Por Nelson Santana
21 de octubre de 2025
El reconocimiento otorgado a Vladimir Guerrero Jr. es el Jugador Más Valioso de la Serie de Campeonato de la Liga Americana (ALCS).
TORONTO — El béisbol tiene momentos que trascienden las estadísticas, y Vladimir Guerrero Jr. acaba de escribir uno con tinta indeleble en la historia de octubre. El hijo del Hall of Famer Vladimir Guerrero fue coronado MVP de la ALCS 2025 después de demoler a Seattle con una actuación para enmarcar: .385 de average (10-26), 3 jonrones monumentales, 3 dobles que retumbaron en las paredes, 4 bases por bolas y apenas 2 ponches. Números de videojuego. Números de leyenda.
«¡Gracias por traer la energía... Lo hacemos por ustedes!», gritó Vladdy al recibir el trofeo, mientras el Rogers Centre explotaba en una ovación que se escuchó hasta en Santo Domingo. Ese mensaje no fue solo para Toronto; fue un abrazo a toda una nación que late con cada swing del Junior.
El Juego 7 que devolvió la gloria a Canadá
George Springer conectó el tablazo de tres carreras que sentenció el 4-3 definitivo en el Juego 7, pero que nadie se confunda: esta serie tenía nombre y apellido dominicano. Con seis cuadrangulares en toda la postemporada —empatando el récord histórico de los Blue Jays—, Guerrero Jr. fue el motor imparable que llevó a Toronto a su primera Serie Mundial desde que Joe Carter inmortalizara 1993.
Los Dodgers llegan este viernes (8 p.m. ET, FOX) al Rogers Centre, pero encontrarán a un Vladdy en modo supernova y a 40,000 gargantas canadienses cantando con acento caribeño.
“Él es la cara de la franquicia”
Las lágrimas que conmovieron a un continente
Hay imágenes que valen más que cualquier estadística. Vlaimel, la princesa de 8 años de la casa Guerrero, no pudo contener las lágrimas cuando papá selló el pase al Clásico de Otoño. Su madre, Nathalie, compartió ese momento puro en las redes, y el béisbol entero se derritió. Porque octubre no es solo de jonrones; es de familias que sueñan juntas, de legados que se construyen entre generaciones.
«Nací aquí»: El MVP con dos banderas en el corazón
«Nací aquí», le recordó Vladdy a los medios, refiriéndose a Montreal, aunque su alma se forjó entre los cañaverales de La Romana y los diamantes polvorientos de la academia de su padre. John Schneider, el estratega de Toronto, no necesitó muchas palabras: «Él es la cara de la franquicia».
Y vaya que los Blue Jays pusieron su dinero donde está su fe: 14 años, 500 millones de dólares. Una apuesta que hoy, con Toronto a cuatro victorias de la gloria total, parece la ganga del siglo. Este es el momento más grande del béisbol canadiense en 32 años, y tiene sabor a plátano maduro y maple syrup.
La invasión dominicana que incendió octubre
Pero Vladdy no estuvo solo en este show caribeño:
• Julio Rodríguez (Seattle Mariners)
El orgullo de Loma de Cabrera casi, CASI, llevó a los Marineros a la tierra prometida. Su misil de 423 pies en el Juego 7 fue poesía violenta. Con 4 HR y 9 impulsadas en estos playoffs, J-Rod confirmó que octubre le queda perfecto. Seattle se quedó a las puertas, pero el futuro tiene acento dominicano en el Noroeste.
• Teoscar Hernández (Los Angeles Dodgers)
El bate de Cotuí llega caliente como el mabí de la esquina: 4 jonrones y 11 remolcadas en la postemporada, incluyendo golpes decisivos contra Milwaukee en la NLCS. Será el duelo dentro del duelo cuando se mida a su compatriota Vladdy en la Serie Mundial.
• Freddy Peralta (Milwaukee Brewers)
El as mocano llevó a los Cerveceros hasta donde pudo. Aunque Los Ángeles lo descifró en el Juego 2 de la NLCS, Peralta reafirmó que el pitcheo dominicano sigue siendo moneda de cambio en octubre.
El escenario está servido
Serie Mundial 2025
Viernes 24 de octubre, 8 p.m. ET (FOX)
Rogers Centre, Toronto
De un lado, los Blue Jays con Guerrero Jr. en estado de gracia, cargando las esperanzas de 38 millones de canadienses y 11 millones de dominicanos. Del otro, los Dodgers de Shohei Ohtani, Mookie Betts y el dominicano Teoscar Hernández, buscando reafirmar su dinastía.
Toronto no gana una Serie Mundial desde 1993. Los Ángeles quiere su octavo título. Pero más allá de las franquicias, octubre 2025 ya tiene su verdad grabada en piedra: cuando importa de verdad, cuando las luces son más brillantes y la presión más pesada, el béisbol habla con acento quisqueyano.
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