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Tres dominicanas en Miss Universo 2025: Jennifer Ventura, Yamilex Hernández y Bereniece Dickenson

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Por ESENDOM
21 de noviembre de 2025

Read in English: Three Dominicans at Miss Universe 2025: Jennifer Ventura, Yamilex Hernández, and Bereniece Dickenson

  • Miss Universo 2025 coronó a la mexicana Fátima Bosch en Bangkok en una final marcada por polémicas internas, renuncias de jueces y un “walkout” de concursantes en solidaridad con la ganadora.

  • Miss Universo 2025 tuvo un sello dominicano poco común: tres candidatas con raíces quisqueyanas compitieron en Tailandia con bandas distintas.

  • Jennifer Ventura (República Dominicana), ingeniera civil de Barahona, avanzó al Top 30 y presentó un traje típico inspirado en la Flor de Bayahíbe.

  • Yamilex Hernández (Miss Universe Latina), vegana residente en Nueva Jersey, hizo historia como primera representante oficial de los latinos de EE.UU. en el certamen y también entró al Top 30.

  • Bereniece Dickenson (Islas Turcas y Caicos) aportó el tercer acento dominicano: prensa dominicana reporta que nació en RD y se crió en Puerto Plata, aunque biografías internacionales no siempre precisan su lugar de nacimiento.

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Tres dominicanas en Miss Universo 2025: Jennifer Ventura, Yamilex Hernández y Bereniece Dickenson ponen a Quisqueya en el centro del mapa

La edición 74 de Miss Universo, celebrada el 21 de noviembre en Pak Kret, Tailandia, quedará marcada por las controversias del certamen y el jurado. Fatima Bosch, de 25 años, se impuso como favorita del público luego de un incidente viral con el director del concurso tailandés, Nawat Itsaragrisil, quien la reprendió públicamente por supuestos desacuerdos de promoción y ordenó que seguridad la retirara del salón. El episodio provocó que varias concursantes se levantaran y se retiraran en solidaridad. La oleada de críticas llevó a Miss Universo a limitar el rol de Itsaragrisil, pero el daño ya estaba hecho: la historia del certamen dejó de ser solo glamour para convertirse también en debate sobre respeto y poder dentro de la industria.

La controversia creció cuando, a días de la final, renunciaron jueces como el músico Omar Harfouch —quien alegó que existía un comité paralelo que habría preseleccionado finalistas— y el exfutbolista Claude Makélélé. La organización negó irregularidades y aseguró que el proceso siguió protocolos oficiales. Aun así, el ruido mediático acompañó toda la noche de coronación.

Pero para República Dominicana —y especialmente para su comunidad en Estados Unidos— la historia más luminosa fue otra: tres mujeres con raíces dominicanas coincidieron en la tarima universal, cada una representando una banda distinta, y dos lograron entrar al Top 30.

No es un detalle menor. Esa triple presencia —República Dominicana, Miss Universe Latina y Turks & Caicos con sangre quisqueyana— refleja la amplitud del «ser dominicano» hoy: una identidad que se desplaza, se multiplica y regresa en formas nuevas. Para los dominicanos en EE.UU., donde la cultura se conserva a fuerza de familias, redes comunitarias, música y orgullo cotidiano, ver ese mosaico dominicano en Miss Universo fue contemplar el mapa migratorio convertido en pasarela.

Jennifer Ventura: Barahona al escenario global

La banda oficial del país la llevó Jennifer Ventura, coronada Miss República Dominicana Universo 2025. Su perfil rompe el molde tradicional: ingeniera civil con doble titulación entre Santo Domingo y Miami, posgrado en gestión empresarial y una plataforma de impacto centrada en abrir caminos para mujeres en sectores técnicos como la construcción.

Su coronación nacional reivindicó a Barahona, provincia que no se llevaba el título desde hacía décadas. En clave dominicana, eso es victoria simbólica para el sur; es decirle al país que el talento no tiene una sola geografía.

En Tailandia, Jennifer avanzó al Top 30 entre más de 120 candidatas. Su momento visual más celebrado fue el traje típico inspirado en la Flor de Bayahíbe, especie endémica y flor nacional. La propuesta evitó el folclorismo predecible y apostó por estética moderna y artesanal, convirtiendo un símbolo natural en imagen de país: delicado, resistente y único. Para la audiencia dominicana —en la isla y el exterior— esa pasarela fue acto de orgullo puro.

Yamilex Hernández: la diáspora compite con nombre propio

Si Jennifer representó a la nación, Yamilex Hernández representó una comunidad continental: los latinos de Estados Unidos. Este año Miss Universo aceptó por primera vez una delegada regional elegida mediante el reality de Telemundo «Miss Universe Latina», y la ganadora fue dominicana.

Yamilex, de 29 años, es oriunda de La Vega, licenciada en Comunicación Social, actriz, modelo y activista comunitaria. Reside en Perth Amboy, Nueva Jersey, uno de los epicentros dominicanos del noreste estadounidense. Su avance al Top 30 fue histórico porque no solo entró como candidata nueva: lo hizo cargando la representación simbólica de más de 68 millones de latinos que viven en EE.UU.

En entrevistas previas, Yamilex ha insistido en que su misión trasciende la corona: llevar historias de migrantes a primera línea, hablar sobre salud mental y afirmar que la identidad latina no es etiqueta uniforme, sino universo de raíces distintas. Ese discurso conecta directamente con la experiencia dominicana en Estados Unidos: familias que llegaron con sacrificio, levantaron casas y negocios, y hoy reclaman visibilidad cultural sin pedir permiso.

Bereniece Dickenson: otra bandera, el mismo origen

La tercera presencia dominicana vino desde otra esquina del Caribe. Bereniece Dickenson compitió como Miss Turks & Caicos. Según un reporte del Diario Libre, nació en República Dominicana, es hija de madre dominicana y padre turcocaiqueño, y pasó su infancia y adolescencia en Puerto Plata antes de mudarse a Turks & Caicos. Esa información circula con fuerza en medios criollos, aunque biografías internacionales no siempre señalan con precisión el lugar de nacimiento.

Con 23 años, Dickenson fue una de las delegadas más jóvenes y completas: estudió Arquitectura y Tecnologías de la Construcción, habla varios idiomas y lidera el proyecto social «The Butterfly Effect», enfocado en mentoría juvenil y empoderamiento femenino. Su presencia recordó un hecho viejo y nuevo a la vez: la dominicanidad se expande más allá de fronteras políticas y se reconoce en rutas familiares caribeñas.

Lo que significa para los dominicanos en EE.UU.

Que dos dominicanas hayan quedado en el Top 30 (Ventura y Yamilex) y una tercera reina con raíces dominicanas haya compartido escenario (Dickenson) es lectura directa de la realidad migratoria. En Estados Unidos, la dominicanidad no es una sola: se es dominicano por nacimiento, por crianza o por herencia. Miss Universo 2025 lo mostró en vivo: la nación también compite desde sus comunidades migrantes y desde su Caribe extendido.

En un certamen marcado por tensiones internas, la noticia limpia fue esta: mientras otras estructuras se tambaleaban, la presencia dominicana se sostuvo con preparación, símbolos culturales bien pensados y plataformas con propósito. Para la isla y su gente fuera, esa es victoria que no depende de una sola corona, sino de una certeza colectiva: Quisqueya sigue caminando con fuerza por el mundo, incluso cuando lo hace desde varias banderas a la vez.

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