Por Panocho Pechocho
13 de agosto de 2025
En la República Dominicana sí hay libertad de expresión.
Solo que es como el Internet del Gobierno:
funciona cuando no la necesitas.
La última en comprobarlo fue una escritora dominicana de la diáspora que creyó que la Bandera Nacional podía convivir con la diversidad sexual y la poesía.
Error.
Porque en este país:
Puedes malversar fondos y salir en portada.
Puedes robar energía y hasta usar tu logo en la factura.
Pero no te metas con el himno.
Ni con Duarte.
Ni con la moral.
Ni con el escudo.
Ni con la Biblia de Wilson Gómez.
🎤 Cuando rimar te puede costar 90 días
Todo comenzó cuando esta autora presentó una versión poética inspirada en la estructura del Himno Nacional con contenido identitario LGBTIQ+.
En Brooklyn: performance aplaudido.
En Santo Domingo: expediente penal.
Porque aquí, la poesía es libre…
hasta que se mezcla con identidad.
Hasta que cuestiona.
Hasta que canta distinto.
📚 Ley 210-19: El manual de “cállate con elegancia”
La Ley es clara:
Alterar el himno es un crimen.
Pero también es claro que cuestionar por qué esa ley existe en 2025 es casi igual de peligroso.
Wilson Gómez Ramírez, director vitalicio del Club de Patriotas Ofendidos Anónimos, advirtió que procederán hasta obtener «una sentencia ejemplar».
(Sí, ejemplar. Como cuando le dan tres meses de cárcel a una poeta y 0 meses a un funcionario con 14 cuentas en las Islas Caimán.)
Juan Pablo Uribe, desde su púlpito patriótico, recordó que «el Ministerio Público puede actuar de oficio».
Y claro que puede… cuando se trata de poesía.
Cuando es corrupción, el ministerio se toma unas vacaciones «por falta de tipificación penal específica».
🇩🇴 Diáspora vs. Realidad: El reality show
La autora vive en Estados Unidos, donde la gente se manifiesta con drag queens leyendo cuentos infantiles y nadie llama a la fiscalía.
Ella creyó que la libertad era un derecho.
En RD, la libertad es un privilegio que se renueva con cada gobierno y se cancela si usas rimas subversivas.
La diáspora no lo entiende.
Ellos creen que pueden importar libertades como si fueran velones de Bath & Body Works.
Pero no, manita. Aquí el paquete incluye el himno, la Biblia y un manual de moralidad oficial sellado con cera y rezos.
🧠 Libertad con condiciones… y asterisco
La libertad de expresión dominicana viene con cláusulas como:
Artículo 33: No toques mis símbolos.
Artículo 210-19: Tu arte puede ser evidencia.
Artículo moral nacional: La gente gay existe, pero no la menciones frente al escudo.
Y si aún no entiendes, recuerda este lema no oficial del Estado:
«Eres libre de hablar… mientras nadie importante te escuche».
🏛️ Reflexión final (con himno instrumental de fondo)
El verdadero escándalo no fue el poema.
Fue la reacción.
Fue la velocidad con la que se moviliza el aparato estatal cuando se siente ofendido… por poesía.
¿Y la pregunta clave?
¿Tan frágil es nuestra identidad nacional que no resiste un verso lésbico?
Tal vez el problema no sea la escritora.
Tal vez el problema es que nuestra democracia es tan insegura que necesita leyes poéticas para no romperse.
Y mientras se discute si la rima fue delito o performance, el Estado sigue afinando su himno.
Uno que suena fuerte, pero solo para callar.