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Cultura y conciencia

No cantes victoria Vladdy: crónica de un jonrón adelantado (sátira)

Sátira, HumorNelson SantanaComment

Por Panocho Pechocho
5 de noviembre de 2025

En El Bronx sonó Sinatra y en la cueva azul sonaron los coros burlones. Hubo espuma, baile y bocinas traviesas. Todo bien... hasta que el béisbol, ese dios sin Twitter pero con memoria larga, pasó la cuenta con intereses. Vladimir Guerrero Jr. quería ganar la Serie para su papá. Quería la postal perfecta: hijo MVP, padre orgulloso, Toronto en lo más alto. Pero la película cambió: los Dodgers levantaron el trofeo y la foto viral fue Vladdy solo en el dugout, mirando el piso como quien acaba de aprender lo que ningún coach enseña.

Aviso pa'l coro del «te lo dije manín»: esto no es burla; es espejo. El protagonista pudo ser cualquiera. En octubre, el béisbol no humilla: educa.

El relajo es sabroso... hasta que cobra

El ALDS fue fiesta en casa ajena. Toronto eliminó a los Yankees en el mismísimo Yankee Stadium y el clubhouse se volvió karaoke. El mánager tiró su línea picante; Big Papi y Vladdy le dieron al clásico de John Sterling. Meme listo, trending garantizado.

Problema: en béisbol, cada «ja-ja» deja un pagaré.

El pico del cometa

En el ALCS, Vladdy se puso en modo videojuego. Jonrones, extrabases, liderazgo. El hijo del inmortal jugando como si la historia ya estuviera firmada ante notario. Renovación de medio billón, elogios de todos lados, y la frase correcta —«el trabajo no ha terminado»— repetida como mantra. Hasta aquí, puro cine.

El padre que dice «bájale»

Serie Mundial, capítulo de epopeya. Juego maratón de 18 entradas, duelo de nervios, y al día siguiente palo monumental de Vladdy a Shohei. Toronto empata y la ciudad tiembla.

En medio del temblor entra la voz grave de Guerrero Sr.: «Fue un juego. No es tiempo de celebrar». No lo dijo pa' apagar la alegría; lo dijo pa' enfriar la soberbia. Es la escuela dominicana de la humildad: puedes sonreír, pero no te guille. La temporada te deja si te pasas de listo.

El final que duele

Juego 7. Extra innings. Una jugada que por centímetros no fue gloria y por milímetros fue doble play. Dodgers campeones. La cámara regresa: Vladdy Jr., último en irse, ojos vidriosos. Del meme a la meditación en 30 segundos. Luego el mensaje correcto: gratitud, disculpas sinceras, cabeza en alto. Duele, claro. Pero duele mejor cuando entiendes.

Mandamientos de octubre (pa' peloteros, fanáticos y community managers)

No cantes victoria en la cuarta entrada. El juego dura nueve, y a veces once.

No conviertas al rival en punchline. En octubre, el algoritmo no fildea.

Si tiras de burla, prepárate pa' la devuelta. Hoy bailas tú, mañana te ponen bolero funeral.

Respeta al monstruo del séptimo. Suele tragarse las frases virales.

Escucha a los viejos. Cuando un Guerrero dice «no es tiempo», es no es tiempo.

Deja que hable el box score. Tiene mejor dicción que cualquier micrófono caliente.

La pelota cobra. Y factura el día más visto.

Moraleja (sin regodeo)

Celebrar temprano no suma carreras; resta enfoque. Burlarse del vecino no te hace campeón; te hace ruido. Y el ruido es enemigo del swing. Vladdy Jr. no perdió por taunt: perdió porque enfrente hubo un gigante que jugó un out mejor. Punto.

La enseñanza no es «no celebren», sino cuándo y cómo. Celebra con tu gente, respeta al rival, guarda la frase pa' después del out 27... o del 33. Porque el béisbol, como la vida, no perdona los brindis adelantados.

Hoy el hijo aprendió lo que el padre ya sabía. Mañana, cuando vuelva a sonar lo que sea en cualquier estadio: ni burlas ni madrugonazos de gloria. Jueguen, ganen o pierdan, y después canten lo que quieran.