Por Emmanuel Espinal
22 de abril del 2020
Este Día de la tierra 2020 es uno en el cual el mundo se está recuperando un poco mientras los seres humanos estamos en cuarentena sin seguir el desenfreno contaminante. En Europa y Asia la polución de nitrógeno ha bajado hasta alrededor de 40%; las góndolas en Venecia se mecen en agua cristalinas y hasta peces bailan a su alrededor. Pero eso es solo un alivio mínimo. Tomando la ocasión para recomendar un documental dirigido por José María Cabral que con Nashla Bogaert y su esposo David Maler le dan el comienzo de la conversación a un problema que cómo se subtitula es «una mirada local, de un problema global». Aquí una crítica de Isla de Plástico de Cacique Films que desde el 19 de marzo ha estado gratis por YouTube.
El documental es un viaje investigativo y narrativo de José María Cabral y Nashla Bogaert de cómo los desechos plásticos de los vertederos llegan a cuerpos de agua que desembocan en el mar. Dentro del viaje se ve el vaivén de culpabilidad entre los políticos y las compañías que están tratando de contra restar el problema buscando soluciones como Parley for the Oceans y Capobianco Soluciones Ecológicas. Dentro de los vertederos, además de la basura y plásticos, encontraron las manos de intereses que no le interesa que cambien las cosas porque se benefician del «status quo», el cinismo de ministros de medio ambiente, portavoces de industria y gerentes de reciclaje y el capitalismo de consumir.
El largometraje empieza mostrándonos un fuego provocado en el vertedero de Duquesa el 2 de abril del 2018, donde las olas del humo arropaban las comunidades aledañas con polución del aire. Ahí nos encontramos como mienten los políticos sobre el mismo tema en la cara de Francisco Flores Chang, Ministro de Medio Ambiente quien mintió al preguntarle si los lixiviados llegaban a un cuerpo de agua. ¿Por qué mentir sobre algo que ellos simplemente pudieron comprobar caminando?
Después vemos el otro lado de la moneda en los efectos de la contaminación a los animales silvestres como los camarones que aparecen muertos por kilómetros en las playas de Samana. En el Río Ozama una sobre producción de lila silvestre por la contaminación de 200 cañadas que desembocan en el. Por último el problema de las tortugas marinas de las cuales 3 de 5 especies que son endémicas del país están en peligro de extinción.
Las tensiones entre conservar el medio ambiente y los intereses de quienes se lucran se ven a doquier. Los ejemplos del vertedero de Rafey en el cual entre fuegos y tiros Abel Martínez y los que reciclan para un sustento viven en tensión constante. Se ve hasta en la agresividad de Adalberto Crisóstomo, Gerente General de Cilpen Global una compañía de reciclaje, al preguntársele que porcentaje realmente se recicla actualmente. Aparte de las tensiones entre preservar y los intereses capitalistas hay una gama de portavoces que con cinismo no ven problemas drásticos en el sistema actual. Ese es el caso de Circe Almanzar que es Portavoz Industrias Manufactureras/ Vice Presidente AIRD. Hablando del mercado negro que existe de RD, por la informalidad y contrabando de foam hacia Haití ya que el foam fue prohibido en el 2013 allí y es un delito en lavado de activos en RD, ella solo se rió. Incluso cuando se le dijo que se encontró foam por doquier en Haiti, solo dijo «que bueno, producción nacional» entre carcajadas.
Pero dentro de este vertedero de tensiones también se encuentra un tesoro como lo es el saber que un Club de Madres en Las Placetas del municipio de San José de las Matas en la provincia de Santiago de los Caballeros, se ha encargado de ser un ejemplo global del proyecto Basura Cero. Este pueblo es el más limpio del país y ha logrado serlo por más de diez años. Isla de Plástico no responde cada pregunta que hay del problema pero si es el comienzo de la conversación a conciencia de que debemos buscar soluciones viables. Es que no podemos dejar lo que dice José María , «un problema de todos, pero responsabilidad de nadie» en la manos que esta actualmente para que deje de llegar a la Playa San Gil esa isla de plástico flotante. Como exhorta el documental, al final «ESTE NO PUEDE SER EL FUTURO», y como el futuro del ser humano es el presente es ahora que tenemos que hacer algo. El primer paso puede ser el ver el documental para comenzar la conversación y el cambio a un mejor mundo.
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