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Cultura y conciencia

Mes de la herencia hispana y latinoamericana: orgullo dominicano en el béisbol

Beísbol, Deportes, MLBNelson SantanaComment

Por Emmanuel Espinal y Nelson Santana
15 de octubre de 2025

Cada septiembre, mientras se celebra el Mes de la Herencia Hispana y Latinoamericana y se recuerda el Día de Roberto Clemente en MLB (15 de septiembre), el béisbol se convierte en un escenario privilegiado para resaltar las hazañas de los peloteros latinos. Entre todas las naciones, la República Dominicana ha tenido un impacto desproporcionado, forjando leyendas del pasado y produciendo fenómenos del presente.

Orgullo y compromiso: los dominicanos ganadores del Premio Roberto Clemente

Collage: Emmanuel Espinal

El Premio Roberto Clemente, que honra a los peloteros por su labor comunitaria y humanitaria, también ha reconocido la grandeza de los dominicanos más allá del terreno:

  • Sammy Sosa (1998): por su impacto social en Chicago y su natal República Dominicana.

  • Albert Pujols (2008): por la Fundación Pujols Family, dedicada a personas con síndrome de Down y comunidades necesitadas en RD y EE.UU.

  • David Ortiz (2011): por su trabajo con niños en situación de riesgo y pacientes con problemas cardíacos a través de su fundación.

  • Nelson Cruz (2021): por su liderazgo comunitario en Las Matas de Santa Cruz, donde apoyó en salud, educación y desarrollo social.

Estos reconocimientos reflejan que el legado dominicano no solo se mide en jonrones, hits o guantes de oro, sino también en valores, solidaridad y compromiso humano.

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Juan Marichal: el pionero inmortal

Antes de Sosa, Beltré, Rodríguez y Pujols, hubo un hombre que abrió el camino para todos: Juan Marichal, el legendario lanzador derecho de San Francisco Giants. Conocido como «El Dandy Dominicano», Marichal brilló en la década de 1960 con su inconfundible estilo de pierna alzada, acumulando:

  • 243 victorias en Grandes Ligas.

  • 2.89 de efectividad en su carrera.

  • 10 Juegos de Estrellas.

En 1983 se convirtió en el primer dominicano exaltado al Salón de la Fama de Cooperstown, un hito que consolidó el legado dominicano en MLB y abrió las puertas para las futuras generaciones.

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Sammy Sosa: El hijo pródigo que volvió a casa

Este 2025 será recordado como el año en que Sammy Sosa, tras más de dos décadas de distanciamiento, volvió al Wrigley Field para ser exaltado al Salón de la Fama de los Chicago Cubs. Sus números hablan por sí solos:

  • 609 jonrones en total, de los cuales 545 fueron con los Cubs.

  • Único jugador en la historia con tres temporadas con más de 60 cuadrangulares.

  • MVP de la Liga Nacional en 1998, durante la histórica carrera jonronera frente a Mark McGwire.

El regreso de Sosa simbolizó un acto de justicia tardía para un ídolo que convirtió a los Cubs en atracción mundial y que encarna el poderío dominicano en las Grandes Ligas.

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Adrián Beltré: Bronce inmortal en Texas

Otro momento histórico lo protagonizó Adrián Beltré, quien fue inmortalizado en bronce frente al Globe Life Field de los Texas Rangers. La estatua refleja su icónico swing de rodilla, marca registrada de un antesalista que acumuló:

  • 3,166 hits, récord histórico para un tercera base.

  • 477 jonrones y un WAR de 93.5, solo detrás de Mike Schmidt y Eddie Mathews en su posición.

  • Inmortal de Cooperstown en 2024, con 95.1% de votos en su primera boleta.

El gesto de Texas simboliza cómo un dominicano se convirtió en capitán silencioso y referente de disciplina y alegría.

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Alex Rodríguez: talento descomunal y legado polémico

Hablar de Alex Rodríguez (A-Rod) es hablar de uno de los jugadores más completos que ha dado el béisbol. De ascendencia dominicana, aunque nacido en Nueva York, Rodríguez es considerado por muchos como el mejor pelotero dominicano de todos los tiempos, pese a las controversias que acompañaron su carrera.

