por ferry, vuelo comercial o escondidos en la maleta de un primo que «va de visita».

Observemos, por ejemplo, la excelente coordinación logística de este programa. Mientras el Ministerio de Turismo se rompe la cabeza promocionando playas paradisíacas, el ICE nos está mandando turistas gratis. ¡Eso sí es trabajo en equipo bilateral!

Los paquetes «Todo incluido» del Tío Sam

¿Quién necesita Visa cuando puedes viajar esposado? Los nuevos paquetes «Todo Incluido» del ICE vienen con desayuno federal, transporte directo desde centros de detención en Louisiana, y una despedida afectuosa del agente Smith. ¡Una experiencia multicultural y multisensorial que empieza con «You’re being removed» y termina con «¡Coño, otra vez en el AILA»!

Y no crean que esto es exclusivo de nosotros. Compartimos esta dicha con países como Guatemala, Honduras y México, que encabezan la lista del «Club de Repatriación Premium». Pero no se equivoquen, ¡nosotros lo hacemos con sabor caribeño! Aquí los recibimos con sancocho... y una multa administrativa.

Mientras tanto, nuestros políticos siguen en sus redes sociales hablando de «diversificar la economía» y «atraer inversión extranjera». ¡Pero si ya la tenemos! El gobierno americano está invirtiendo millones en mandarnos gente de vuelta. ¿Eso no cuenta como cooperación internacional?

¿Y quién responde por esta repatriación masiva?

Nadie, mi hermano. Porque como dice el refrán contemporáneo: «Si te deportan, resuelve». El gobierno hace su parte: los recibe, los ficha, les toma una foto pa' Instagram Stories del Ministerio de Interior y Policía, y les desea suerte en su nueva vida sin papeles, sin empleo y sin la menor esperanza de conseguir trabajo que no sea vender peso' en el semáforo.

Y hablando de responsabilidades, ¿quién responde por los que se fueron caminando por la frontera y ahora vuelven volando? Nadie, claro. Porque en este país las tragedias migratorias se archivan con la misma velocidad que los expedientes de corrupción: rápido, en silencio y sin responsables.

El turismo inverso: nuevo motor económico nacional

Ya no exportamos mangú, ahora exportamos gente. Y luego la importamos de vuelta. Un ciclo sostenible de desilusión transnacional que haría llorar de orgullo a cualquier economista del Banco Central.

Las remesas siguen llegando —gracias, viajeros involuntarios del pasado—, porque mientras más lejos están nuestros compatriotas, más quieren esta tierra. Mandan su dinero aquí, donde se rinde como cuatro veces menos, y mientras tanto, sus sueños americanos se mantienen firmes... bueno, casi firmes, porque los acaban de despertar a las 5 AM con «Immigration! Open the door»!

Y hablando de remesas, nuestros brillantes economistas han descubierto una nueva forma de optimizar este flujo: ¡cobrarle impuestos! Porque claro, ¿qué mejor manera de agradecer a los que mandan dinero desde el extranjero que quitándoles un pedacito extra? Es la economía moderna: mientras ellos se parten el lomo lavando platos en Queens para mandar $200, nosotros aquí celebramos que ahora el Estado va a recibir su tajada. ¡Eso sí es pensar en grande!

La lógica es impecable: si te deportamos, pierdes el trabajo que te permitía mandar dinero. Y si no te deportamos pero mandas dinero, te cobramos impuesto por mandarlo. ¡Win-win! O como dirían en el Ministerio de Hacienda: "Diversificación tributaria con enfoque diasporiano."

En el frente económico, esta nueva industria está en su mejor momento. Tanto así que ya estamos pensando en cobrar impuesto de llegada a los deportados. Es que el país está creciendo tanto que necesitamos nuevas fuentes de ingreso... Como dice Shelow Shaq, «Ah, tá de p*ng*».

La nueva terminal del progreso

Así que prepárate, Dominicana, que junio promete más vuelos que Semana Santa. Con una meta de 3,000 deportaciones diarias, y un promedio de 850 almas por día en mayo, es solo cuestión de tiempo antes de que tengamos que construir una nueva terminal: «Aeropuerto Internacional del Retorno Nacional», patrocinado por ICE y con servicio exclusivo de Avelo Air y Global X.

Porque nada dice «bienvenido a casa» como bajarte de un charter con una bolsita transparente en la mano, preguntando si el peso todavía sirve y si La Sirena acepta EBT cards. Que lo reciben con una tarjeta de solidaridad que no va a funcionar en el supermercado de La Sirena o El Nacional porque un funcionario la vacío antes de entregarla.

El impacto humano de esta situación es innegable, pero parece que es más fácil hacer chistes que crear programas de apoyo real para quienes regresan después de décadas construyendo una vida en otro lado.

En conclusión

Y recuerda: si ves a un primo que no veías desde 2002 preguntando por dónde se coge la guagua pa' Villa Mella, no preguntes mucho. Dale un abrazo, un vaso de agua, y toda la solidaridad que no está recibiendo del Estado. Porque la única diferencia entre él y tú podría haber sido una visa o un momento de suerte.

Vivimos en una época donde la migración funciona en reversa, donde nuestros líderes demuestran diariamente que la creatividad dominicana no tiene límites, especialmente al momento de justificar por qué no hay programas de reinserción, por qué no hay empleos, y por qué la única respuesta institucional es un sello en el pasaporte y un «que Dios te bendiga».

Así que brindemos, dominicanos, dominicanas, dominicanxs deportadx, por esta nación que cada día recibe más hijos perdidos, aunque nadie sepa exactamente qué hacer con ellos.

¡Bienvenidos, compatriotas del retorno forzoso! ¡La patria los recibe con los brazos abiertos y el presupuesto cerrado! Todo esto está, como diría cualquier ciudadano observando esta situación... completamente desorganizado.