Por Emmanuel Espinal
3 de octubre de 2019
Historias dominicanas en teatro son difíciles de encontrar hasta que conoces a Marco Antonio Rodríguez. Marco Antonio es ver encender la luz de un cigarrillo que quema lento el alma en la oscuridad de la noche, darse un traguito de Barceló con hielo diluyendo el estrés de la vida, hasta llegar a un reino a la orilla de un mar. Bautizar sus pies entre el mar y la arena de unas líneas en acto teatral para despertar sentado en el asiento esponjado de un teatro viendo dominicanidad personificada en escenario. Las obras de Marco Antonio son ese cafecito de la tarde que despierta los sentidos con aroma caribeño. El 15 de octubre del 2019, el Repertorio Español encenderá sus luces al último proyecto de Marco Antonio, la adaptación de la novela «La breve y maravillosa vida de Oscar Wao» de Junot Díaz. De antesala nos permitió esta entrevista sobre esta nueva obra y muchos otros temas
En estos últimos años haz estado actuando en comerciales, incluso el último fue para NAPA Auto Parts. ¿Cómo se dio el de la lotería de Nueva York? ¿Cuál ha sido tú favorito y por qué?
El mundo de los comerciales es un mundo maravilloso porque creas un equipo de familia que trabaja arduamente por uno o dos días, llegas al set, filmas tu comercial, te pagan muy bien y se acabo. No es algo que se toma mucho tiempo para crear y presentar. Los comerciales que hago se me dan porque tengo agentes que me representan. Ellos me mandan a audiciones y de ahí me entra el trabajo. He tenido mucha suerte en ese aspecto porque de verdad disfruto mucho filmar comerciales y llevo esa energía positiva a mis audiciones.
En realidad, no tengo un comercial favorito porque la he pasado muy bien en todos los que he filmado. Cada uno es diferente. A veces tienes que viajar lo cual es divino. Visitas ciudades o países que nunca has visitado. Si vamos a hablar de un comercial favorito creo que, aunque en realidad no lo recuerdo porque hace muchos años, quizás fue el primero. Digo el primero porque tienes esa alegría de por fin agarrar uno. Tienes nervios, pero también euforia de estar en el set por primera vez. Aunque si te soy sincero esa sensación todavía me pasa cuando trabajo.
Hace unos meses atrás en mayo formaste parte de un panel en la Primera conferencia del Dominican Writers Association, titulado Dominicans in Theater: Where are our stories?. ¿Podrías compartir un poco con nosotros acerca de esa experiencia?
Este fascinante panel fue moderado por la dramaturga Dominicana-Americana Guadalís del Carmen que también reside en Nueva York. Tuvimos una buena conversación sobre el tema del porque no se ven más historias Dominicanas o Dominicana-Americana en los teatros. Para mi en particular es un tema sumamente interesante porque hace años cuando escribí «La Luz De Un Cigarrillo» lo hice porque me di cuenta que casi no había teatro Dominicano contemporáneo en Nueva York. Habían Dominicanos haciendo teatro maravilloso pero era mayormente teatro clásico o si era contemporáneo hacían una o dos funciones y ahí quedaba. Claro, están las historias de Trujillo, Las Hermanas Mirabal, las obras de Juan Bosch y otros más pero no veía historias contemporáneas Dominicanas con una larga corrida en los teatros. Observaba que había dramaturgos no Dominicanos contando nuestras historias pero esa autenticidad, esa particularidad nuestra no estaba muy presente. Por eso escribí «La Luz De Un Cigarrillo». Me inspiré en el mundo Dominican-York en el cual crecí para contar esta historia universal pero auténticamente Dominicana con el dialecto Dominicano y en español sobre la relación conflictiva entre madre e hijo y tocando el tema tabú de la sexualidad. Escribí la obra, como quien dice, a ciegas. No sabía si se iba a producir. Simplemente sabía que tenía que escribirla y llenar ese vacío en el teatro Hispano y específicamente en el teatro Dominicano. La obra explotó con un éxito inesperado y de ahí arrancó hacia varias ciudades de los estados unidos y en países como la Argentina.
