Por ESENDOM
9 de septiembre de 2025
🔹 La dominicana Rose Ferreira pasó de crecer en la pobreza y vivir sin hogar en Nueva York a convertirse en analista de NASA y referente en divulgación científica.
🔹 Su historia fue celebrada oficialmente por NASA en un perfil inspirador, pero el artículo fue eliminado de la web en medio de cambios políticos en EE. UU.
🔹 Ferreira fue despedida semanas después, en un contexto de recortes y eliminación de programas de diversidad e inclusión bajo la administración Trump.
🔹 Su trayectoria simboliza tanto la fragilidad de los logros de minorías en instituciones federales como la fuerza de la resiliencia dominicana frente a la adversidad.
Una trayectoria que parecía sacada del cine
Rose Ferreira nació en República Dominicana, en un vecindario de pocos recursos, sin sospechar jamás que su nombre quedaría registrado en los archivos de la NASA. Durante su infancia, su formación se reducía a "aprender apenas lo necesario para contar los frijoles". Sin embargo, se rehusó a conformarse con ese futuro. Inquisitiva y obstinada —tachada de "rebelde" por quienes la rodeaban—, siempre buscó explicaciones que fueran más allá del simple "Dios así lo hizo" que escuchaba repetidamente.
Cuando cumplió 16 años se trasladó a Nueva York. Ahí enfrentó maltratos, un matrimonio fracasado y llegó a refugiarse bajo un puente en la calle 96 durante tres años. En medio de esas dificultades, logró conseguir empleo como auxiliar de cuidados domiciliarios, ahorró dinero, y gradualmente se abrió paso hacia la educación superior. Cursó estudios en astronomía y ciencias planetarias en Arizona State University, obtuvo un posgrado en ingeniería de sistemas espaciales en Johns Hopkins, y alcanzó lo que parecía inalcanzable: formar parte del equipo de la NASA.
El rostro de la diversidad... y su eliminación
En 2022, la NASA publicó un reportaje sobre Ferreira como modelo de perseverancia y diversidad en el ámbito científico. El artículo se utilizó como recurso educativo en clases de STEM. No obstante, en 2025, después de que Donald Trump asumiera su segunda presidencia, el contenido desapareció del sitio web.
La nueva administración mandó retirar las páginas relacionadas con diversidad, equidad e inclusión (DEIA). Se eliminaron referencias a mujeres y personas de origen minoritario en el programa Artemis, incluyendo una historieta sobre una astronauta latina. Ferreira se enteró desde su cama de hospital, mientras se recuperaba de una neumonía, de que su biografía también había sido suprimida. "Tuve la sensación de que todo mi trabajo se estaba desmoronando gradualmente", expresó.
Aunque la página fue restablecida después de la protesta en plataformas digitales, el impacto simbólico fue demoledor: una señal inequívoca de que su posición estaba en riesgo.
El despido y la incertidumbre
El 21 de febrero de 2025, Ferreira recibió el alta hospitalaria. Regresó a la NASA algunos días más tarde. Apenas 20 días después de haber denunciado públicamente en redes la eliminación de su historia, fue cesada en una junta donde ni siquiera le permitieron expresarse. La acusaron de fallar en sus obligaciones laborales. "Me hicieron sentir como una delincuente", comentó.
El despido se produjo mientras la institución enfrentaba reducciones presupuestarias de hasta 24% y presiones políticas para disminuir programas vinculados con diversidad y cambio climático.
Una dominicana que motiva desde las dificultades
Para la colectividad dominicana, la trayectoria de Ferreira representa un reflejo de lucha y perseverancia. De ser una niña sin acceso a agua potable en República Dominicana, a convertirse en una mujer sin vivienda en Nueva York, hasta llegar a explorar las estrellas con el telescopio James Webb, su camino desafía las expectativas.
Actualmente, aunque ya no trabaja en la NASA, Ferreira continúa dedicada a su labor activista para hacer la ciencia más accesible a comunidades desfavorecidas. Su mensaje es directo: "Algunos de nosotros tenemos que esforzarnos mucho más por las mismas oportunidades. Si yo logré hacerlo, tú también puedes".
Contexto dominicano
El caso de Rose Ferreira también genera interrogantes sobre la presencia de los dominicanos en la ciencia internacional. En una nación donde más de un cuarto de sus habitantes vive en condiciones de pobreza, su ascenso representa un testimonio del poder transformador de la educación y la determinación. A la vez, su despido evidencia cómo los logros de inmigrantes y minorías pueden verse amenazados por cambios en el panorama político.
Su mirada, perpetuamente dirigida hacia la Luna, nos trae a la memoria tantas noches de cortes eléctricos en los barrios dominicanos donde los niños, como ella en su momento, sueñan contemplando el firmamento.
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