Un periodista dominicano teme por su vida
En los últimos meses, varios periodistas en la República Dominicana se han convertido en víctimas de la violencia, relacionada con el tráfico de drogas y la persecución política.
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Marino Zapete acusa al jefe de la policía de planificar su asesinato
Por José Efraín Estrella
17 de junio, 2010
Sólo este año varios de los periodistas en la República Dominicana han sufrido ataques mortales, mientras que otros han recibido amenazas de muerte por sicarios con el objetivo de intimidar a los periodistas que investigan a los militares y funcionarios gubernamentales que están implicados en escándalos de drogas y encubrimiento como la masacre de Paya en 2008 en que altos jefes militares fueron vinculados con el narcotráfico.
El 4 de junio, Marino Zapete, un conocido periodista independiente, denunció la existencia de un plan policial para asesinarlo. En 2007, Zapete publicó un libro denunciando la corrupción del gobierno durante la administración del ex presidenteHipólito Mejía.
El libro también reveló las prácticas de corrupción durante los gobiernos ante- riores del actual presidente Leonel Fernández.
Zapete, quien se ha convertido en un blanco de ataque de las críticas de los polí- ticos, dijo a la red digital Clave Digital que recibió un disco compacto dentro de un sobre en donde se reveló un plan elaborado para asesinarlo, dirigido por Rafael Guillermo Guzmán Fermín, jefe de la policía.
Bajo el reinado de Guzmán Fermín, han ocurrido ejecuciones extrajudiciales contra los jóvenes pobres y los presuntos criminales han aumentado considerablemente. Según el informe anual 2009 de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, en los primeros ocho meses del año 2009, 400 personas fueron asesinadas por la poli- cía en lo que la policía ha nombrado "intercambio de disparos”.
Sin embargo, ha sido bien documentado que muchos de los individuos asesina- dos por la policía no portaban armas en el momento del evento.
En marzo, los informes de medios de comunicación revelaron que el padre de Guzmán Fermín era propietario de un apartamento en Torre Atiemar, un complejo de condominios de lujo vinculado a narcotraficantes españoles deportados a España cuando estalló el escándalo de este año. Pero más interrogantes surgieron cuando los medios de comunicación revelaron que Arturo Del Tiempo, el cabecilla de la operación de drogas, se le concedió el título agente honorario de la policía durante su estancia en el país.