Por Emmanuel Espinal y Nelson Santana
17 de diciembre de 2025
Nueva York se queda con la copa, Towns se queda con el compromiso
Karl-Anthony Towns no necesitó una línea estelar para escribir el momento más importante de su noche en Las Vegas. Con 16 puntos y 11 rebotes —jugando con molestias en la pantorrilla que lo sacaron brevemente de la cancha— el dominicano-estadounidense ayudó a los New York Knicks a vencer 124-113 a los San Antonio Spurs y coronarse campeones de la Emirates NBA Cup 2025. Pero la verdadera noticia llegó después del pitazo final: Towns confirmó que donará los $530,933 del premio individual a su fundación en República Dominicana, destinados al complejo deportivo que construye cerca de Santiago en honor a su madre, Jacqueline Cruz-Towns.
Los números del título
Los Knicks remontaron desde un déficit de doble dígito con una arrancada demoledora en el último cuarto (35-19), sellando su primer trofeo desde el campeonato de 1973. OG Anunoby lideró la ofensiva con 28 puntos, Jalen Brunson cerró con 25 puntos y 8 asistencias para llevarse el MVP—Jugador Más Valioso—del torneo, y Mitchell Robinson dominó el rebote ofensivo (10) para generar 32 puntos de segunda oportunidad —una cifra que San Antonio no había permitido desde 2001.
Towns enfrentó un susto físico: salió del juego en el tercer cuarto por molestias en la pantorrilla izquierda, la misma que lo había obligado a perderse un partido días antes. Regresó en el cuarto final —con el equipo necesitándolo— y aportó presencia interior, espaciamiento y dos triples clave que obligaron a la defensa de los Spurs a respetar su rango. No fue vistoso, pero fue efectivo. Y para la comunidad dominicana que siguió cada minuto desde Nueva York hasta El Cibao, fue suficiente.
El simbolismo que importa
Para el público dominicano, Towns funciona como referente dual: es la estrella de la NBA que muchos siguieron desde Minnesota y ahora en Nueva York, pero también es el jugador que nunca ha soltado el vínculo con la dominicanidad. Su participación con la selección nacional desde los 15 años, su aspiración pública de representar al país en Juegos Olímpicos, y ahora esta donación inmediata tras ganar el trofeo refuerzan una narrativa que trasciende el deporte.
La NBA Cup crece. Las semifinales generaron más de 400 millones de vistas en plataformas digitales (+126% interanual), señal de que el torneo se consolidó como evento relevante en el calendario. Para Towns, ganar este trofeo en el Madison Square Garden simbólico —vistiendo los colores de una franquicia con epicentro caribeño y latino— tiene peso específico. Nueva York es barrio, barbería, grupo de WhatsApp. Cuando los Knicks ganan, la comunidad dominicana lo celebra como propio.
En el pospartido, Towns también se volvió noticia fuera de la tabla de estadísticas. En Instagram publicó una foto de una llamada de celebración con el actor Timothée Chalamet, fanático conocido de los Knicks, y aprovechó el momento para impulsar el «marketing» de Marty Supreme, la nueva película vinculada a Chalamet, con una frase en tono de aprobación mientras festejaban. El gesto sirve como termómetro: hoy los Knicks no solo ganan, también dominan conversación, y Towns —dominicano en el centro del escenario— aparece como un puente entre el tabloncillo, la farándula neoyorquina y la narrativa mediática del equipo. Y sí: Spike Lee sigue siendo el ícono, presente en primera fila en Las Vegas; lo de Chalamet es la nueva ola que confirma cuán «mainstream» se ha vuelto este grupo campeón.
De Las Vegas a Tamboril
El proyecto que recibirá el dinero —canalizado a través de GO Ministries y World Youth Clubs— incluye canchas de baloncesto, áreas de entrenamiento, espacios educativos y, según Towns confirmó tras el partido, apoyo a familias en situación de vulnerabilidad para construir viviendas. Es infraestructura concreta en una zona cerca de Santiago donde los recursos escasean y las oportunidades se multiplican cuando llegan.
Towns fundó la KAT Team Foundation en 2017, enfocada en oportunidades educativas para jóvenes en situación vulnerable y en la concientización sobre el autismo. Su trabajo en justicia social le valió el Kareem Abdul-Jabbar Social Justice Champion Award en 2024, el primer jugador de los Timberwolves en recibir el reconocimiento.
Towns jugó con dolor, remontó un partido difícil, levantó un trofeo relevante y convirtió el premio en herramienta de impacto social antes de que se enfriara la celebración. Eso no es simbólico. Es coherente con una conversación dominicana de fondo: qué hacemos cuando el éxito llega.
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