Los números respaldan esa afirmación:

  • 696 jonrones, cuarto en la lista histórica de Grandes Ligas.

  • Más de 3,100 hits y 2,086 carreras impulsadas.

  • Tres premios MVP o Jugador Más Valioso (2003, 2005, 2007).

  • Dos Guantes de Oro y 10 Bates de Plata.

  • Campeón de Serie Mundial en 2009 con los Yankees, donde brilló en la postemporada con 6 cuadrangulares y 18 impulsadas, récord de la franquicia en playoff.

A-Rod firmó los dos contratos más grandes de la historia del béisbol en su momento ($252 millones y $272 millones), y su impacto mediático trascendió el terreno. Aunque la sombra de los esteroides empañó su narrativa, su talento natural y sus logros lo colocan en una esfera de pocos elegidos.

Para muchos, su historia es también un espejo cultural: amado, criticado y, sobre todo, envidiado, Rodríguez sigue siendo un ícono que abrió puertas para otros peloteros dominicanos y latinos, demostrando que podían ser la cara de una franquicia y de toda una liga.

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Albert Pujols: «La Máquina» de consistencia y poder

Si Rodríguez representa el talento exuberante y polémico, Albert Pujols encarna la constancia, humildad y respeto. Nacido en Santo Domingo, Pujols debutó con los St. Louis Cardinals en 2001 y rápidamente se consolidó como uno de los mejores bateadores de todos los tiempos.

Su legado es apabullante:

  • 703 jonrones en su carrera, cuarto en la lista histórica, superando a Rodríguez en su retiro.

  • Más de 3,300 hits, 2,200 impulsadas y 117.6 WAR, uno de los más altos en la historia de MLB.

  • Dos campeonatos de Serie Mundial (2006, 2011) con los Cardinals.

  • Tres premios MVP de la Liga Nacional y dos Guantes de Oro como primera base.

  • El primer jugador en la historia con al menos 700 HR, 3,000 hits y 2,000 impulsadas.

Apodado «La Máquina», Pujols no solo fue una fuerza ofensiva imparable, sino también un líder silencioso, admirado tanto en el clubhouse como en la comunidad. Ganó el Premio Roberto Clemente en 2008 por su labor filantrópica, consolidando su figura como ejemplo de excelencia dentro y fuera del terreno.

En el eterno debate entre Rodríguez y Pujols, los números ofrecen matices: A-Rod destacó por su versatilidad y poder en posiciones premium (torpedero y antesalista), mientras que Pujols se convirtió en el modelo de consistencia ofensiva y longevidad. Ambos, sin duda, son pilares del legado dominicano en MLB, y sus carreras seguirán siendo referentes para futuras generaciones.

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Vladimir Guerrero: Poder en su esencia natural de un Salón de la Fama

Vladimir Guerrero padre, inmortal de Cooperstown desde 2018, fue un bateador temido por su agresividad y capacidad de conectar cualquier lanzamiento. Con 449 jonrones, 2,590 hits y un promedio de .318, el «Orgullo de Don Gregorio» se convirtió en símbolo de disciplina y alegría caribeña.

Su hijo, Vladimir Guerrero Jr., heredó el swing devastador y lo adaptó a la era moderna. Estrella de los Toronto Blue Jays, ya cuenta con un campeonato del Derby de Jonrones (2023) y múltiples temporadas de 40 cuadrangulares, además de ser subcampeón en la votación al MVP de 2021.

Juntos representan algo más que estadísticas: son la confirmación de que el talento, la pasión y el orgullo dominicano se transmiten de generación en generación. El apellido Guerrero ya no es solo una referencia histórica, sino una dinastía viva del béisbol.

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La nueva generación: récords y proezas

La herencia dominicana continúa renovándose con figuras que ya marcan hitos.

  • Oneil Cruz (Pirates): en mayo de 2025 conectó el batazo más fuerte jamás registrado por Statcast: 122.9 MPH, superando al propio Giancarlo Stanton. Con 6’7” de estatura, Cruz redefine la fusión entre físico caribeño y talento técnico.

