Por Carabela García
16 de enero de 2018
Estas últimas semanas han colocado al escritor dominicano Frank Báez en la cima del éxito: no paran las llamadas telefónicas, las entrevistas, las traducciones, las antologías y las menciones en la gran prensa. No paran tampoco las invitaciones a fiestas y seminarios, así como a innumerables charlas y bonches en cafetines, fondas, bibliotecas y espacios culturales en lo ancho y hondo del continente americano.
Empujados por la envidia y un cierto complejo de inferioridad ante la popularidad de la joven luminaria o luciérnaga de la literatura en Santo Domingo, un grupo de escritores, a los que unió la literatura y la holgazanería por igual a pesar de recelos y chismes, han puesto en marcha un plan que busca como objetivo destronar a Frank Báez y llegar a la fama que tanto desean adoptando la siguiente formula literaria:
- Leer más literatura beat
- Beber agua de coco en la calle El Conde y luego escribir un poema
- Ser apolítico
- Mirar a la cuestión social más a menudo
- Nunca temer las influencias
- Terminar esa novela que lleva ya una década y pico
- Reírse de la vida
- Terminar ese poema (15 años, 12 minutos y 35 segundos revisándolo)
- Ir al cine
- Leer más/disfrutar más
- Dejar el chisme o chismear menos
- Trabajar/hacer el trabajo
- Lanzar una revista y darle seguimiento, aunque te lean tres gatitos
- Darse una vuelta con la Madrina de todo lo cool en Santo Domingo
- Leer escritores fuera del Boom
- Dejar atrás la mezquindad
- Rechazar toda dadiva o migaja del estado y ponerse a trabajar en serio
- Menos envidia
- Beber Prestige, moonshine, mojitos, guarapo de piña; el vino y el quesito es tan 1985
- Caminar (especialmente por los barrios, barriadas y bares de mala muerte)
- Caminar (especialmente por las calles bohemias, callejones y callejuelas, vidrieras céntricas de la ciudad)
- Tomar notas de cada instante. De cada exposición/presentación cultural.
- Mirarte en el espejo una y otra vez
- Madrugar con nuevos borradores poéticos
- Dejar la haraganería atrás. Muy atrás…
- Y, por último, si nada de esto funciona: imitar al FFB (Fucking Frank Báez)
Es de esperar a ver si los escritores—de reconocida vagancia mercurial—dejan sus amenazas y por fin cumplen con llevar al cabo la ruta o plan que les llevara al éxito o al estrellato. Ojo, Frank Báez. Mucho ojo.
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