Estampas de Santo Domingo a Nueva York
Entre las loterías ilegales en Santo Domingo se encuentran la “caraquita”, lotería proveniente Caracas, Venezuela y el “palé”. Tengo entendido que aquí en Nueva York se juega el palé y que también inmigrantes latinos de otras nacionalidades lo juegan.
“Colectando números” por Rafael de la Cruz
4 de agosto, 2010
Los juegos de azar son pan de cada día en los países de Latinoamérica y el Caribe. Lo mismo sucede con el hambre y demás necesidades materiales. La mayoría de la gente humilde y trabajadora juega a los “numeritos” por necesidad y muchas veces se aferran al juego de la suerte por el simple hecho de que no ven una solución a la pobreza en la que crecen, se reproducen y mueren. Existen otras causas que la sicología puede diagnosticar.
En Republica Dominicana, la lotería es administrada por el gobierno. Es un negocio del estado. Algo así como un vampiro que chupa sangre al pueblo. Aquí en la Gran Manzana sucede lo mismo. La gente juega a la Lotto; pierde y al final, el impuesto recaudado va a las arcas del gobierno.
Pero la gente no es boba y pone resistencia al/los vampiro(s). Es cuando entonces la gente usa la creatividad, la creatividad popular para ser más precisos, y se inventa sus propios juegos de azar para sacar más provecho a la Lotería Nacional o a la Lotto. Se inventa las loterías ilegales que no le pagan al gobierno y de las que se benefician muchas familias humildes y clase media ya que pueden hacer un “negocito” desde casa. También se benefician “tiburones” o “vivos” que engañan a más de uno. Son como una versión de menor envergadura del gobierno.
Entre las loterías ilegales en Santo Domingo se encuentran la “caraquita”, lotería proveniente Caracas, Venezuela y el “pale”. Tengo entendido que aquí en Nueva York se juega el pale y que también inmigrantes latinos de otras nacionalidades lo juegan.
En la isla, generalmente las mujeres están a cargo de las loterías ilegales pero se dan casos en que hay hombres trabajando la chamba. En la Gran Manzana hay muchos hombres que “colectan números” para subsistir. No solo dominicanos pero Puertorriqueños. Fuese como fuese, se buscan la vida sin dejar atrás los hábitos y costumbres que prevalecen en el terruño. Es una forma de independencia y supervivencia con miras al resistir el vampiro de allá y el vampiro que tenemos aquí.