  • Julio Rodríguez (Mariners): con apenas 24 años, ya suma más de 100 jonrones y 100 bases robadas en sus primeras cuatro temporadas, una marca inédita en la historia de MLB. Su mezcla de poder, velocidad y carisma lo proyecta como uno de los rostros globales del béisbol.

  • Teoscar Hernández (Dodgers): campeón del Derby de Jonrones 2024, tercer dominicano consecutivo en lograrlo tras Vladimir Guerrero Jr. (2023) y Juan Soto (2022). Hernández se convirtió en el séptimo dominicano en la historia en ganar el Derby.

Ídolos del ayer: el legado que cimentó el camino

La República Dominicana ha aportado nombres inolvidables que marcaron época:

  • Pedro Martínez, tres veces Cy Young y miembro del Salón de la Fama.

  • David Ortiz, héroe de postemporada y leyenda de los Red Sox.

  • Manny Ramírez, Vladimir Guerrero padre, Albert Pujols, Robinson Canó y Bartolo Colón, cada uno con récords, campeonatos y momentos que permanecen en la memoria colectiva.

Estos pioneros establecieron la ruta para que las nuevas generaciones hoy dominen titulares y récords.

Orgullo compartido: otras estrellas latinas

Aunque el peso dominicano es innegable, el Mes de la Herencia Hispana también honra a íconos de otros países latinoamericanos:

  • Roberto Clemente (Puerto Rico): modelo de excelencia deportiva y compromiso humanitario, cuyo legado se honra cada 15 de septiembre en MLB.

  • Miguel Cabrera (Venezuela): triple corona de bateo en 2012 y más de 3,000 hits.

  • Fernando Valenzuela (México): el «Fernandomanía» de los 80, ícono cultural y deportivo.

  • José Altuve (Venezuela): símbolo de constancia, campeón y MVP con los Astros.

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Conclusión: Ayer, hoy y mañana del béisbol dominicano

La historia del béisbol dominicano en Grandes Ligas es una narrativa de grandeza, resiliencia y orgullo que atraviesa generaciones. Sammy Sosa encendió la chispa global con sus cuadrangulares históricos y su carisma; Adrián Beltré convirtió la excelencia silenciosa en un arte inmortalizado en bronce; Alex Rodríguez rompió barreras con contratos sin precedentes y un talento desbordante; y Albert Pujols definió lo que significa ser la máquina de la consistencia, un modelo de humildad y dominio prolongado.

A ellos se suma una nueva camada que está escribiendo capítulos igual de memorables: Oneil Cruz con la pelota más rápida jamás conectada, Julio Rodríguez con récords de poder y velocidad que lo proyectan como rostro global del béisbol, y Teoscar Hernández, que prolonga la tradición de dominio dominicano en el Derby de Jonrones. Cada uno encarna un relevo que asegura que la bandera tricolor siga ondeando con fuerza en los estadios más importantes del mundo.

El impacto dominicano no se limita a las estadísticas. Es cultural. Es simbólico. Desde los barrios de San Pedro de Macorís, Loma de Cabrera y Nizao, hasta las grandes ciudades de Estados Unidos, los peloteros dominicanos han convertido el béisbol en una extensión de identidad nacional y orgullo diaspórico.

Y aunque el protagonismo quisqueyano es contundente, este relato se inserta en una constelación más amplia de estrellas latinas: Roberto Clemente, Miguel Cabrera, José Altuve y Fernando Valenzuela, entre otros, que juntos han hecho del béisbol un idioma común de América Latina.

Así, en este Mes de la Herencia Hispana y Latinoamericana, el béisbol se erige como un recordatorio de que la historia no es solo de estadísticas y trofeos, sino de pueblos enteros que ven reflejados sus sueños, luchas y alegrías en cada swing. Ayer fueron Sosa, Beltré, Rodríguez y Pujols; hoy son Julio, Oneil y Teoscar; y mañana serán los miles de jóvenes que en cada play de Quisqueya practican bajo el sol con la esperanza de continuar un legado que parece no tener fin.