Por Miguel Ojoepalo
17 de mayo, 2010
Es probable que unos cuantos en Santo Domingo lamentaran el hecho de que Pechito, ex-esposo de la hija menor del dictador Rafael Leónidas Trujillo, se quitara la vida en la madrugada del 8 de mayo. Pero esos son solo unos cuantos que se pueden contar con los dedos de una mano. Entre ellos se podrían encontrar sus familiares más cercanos y minorías ultra conservadoras que añoran el regreso a los tiempos de sangre y oscuridad.
Pero lo que es cierto es que el pueblo no lamento la muerte de este animal en vida que tantas vidas mutiló en las cámaras de torturas durante el régimen despótico.
Pechito El Torturador murió de forma brutal guiado por la cobardía y el desencanto por la vida. Así debe ser recordado.
Lo lamentable no es su muerte en sí, sino el hecho de que sus crímenes hayan quedado impunes. Al respecto, una crónica del periódico Hoy, escrita por Ángela Peña el día en que Pechito se suicidó, provee detalles que muchos sabían callaban acerca del historial criminal del deceso y el perdón presidencial que el siniestro Dr. Balaguer, mano derecha del dictador, le otorgó a él en su gobierno de los Doce Años: “León Estévez, a quien apodaban “Pechito”, fue condenado en contumacia el 4 de febrero de 1965 a 30 años de trabajos públicos y al pago de las costas, acusado de haber participado, junto a Ramfis Trujillo, en los asesinatos de Pedro Livio Cedeño, Modesto Díaz, Luis Manuel Cáceres, Huáscar Tejeda, Salvador Estrella Sahdalá y Roberto Pastoriza, héroes del 30 de Mayo que fueron eliminados en la “Hacienda María”.
También se le vinculó a las muertes de Félix Calderón, Fabriciano de la Cruz y Pedro María Romero Alcántara.
El 28 de junio de 1977 fue favorecido con un auto de no ha lugar, dictado por el juez Bienvenido Melo Germán, quien consideró que había prescrito la sentencia. El fiscal del Distrito Nacional de entonces, Augusto César Canó González, lo recibió en su despacho y ordenó su libertad, según una crónica del Listín Diario.
Que quede claro que a Pechito, torturador, cobarde y animal en vida, el balaguerismo en el poder lo favoreció y que gobiernos presididos por el PRD y el PLD nunca movieron un dedo para castigar a este asesino trujillista y a otros que rondan por ahí.