Los Poderosos Escriben
El diario secreto del Cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez
18 de abril, 2010
Lunes
El desayuno con el presidente estuvo fuera de serie: vino blanco, comida francesa, quesos de todos tipos; de los hediondos que aguan el paladar y de colores que ni sabían existían. Qué buena forma de comenzar la jornada.
Martes
Redactando la defensa de la iglesia ante los ataques de la prensa internacional. A ver si caen en el gancho. Hemos recibido instrucciones desde la Santa Sede de esquivar el tema de las violaciones sexuales de niños con el tema del aborto. Calificar a los doctores de carniceros como la vez aquella que se pusieron en contra de la nueva constitución. Eso polarizará la opinión pública a ver si nos dejan de embromar con las babosadas de pedofilia en la Iglesia Católica como si en otras religiones no pasara lo mismo. No somos los únicos, carajo.
Miércoles
A la piscina esta tarde. Cojollo, tengo que relajarme un poco. Los ataques de la prensa me están sacando de quicio. Llamar al doctor para que me inyecte Botox. Que rico. Cena con empresarios de la construcción esta noche. Que rico. Comida, comida. Vino, Whisky y más. ¡A gozar se ha dicho!
Jueves
Parece que el tema del aborto no polarizó. Bueno, siempre se puede recurrir a algo más controversial y actual con malicia: por eso me pagan. Para distraer, me pagan para distraer. Reunión directores de periódicospara que me publique mis quejas acerca del Parque Duarte. Ese parque está lleno de basura, de homosexuales y prostitutas. La calle El Conde es un vertedero humano. Le voy a dar duro al reggaetón y al rap. Son todos unos criminales. Es pura candela que viene para todos esos homosexuales y drogadictos y raperos. Que le sirva de lección a la prensa: con la Iglesia no se juega.
Bendecido sea Leonel. Bendecido sea Hipólito. Bendecido sea Figueroa Agosto. Bendecida sea la Casa Vicini. Bendecida sea la torre Atiemar.
Viernes
Esta ha sido una semana trágica para la Iglesia. Entristecedor el hecho de que la prensa nos saque los trapitos sucios. Es como si nadie los tuviera. Carajo […] Nuestros esqueletos son nuestros y se quedan aquí, mas respeto.
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Recopilado por Carabela García para Esendom