Imagén: Emmanuel Espinal
Por Nelson Santana
28 de julio de 2025
«Entrena duro, reza, cómete tus vitaminas y sé un verdadero americano».
Estas fueron las palabras que marcaron a toda una generación. Hulk Hogan—la leyenda, el ícono, el inmortal—transmitió este mensaje a innumerables niños como yo que pasamos cada sábado por la mañana pegados al televisor durante los años 80 y 90. Hogan trascendió la lucha libre profesional misma. Se convirtió en un fenómeno cultural, una potencia del entretenimiento cuya influencia llegó mucho más allá del cuadrilátero—«ring»—de la lucha libre. A los 71 años, falleció el 24 de julio de 2025, en Clearwater, Florida, tras sufrir un paro cardíaco, según informó TMZ Sports. Con su partida, hemos perdido una era dorada del entretenimiento deportivo.
De Terry Bollea a fenómeno mundial
Nacido como Terry Gene Bollea el 11 de agosto de 1953 en Augusta, Georgia, el futuro súper estrella de la lucha se crió en Tampa, Florida. Desde temprana edad sobresalió por su físico imponente, su amor por la música (tocaba el bajo en bandas de rock) y una fascinación absoluta por la lucha libre profesional, especialmente inspirado por leyendas como «Superstar» Billy Graham. Tras su entrenamiento bajo el exigente Hiro Matsuda (quien famosamente le fracturó la pierna durante su primera sesión en 1977), ingresó oficialmente a la lucha libre profesional.
Compitió en varias promociones usando nombres como Sterling Golden y Terry «The Hulk» Boulder antes de descubrir su personaje definitivo: Hulk Hogan—un nombre derivado del personaje The Hulk de Marvel Comics. Con su cabello rubio platinado, bigote de herradura y físico imposiblemente musculoso, Hogan se convirtió en un personaje más grande que la vida misma.
Su momento definitorio llegó en 1984 cuando derrotó al Iron Sheik en el Madison Square Garden para capturar el Campeonato Mundial de la WWF. Esta victoria lanzó la era de Hulkamania, y la lucha libre profesional cambió para siempre.
El Héroe de los 80: Hulkamania, WrestleMania y el dominio de la cultura popular
A lo largo de los años 80, Hulk Hogan se volvió sinónimo de lucha libre. Encabezó los primeros eventos de WrestleMania, apareció en la portada de Sports Illustrated y trajo celebridades como Mr. T y Cyndi Lauper al ring durante la legendaria era del Rock ‘n’ Wrestling. Se convirtió en el rostro que transformó la lucha en entretenimiento familiar de miles de millones de dólares. Su rivalidad con Andre The Giant (André el Gigante), particularmente el legendario body slam en WrestleMania III, sigue siendo uno de los momentos más reproducidos en la historia del entretenimiento deportivo.
Hogan se expandió más allá de la lucha libre hacia el cine y la televisión, apareciendo en las películas Rocky III y Suburban Commando y las series Thunder in Paradise y de reality familiar Hogan Knows Best. En el entretenimiento infantil, inspiró series animadas, figuras de acción, líneas de ropa y sí, incluso lanzó su propio álbum musical (Hulk Rules).
Para toda una generación, Hulk no era simplemente un luchador—era un superhéroe viviente.
La gran traición: Hollywood Hogan y el New World Order (Nueva Orden Mundial)
Todo cambió en 1996.
En Bash at the Beach, Hogan hizo lo impensable: se volvió villano. Esta transformación impactante marcó un momento revolucionario en la lucha moderna. Se unió a Scott Hall y Kevin Nash para formar la NWO (New World Order, aunque inicialmente Hogan le llamó «New World Organization» durante una entrevista con Mean Gene Okerlund en Bash at the Beach), reinventándose como Hollywood Hogan.
Ese momento fue devastador y emocionante a la vez. Para quienes crecimos con el héroe de rojo y amarillo, verlo vestido de negro, traicionando su legado, fue como presenciar a Superman quemar su capa. Pero funcionó: Hogan volvió a dominar la industria, esta vez como el villano más influyente del espectáculo.
Las Rivalidades Épicas que Definieron a Hulk Hogan
Las grandes rivalidades de Hogan no eran simplemente combates; eran narrativas épicas que definieron generaciones del entretenimiento deportivo.
Macho Man Randy Savage: La traición de Los Mega Powers
La icónica alianza entre Hulk Hogan y «Macho Man» Randy Savage —conocidos como The Mega Powers— terminó siendo una de las rupturas más impactantes en la historia de la lucha libre profesional. Unidos por la gloria y carisma, dominaron la WWF como un dúo imparable… hasta que los celos comenzaron a erosionar la confianza.
El detonante fue la cercanía entre Hogan y Miss Elizabeth, la mánager y pareja de Savage, que alimentó una creciente tensión detrás del telón dorado. Todo estalló en The Main Event (febrero de 1988), cuando Savage, cegado por la desconfianza, atacó sin piedad a Hogan luego de un aparente accidente en medio de una lucha en pareja. Para el público, no fue solo una traición: fue el colapso de una hermandad.
El desenlace llegó en WrestleMania V: The Mega Powers Explode, donde las emociones estallaron sobre el ring y Hogan se alzó con el campeonato mundial, sellando una de las rivalidades más legendarias de la lucha libre.
«Rowdy» Roddy Piper: El antagonista perfecto
Si Hulk Hogan personificaba los ideales del sueño americano —fuerza, heroísmo y patriotismo— entonces Roddy Piper era su némesis perfecto: un símbolo de irreverencia que desafiaba todo lo que Hogan representaba. Con su falda escocesa, lengua afilada y actitud provocadora, Piper se convirtió en el primer gran villano de la era de Hulkamania.
Su segmento televisivo Piper’s Pit se transformó en una plataforma para desmantelar la imagen de Hogan, no solo con ataques físicos, sino con insultos punzantes que cuestionaban su autenticidad y devoción a la bandera. Esta tensión explosiva culminó en el evento que cambiaría la historia del entretenimiento deportivo: el primer WrestleMania (1985), donde Hogan y Mr. T se enfrentaron a Piper y Paul Orndorff en un duelo que trascendió el ring y se convirtió en un verdadero choque cultural.
Sting: La batalla generacional
La rivalidad Hogan-Sting representa tanto lo que fue como lo que pudo haber sido. Durante la era NWO en WCW, Sting se convirtió en el último bastión contra la invasión de Hollywood Hogan y la NWO.
Tras ser traicionado por sus compañeros (quienes creyeron que se había unido a la NWO), Sting se transformó en el misterioso «Crow»—vestido de negro, observando silenciosamente desde las vigas durante meses. Su enfrentamiento en Starrcade 1997, después de 18 meses de construcción psicológica, fue uno de los combates más anticipados de la historia.
El arte de la rivalidad
Estas rivalidades demostraron el genio de Hogan para crear conexiones emocionales auténticas. Cada combate exploró temas profundos: amistad y traición con Savage, patriotismo y autenticidad con Piper, lealtad y transformación con Sting. Hogan entendía que las mejores rivalidades se basaban en emociones genuinas, no solo en atletismo, estableciendo el «template» para todas las futuras generaciones del entretenimiento deportivo.
Las controversias que mancharon el legado
El legado de Hogan se vio gravemente empañado en 2015 cuando salieron a la luz grabaciones donde utilizaba lenguaje profundamente ofensivo y racista. En las cintas, grabadas secretamente años antes, Hogan empleó repetidamente insultos raciales contra la comunidad afroamericana, mientras expresaba comentarios despectivos sobre la relación interracial de su hija.
El escándalo fue devastador. WWE actuó inmediatamente, eliminando todas las referencias a Hogan de su sitio web, removiendo su mercancía de la tienda oficial, y borrándolo del Salón de la Fama. Sus apariciones programadas fueron canceladas y su contrato como embajador fue terminado abruptamente.
La controversia se extendió más allá del la lucha libre. Patrocinadores cortaron lazos, apariciones públicas fueron canceladas, y muchos de sus colegas en la industria expresaron su decepción y rechazo. Figuras prominentes como The Rock, John Cena y luchadores afroamericanos condenaron públicamente sus comentarios.
Aunque Hogan pidió disculpas públicas varias veces, reconociendo que sus palabras fueron «inexcusables» y que había «decepcionado a todos», el daño a su reputación fue profundo y duradero. La comunidad de la lucha libre y muchos fanáticos, especialmente aquellos de la comunidad afroamericana, sintieron que las disculpas llegaron demasiado tarde y fueron insuficientes.
Este episodio sirvió como un doloroso recordatorio de que incluso los íconos más grandes pueden caer de la gracia pública cuando se revela su verdadero carácter fuera del personaje público.
A pesar de las controversias, fue readmitido al Salón de la Fama y continuó haciendo apariciones esporádicas en WWE y eventos públicos. Su influencia nunca se desvaneció por completo.
Hasta el final, se mantuvo activo: en mayo de este año lanzó Real American Freestyle, una liga de lucha olímpica amateur. Su primer evento estaba programado para el 30 de agosto.
Un ícono eterno
Hulk Hogan fue, indudablemente, una figura compleja: carismático y controvertido, amado y criticado, héroe y villano. Pero su huella en la lucha libre y en la cultura popular es innegable.
Desde el niño que le gritaba «¡Hulkamania de por vida»! en la fila del coliseo hasta el adulto que recuerda con nostalgia sus gritos de «¿Qué vas a hacer cuando Hulkamania se desate sobre ti»?, hoy todos sentimos que se ha ido una parte de nuestra infancia.
Descansa en paz, Hulk Hogan.
Gracias por hacernos creer que los verdaderos superhéroes existían… aunque fuera solo los sábados por la mañana.
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