En el panel de este verano pasado me doy cuenta que todavía no estamos viendo mucho teatro Dominicano-Americano contemporáneo ni en inglés ni en español. No ha cambiado mucho la vaina. Le doy crédito a Repertorio Español por darme la plataforma para presentar nuestras historias contemporáneas con obras como «Barceló Con Hielo y ahora» con «La Breve y Maravillosa Vida de Oscar Wao». Repertorio se dedica a explorar y presentar las diferentes voces Latinas de nuestros países. Hay que apoyar compañías como Repertorio. Hablamos de esto en el panel al igual de cómo podemos crear más espacio, más incentivos para que los teatros Americanos también produzcan obras Dominicanas en inglés. Este tema en particular para mi es un poco delicado. Creo que una de las cosas que a veces nos pasa como artistas, y me incluyo en esto, es que nos aferramos mucho a desear lo que ya tiene fama. Entonces, si vamos a escribir algo, nos «afixiamos» (como decimos los Dominicanos) en este o aquel teatro Americano o en este o aquel teatro que sea más corriente; con un público más grande. Creo que a veces pensamos que llegar a un teatro Americano es la medida del éxito. Me parece que la mejor manera de atacar esto es simplemente escribir nuestras historias y si la mandamos a diferentes teatros Americanos y esos teatros no la producen uno mismo se mueve y la auto-produce. Uno mismo busca la manera de que esas historias sean contadas. Ya sea asociándose con un teatro como lo hice yo con LaTea para que ellos produjeran «La Luz De Un Cigarrillo». No podemos sentarnos a esperar por teatros grandes de renombre que a lo mejor mayormente sirven a una comunidad más Americana. Cuando aparezca una obra Dominicana o Dominicana-Americana o simplemente de un dramaturgo de origen Dominicano, ir y apoyar a ese escritor por más pequeño o poco conocido que sea el teatro. Cuando no se están dando las cosas como tú quieres, uno mismo mete mano. De lo más pequeño nace lo más grande. Si no hacemos esto, los años pasan y seguiremos con la misma pregunta: ¿Dónde están nuestras historias? Ultimadamente esto es un negocio y la taquilla habla. Si se dan cuenta que hay un mercado grande para nuestras historias quizás no tendremos que ir donde ellos a tocar puertas. Ellos vendrán donde nosotros.
En junio tuviste una primera lectura de tu obra «Bloom», ¿de qué se trata la obra brevemente y hay planes para exhibirla?
Sinopsis: Después de ser capturado, encarcelado y torturado por lo que se ha considerado un estilo de vida «vergonzoso», ROTE regresa a casa. Su madre, JULIA, tiene poco tiempo para decidir si ejecutará a su único hijo y librará al país de lo que su gobierno ha decretado como «la vergüenza de la nación» o enfrentará la vergüenza pública y el asesinato de ella y toda su familia. A medida que el reloj avanza hacia una decisión final, la batalla por la vida, la verdad y la comprensión se ve sacudida por revelaciones inesperadas que desafían a madre e hijo a cuestionar ideas preconcebidas el uno del otro y el verdadero significado del amor incondicional.
Estoy teniendo algunas conversaciones sobre la posibilidad de exhibirla.
Después de presentar tú obra original de «Barceló con hielo» en el Repertorio Español, haz seguido trabajando con ellos con la adaptación tuya de «En el nombre de Salomé» y ahora con tú adaptación y tú dirección de la obra «La breve y maravillosa vida de Oscar Wao». ¿Cómo se siente poder exhibir tú trabajo en un escenario como lo es el Repertorio Español?
Yo crecí viendo obras en el Repertorio Español. Mi primer idioma es el Español por lo tanto siempre me interesaba las artes en español. Estar ahora trabajando ahí por varios años, sirviendo a nuestra comunidad Latina como dramaturgo, actor y director es una fantasía hecha realidad. Me encanta el enfoque que tengo con lo Dominicano y como Repertorio lo arropa con todo su apoyo y amor. Nuestros refranes, las palabras cortadas, la poesía y música de nuestro dialecto tan bello… El compartir eso en un escenario legendario como lo es Repertorio Español es una verdadera bendición. Hay mucho público para estas obras. Uno de los públicos que más asiste al Repertorio Español es el Dominicano. Esto hace de nuestro trabajo en conjunto un matrimonio perfecto.
