Por Nelson Santana
30 de junio de 2025
Read in English: Wander Franco: Justice that Transcends Borders and Dignity
Una sentencia histórica que redefine los límites del poder en República Dominicana
En las tierras donde nacen campeones que conquistan diamantes internacionales, donde el talento deportivo se ha convertido en pasaporte hacia la gloria mundial, una sentencia judicial ha resonado con la fuerza de un despertar necesario. El caso de Wander Samuel Franco Ayala, otrora estrella ascendente de los Tampa Bay Rays, ha marcado un antes y un después en la aplicación de la justicia dominicana, demostrando que ni la fama ni la fortuna pueden erigirse como escudos ante la ley.
El veredicto que sacudió
El Tribunal Colegiado de Puerto Plata emitió una decisión que supera las fronteras jurídicas convencionales para transformarse en manifiesto ideológico fundamental: Franco fue declarado culpable de abuso sexual y explotación comercial de una menor, recibiendo una condena de dos años de prisión suspendida, acompañada de la prohibición categórica de aproximarse a menores con intenciones sexuales.
Pero la justicia no se detuvo ahí. En una demostración de que la complicidad no encuentra refugio en los lazos familiares, Martha Vanessa Chevalier, madre de la víctima, fue sentenciada a diez años de prisión por explotar sexualmente a su propia hija y lavado de activos.
““Ni la fama ni la fortuna pueden erigirse como escudos ante la ley.””
Cuando el poder económico se estrella contra la dignidad humana
La historia de Franco representa una narrativa tristemente familiar en nuestras comunidades: un joven de 21 años que inició una relación con una menor de 14, aprovechándose de las vulnerabilidades socioeconómicas que caracterizan a muchos sectores de nuestra sociedad. En contextos donde la pobreza puede nublar el juicio y donde el dinero fácil seduce a familias desesperadas, estas situaciones encuentran terreno fértil.
Sin embargo, este caso ha establecido una línea inquebrantable: el consentimiento de una menor jamás puede ser válido, sin importar las circunstancias económicas, los regalos ofrecidos, o los acuerdos establecidos con adultos que deberían ejercer funciones protectoras.
By Casey Aguinaldo - Own work, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=133274306
La maternidad pervertida: cuando quien debe proteger se convierte en explotador
Uno de los aspectos más perturbadores del caso radica en el papel desempeñado por Chevalier. Según determinó el tribunal, ella no solo permitió la relación abusiva, sino que la monetizó activamente, presionando y chantajeando a Franco para obtener beneficios económicos a cambio de mantener el acceso a su hija.
La jueza Jakayra Veras fue contundente al establecer que la maternidad no constituye un manto de inmunidad cuando se lucra mediante el abuso. Esta madre transformó a su propia hija en mercancía, utilizando los recursos obtenidos ilícitamente para actividades de lavado de dinero, pervirtiendo así el rol sagrado de protección maternal.
Más allá del diamante: una lección para la sociedad dominicana
Este no es simplemente el caso de un atleta que vio truncada su carrera prometedora; es un espejo que refleja las complejidades y contradicciones de nuestra sociedad. El proceso judicial ha capturado la atención de medios internacionales y ha generado reflexiones profundas en los círculos deportivos, legales y sociales.
La sentencia envía un mensaje inequívoco: República Dominicana no puede seguir siendo una nación donde la justicia opere con criterios diferenciados según el estatus social o económico del imputado.
Llamado de atención multisectorial
Este caso constituye una advertencia dirigida a múltiples actores sociales:
A los atletas y figuras públicas: El éxito deportivo o la popularidad no otorgan licencias para transgredir los límites éticos y legales. El talento no es sinónimo de impunidad.
A las familias vulnerables: Ninguna necesidad económica justifica la instrumentalización de menores. La protección de nuestros hijos debe prevalecer sobre cualquier beneficio material.
A las instituciones: La responsabilidad de proteger a los menores es colectiva y requiere vigilancia constante, investigación seria y aplicación rigurosa de las leyes existentes.
Las consecuencias van más allá de lo judicial
Aunque Franco evitó el encarcelamiento efectivo, las repercusiones de sus acciones se extienden mucho más allá del ámbito legal. Su carrera en las Grandes Ligas ha quedado virtualmente destruida, con pocas probabilidades de obtener las visas necesarias para continuar su carrera profesional en Estados Unidos. El costo reputacional es incalculable y las consecuencias deportivas, irreversibles.
Un precedente necesario para el futuro
Lo verdaderamente significativo de este caso radica en su potencial como precedente. Esta sentencia debe servir como faro de advertencia para futuras situaciones similares: en República Dominicana existen leyes diseñadas para proteger a los más vulnerables, y estas leyes se aplicarán independientemente del apellido, la cuenta bancaria o la fama del transgresor.
Reflexión final: justicia como herramienta de transformación
La aplicación efectiva de la justicia en este caso no solo ha protegido los derechos de una menor específica; ha enviado un mensaje transformador a toda la sociedad dominicana. Cuando las instituciones funcionan correctamente y las leyes se aplican sin discriminación, la justicia se convierte en una poderosa herramienta de cambio social.
En República Dominicana hay leyes que protegen a nuestros menores. