Por ESENDOM
21 de julio de 2025
Puntos claves
Dos nacionales dominicanos confrontan acusaciones penales en EE.UU., intensificando el discurso contra los inmigrantes.
Miguel Francisco Mora Núñez, de 21 años, enfrenta cargos por atacar a balazos a un oficial federal que no estaba de servicio en Nueva York.
Santo Beato Aybar-Aybar, de 49 años, recibió sentencia por retornar ilegalmente a territorio estadounidense después de haber sido expulsado en tres ocasiones.
Ambos episodios son instrumentalizados por personalidades como el presidente Donald Trump para alimentar discursos de rechazo hacia los inmigrantes.
Dos dominicanos han puesto nuevamente al país bajo el escrutinio mediático estadounidense, en un momento donde el clima político se torna cada vez más adverso hacia la población migrante. Miguel Francisco Mora Núñez y Santo Beato Aybar-Aybar, ambos con expedientes delictivos en territorio norteamericano, se han convertido en munición para quienes argumentan que las políticas migratorias vigentes han sido un rotundo fracaso.
EMora Núñez, quien ingresó de manera irregular al país en 2023, acumulaba ya un prontuario que incluía episodios de violencia intrafamiliar, hurtos y una directriz de expulsión sin ejecutar. A pesar de estos antecedentes, permaneció en libertad hasta verse envuelto en un enfrentamiento armado contra un efectivo de la Patrulla Fronteriza en un parque de Manhattan. El oficial, aunque resultó lesionado, logró responder al ataque y herir a Mora, quien actualmente permanece detenido.
En tanto, Santo Beato Aybar-Aybar, de 49 años, fue sentenciado en Boston por haber retornado de forma clandestina luego de tres expulsiones previas. El dominicano, capturado en Lawrence, Massachusetts, se expone a una condena de hasta dos décadas en prisión seguida de una nueva deportación.
¿Qué riesgos enfrenta la comunidad dominicana?
Aunque estos incidentes constituyen casos excepcionales dentro del universo de más de dos millones de dominicanos establecidos en EE.UU., medios de comunicación y figuras políticas como Donald Trump los exhiben como evidencia de una «invasión criminal». Trump, a través de su plataforma Truth Social, describió a Mora como un «monstruo ilegal» y declaró que «los demócratas han inundado el país de criminales».
Sin embargo, la interrogante fundamental persiste: ¿cuál es la responsabilidad del aparato institucional que permite la circulación libre de individuos con historiales delictivos? ¿Y de qué manera puede la comunidad dominicana prevenir que unos pocos casos aislados manchen el sacrificio, la contribución y la honorabilidad de la inmensa mayoría?
Interrogantes cruciales:
¿Cuáles fueron las razones por las que Mora Núñez evadió la deportación tras repetidos arrestos?
¿Evidencian estos episodios más bien las deficiencias del aparato migratorio estadounidense que las características del inmigrante?
¿Cuál es el nivel de responsabilidad del Estado dominicano en la formación y acompañamiento de sus connacionales en el extranjero?
¿De qué forma estas narrativas perjudican a los dominicanos que respetan las leyes y contribuyen positivamente a la sociedad estadounidense?
La comunidad dominicana no puede permitirse callar. Estos casos deben servir no para estigmatizar, sino para exigir justicia, coherencia institucional y políticas migratorias que distingan entre el delito y la dignidad.
