Muchos no conocen o no saben como empezó mi amistad y relación con Bartolo Alvarado. Empieza a muy temprana edad. Antes de conocerlo en persona, como a los nueve años mi hermana mayor nos llevó a mis dos sobrinos y a mi a ver un show con El Cieguito de Nagua, a un lugar donde participaban músicos y artistas de diferente partes de Latinoamérica, como José Luís Rodríguez «El Puma», Angélica María y músicos tradicionales de Puerto Rico. En los comienzos de los años setentas en el bajo Manhattan, entre lo que se conoce como el Lower East Side y la pequeña Italia, había o comenzó un movimiento de la música típica. Una señora llamada Irma Díaz, que fue dueña de varios restaurantes de comida dominicana, donde invitaba a conjuntos típicos a tocar. Ahí llegaban la mayoría de los músicos típicos como Chichito Villa, Miguel Santana y la otra leyenda Tatico Henríquez y sus músicos. Que fiestas se armaban, ¡Wow! Ahí nos conocemos el gran Bartolo Alvarado y yo. Ya para ese tiempo tenía más o menos entre diez a doce años.
Aproximadamente a los doce años me llevan a participar en unos shows que el tenía en dos de los teatros más conocidos en la ciudad de Nueva York. Uno de ellos el Teatro Jefferson que estaba cerca del famoso Palladium en la calle 14 de Manhattan. Según fueron pasando los años siempre estuvimos en contacto de alguna forma u otra. El siempre le decía a mi papa de una forma chistosa, compay Mende, déme al «Chinito» o «Mañú», como me llamaba mi papa de ves en cuando, para llevármelo a tocar conmigo para Santiago. Eso no sucedió, pero en el año 1981 fui de gira por primera vez a la República Dominicana con otro gran acordeonista King De la Rosa. En unas de esas giras hasta en casa de Bartolo me quedé a dormir y compartir con él. Hay más que podría compartir de nuestra amistad pero quiero que sepan que tan grande y especial fue Bartolo en mi vida como persona y músico. Un mes atrás fui a verlo por primera vez en mucho tiempo, que alegría y tristeza a la vez me dio verlo así, un hombre con tanto humor y esa sonrisa siempre. Solo puedo decirte... Bartolo, estarás en mi corazón y siempre te recordaré. Hasta un día mi viejo amigo Bartolo Alvarado «El Cieguito De Nagua».
Ray «Chino» Díaz