«La luz de un cigarrillo» ha seguido teniendo éxito en Argentina y otros estados de los Estados Unidos, ¿hay una posibilidad de que se pueda exhibir en el Repertorio Español?
«La Luz De Un Cigarrillo» se presento en Nueva York en diferentes teatros por dos años consecutivos. Primero en LaTEA después en Lehman Stages y luego en El Comisionado Dominicano de Cultura. Por ese motivo no sé si se presentará en el Repertorio Español. Quizás en un futuro. La Luz sigue y sigue brillando. Ya se ha presentado en varias ciudades de los Estados Unidos, en países como la Argentina y la estudian en varias universidades Americanas e internacionales.
En unas semanas es la premier de «La breve y maravillosa vida de Oscar Wao», ¿cómo fue para ti trabajar en la adaptación de tan reconocida obra de Junot Díaz? ¿Qué cambios tuviste que hacerle a la novela para hacer el guión de la adaptación?
Junot conoce mi trabajo. Asistió a una presentación de «La Luz De Un Cigarrillo» y quedó encantado. En ese entonces exploramos la posibilidad de adaptar Oscar Wao pero los derechos estaban atados a otros proyectos que se estaban cocinando. Esperamos un tiempo y le volví a preguntar pero el estaba bien enfocado en su trabajo con la novela, This Is How You Lose Her. Fue un proceso de varios años para que todo compaginara y se diera este proyecto. Y se ha hecho una versión de Oscar Wao como un unipersonal y también una compañía en California hizo una adaptación de la novela hace varios añosquedó. Hasta una novela gráfica existe sobre Oscar Wao. Este proyecto en particular lo queríamos hacer en español y con el toque Dominicano. Es un honor que Junot confíe en mí. Nos comunicamos bastante. Le mando versiones del libreto, el me da notas, etc… El mantiene un canal de comunicación bien abierto conmigo lo cual le agradezco.
Para mí, el adaptar la novela va más allá de los premios que ha ganado la novela o lo reconocida que es la historia de Oscar Wao. Mi enfoque es más, ¿cuál es la historia que quiero contar? No puedo contar la novela completa. ¿En qué nos vamos a enfocar en esta producción? Teniendo en cuenta mí voz particular como dramaturgo, ¿cuál es la manera auténtica que yo puedo contar esta historia que va con mí voz artística pero a la misma vez honra la voz de Junot? Combinado, podemos contar algo que impacte pero a su misma vez entretenga y nos presente personajes con matices. En lo que se refiere a cambios, ambos entendemos que no podemos incluir todo lo que pasa en la novela. Uno va cortando y enfocando la historia. ¿Cambios específicos? Eso se lo dejo al público que vea. El que vaya a ver la obra tiene que entender que no es la novela pero si carga el espíritu de ella. Hay más enfoque en la amistad de Oscar y Yunior. Oscar resalta más como nuestro héroe. No revelo más cambios porque quiero que los que hayan leído la novela la disfruten al igual que a aquellos que nunca la han leído. Me interesa mucho los que no la hayan leído. Los que ya leyeron van a tener sus fuertes opiniones sea como sea. ¿Por qué sacaste esto? ¿Por qué no dejaste aquello? ¿Qué pasó con esta parte? Los que no leyeron la novela me encantaría saber que captaron de la historia para ver si de verdad capturamos la esencia de la historia.
Para esta obra, ¿qué fue más difícil escribir: el guión como adaptación de la novela escrita por Junot Díaz o dirigir tú propia adaptación?
Adaptar el libreto y dirigirlo son dos disciplinas totalmente distintas. Cada cual representa diferentes retos. En la dramaturgia es estar seguro de que no vas a adaptar la novela tal como es. Solo tenemos dos horas para contar nuestra historia. Hay que enfocar y tratar de contar la historia que tú, como dramaturgo, quieres contar, con tú voz pero con la esencia y espíritu de la novela. Con la dirección, es ejecutarlo todo visualmente. Contar la historia lo más claro posible con los movimientos de los actores, escenografía, luces, sonido, etc… Son dos retos totalmente distintos. Lo estoy manejando con cuidado para que el uno no se enrede con el otro. Cuando comenzamos el primer ensayo ya había estado trabajando el libreto por un par de años. El libreto ya tenía cierta formación sólida y no había que enfocarse mucho en hacerle cambios. Por este trabajo que ya había hecho antes de comenzar el primer ensayo pude enfocarme en como voy a contar la manera de forma visual. O sea, en la dirección. Entiendo que no todo dramaturgo es director pero si pienso que el director siempre debe de trabajar muy de cerca con el dramaturgo. ¿Quién más que el escritor para compartir la visión que está viendo en su cabeza? Esto de escribir y dirigir tú propio material no es algo nuevo. Pasa mucho en Hollywood. Inclusive muchos escritores, si pueden, prefieren dirigir su propio material porque esto les da más control artístico. A mi me encanta trabajar en colaboración y por eso me encanta dirigir. El escribir es una disciplina solitaria. El dirigir te obliga a escuchar otras opiniones y colaborar para ejecutar una visión. Tengo mucha suerte de contar con equipo de producción maravilloso que me ayuda y mantiene firme en el camino. Mi asistente de dirección, Victoria Pérez Maggiolo, por ejemplo, ha estado a mi mano derecha en todo el proceso y tiene un estupendo ojo artístico que muchas veces capta cosas que a mi, como director y dramaturgo, se me pasan. Tener un equipo de primera me facilita el doble trabajo como escritor y director.
Dentro del elenco de «La breve y maravillosa vida de Oscar Wao» están actrices con las cuales haz trabajado antes. Específicamente Arisleyda Lombert, quien protagonizó a Tía Divina en «La luz de un cigarrillo», y Maite Bonilla, quien protagonizó a Ramona en «En el nombre de Salomé». ¿Cómo es trabajar con ellas? ¿Cuándo haz escrito los guiones, ha sido con ellas específicamente en mente para esos personajes?
Trabajar con estas dos titanes de la actuación es un verdadero placer. Las dos son actrices sumamente orgánicas. Desde el primer día de ensayos están conectadas orgánicamente a sus personajes. Cuando trabajas con ellas sabes que estás trabajando con dos artistas que entienden muy bien las complejidades del ser humano y no le tienen miedo a explorar la luz y oscuridad de ello. Se entregan totalmente a sus personajes sin excusas o limitaciones. Dan todo y más en el escenario. Siempre sacan de lo más orgánico de ellas mismas en su trabajo. Lo real. Lo humano. Muchas veces la gente confunde su trabajo con la realidad. Es tanta la entrega de estas actrices que el público piensa que de verdad son los personajes que interpretan. A mi en particular me fascina cuando veo a un actor que te puede hacer reír en un momento y en el otro te parte el corazón. Efectivamente cuando escribo ciertos personajes las tengo a ellas en mente. Las conozco muy bien como actrices y conozco sus voces. Se que siempre puedo contar con ellas para realizar personajes inolvidables.
¿Dónde quisieras llegar con tus obras Broadway, Hollywood (La pantalla grande ya que el lugar no existe en si) o la pantalla chica?
Trato de no pensar mucho en eso. Sea teatro, televisión o cine, trato de dejar que Dios y el universo me guíen. Muchas veces uno tiene un plan. El universo tiene otro. Uno resiste lo cual crea más de lo que uno NO quiere. Si te dejas llevar por la corriente del río y no contra el, recibes sorpresas inesperadas. La otra cosa sumamente importante para mi es VIVIR. No solo trabajar todo el tiempo. Disfrutar de la vida con viajes, compartir con amigos, familia. Para mí esto es de suma importancia para un artista porque de ese vivir recibes inspiración para tu trabajo. Mi meta artística es contar nuestras historias con verdad, honestidad, integridad, con mucho corazón y con mucho drama y risa. Por ahí voy. Fluyendo en cierta ciertas corrientes. A ver donde me deja.
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Marco Antonio Rodríguez es un galardonado autor, actor, productor y director theatral de descendencia dominicana. Autor de la aclamada obra «La Luz de un Cigarrillo» y también la obra «Barceló con Hielo». «La breve y maravillosa vida de Oscar Wao» es su última adaptación para el Repertorio Español cuál dirige también ; anteriormente había escrito la adaptación de la novela de Julia Álvarez «En el nombre de Salomé» que se presentó el año pasado.
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