Por ESENDOM
13 de diciembre de 2025
Puntos clave:
TIME eligió a los «Arquitectos de la IA» como Persona del Año 2025, destacando a líderes tecnológicos que impulsaron la expansión global de la inteligencia artificial
Entre las figuras reconocidas están Jensen Huang (Nvidia), Sam Altman (OpenAI), Mark Zuckerberg (Meta), Elon Musk (xAI), Lisa Su (AMD), Demis Hassabis (Google DeepMind), Dario Amodei (Anthropic) y Fei-Fei Li (Stanford)
Durante 2025, la IA pasó de promesa a realidad cotidiana, transformando industrias, empleos, educación y relaciones sociales
El auge tecnológico genera preocupaciones por desinformación, salud mental, concentración de poder y desplazamiento laboral
Para República Dominicana, la IA representa oportunidad y riesgo que exige políticas públicas urgentes
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La revista TIME tomó una decisión inusual para su reconocimiento anual: en lugar de seleccionar a un presidente, activista o figura cultural, eligió a un grupo de ejecutivos, científicos y empresarios como Persona del Año 2025. Los denominó «Arquitectos de la Inteligencia Artificial», responsables de diseñar y acelerar los sistemas de IA que hoy transforman el planeta.
Según la publicación, 2025 será recordado como el año en que el potencial completo de la inteligencia artificial «irrumpió sin vuelta atrás», convirtiendo lo que antes era experimentación en infraestructura esencial de la economía global.
En la icónica portada—inspirada en la fotografía Lunch Atop a Skyscraper de 1932—aparecen líderes como Jensen Huang (CEO de Nvidia), Sam Altman (OpenAI), Mark Zuckerberg (Meta), Elon Musk (xAI), Lisa Su (AMD), Demis Hassabis (Google DeepMind), Dario Amodei (Anthropic) y la pionera Fei-Fei Li (Stanford). Sus decisiones han impulsado una carrera tecnológica que TIME compara con la energía nuclear o la conquista espacial.
El año 2025 marcó un punto de inflexión. Herramientas como ChatGPT alcanzaron 800 millones de usuarios semanales. Empresas reestructuraron plantillas completas. Gobiernos integraron la IA en defensa, diplomacia y vigilancia. Gigantes tecnológicos invirtieron cientos de miles de millones en centros de datos y chips especializados. Para algunos analistas, es el inicio de una era de abundancia; para otros, el preludio de una burbuja financiera y crisis social.
Juan Soto: cuando la IA convierte al ídolo dominicano en laboratorio de desinformación
El impacto de la inteligencia artificial en República Dominicana no es solo abstracto ni futuro: ya tiene rostro dominicano y se llama Juan Soto. El jardinero que firmó el contrato más lucrativo en la historia del deporte ($765 millones con los Mets) experimentó en carne propia lo que TIME advierte en su portada: la misma tecnología que promete revolucionar industrias también puede destruir reputaciones en minutos.
En días recientes, circularon imágenes generadas por IA que «mostraban» a Soto en romance con Mia Khalifa—fotos que resultaron ser montajes digitales sobre imágenes de Mark Wahlberg y su esposa de 2018. La velocidad con que se viralizaron estas falsedades ilustra el punto central del reconocimiento de TIME: los Arquitectos de la IA construyeron herramientas poderosas, pero la sociedad dominicana—como tantas otras—aún no desarrolla las defensas necesarias contra su mal uso.
El caso Soto revela una paradoja dominicana: el país produce superestrellas globales del béisbol, pero carece de alfabetización digital para protegerlas—o para protegerse a sí mismo—de la desinformación algorítmica. Mientras Jensen Huang y Sam Altman diseñan el futuro en Silicon Valley, en Santo Domingo miles comparten deepfakes sin cuestionar, convirtiendo a figuras nacionales en víctimas de experimentos virales. La pregunta no es si la IA llegará a transformar RD; ya lo está haciendo. La pregunta es si la sociedad dominicana desarrollará la capacidad crítica para navegar esa transformación sin perder de vista qué es real y qué es fabricado.
Pero el fenómeno va más allá de casos mediáticos. En el país y comunidades en el exterior, la IA ya opera en call centers, universidades, pequeñas empresas, medios digitales y aulas escolares. Jóvenes dominicanos en Santo Domingo, Santiago, Nueva York o Madrid usan chatbots para estudiar, traducir, programar o crear contenido. Pero la misma tecnología amenaza sectores donde trabajan miles de dominicanos: servicios administrativos, atención al cliente y producción creativa básica.
TIME subraya riesgos concretos: proliferación de desinformación, manipulación mediante deepfakes, adicción a chatbots y daños documentados a la salud mental, especialmente en adolescentes. Estos peligros plantean una pregunta urgente sobre la capacidad del Estado dominicano para regular, educar y proteger, sin frenar la innovación.
El reconocimiento revela otra realidad incómoda: la concentración extrema de poder tecnológico en pocas manos, mayoritariamente fuera del Sur Global. Para países como República Dominicana, el reto es evitar quedar relegados al papel de simples consumidores pasivos. La discusión ya no es si usar o no IA, sino cómo hacerlo: con marcos éticos claros, inversión en educación digital, alfabetización tecnológica masiva y protección rigurosa de datos.
TIME no solo premió a quienes construyeron las máquinas inteligentes. Lanzó una advertencia al resto del mundo: la inteligencia artificial avanza a velocidad inédita. Para la sociedad dominicana, el desafío es nítido: prepararse para que esta revolución tecnológica no profundice desigualdades existentes, sino que se convierta en herramienta real de desarrollo, inclusión y soberanía digital.
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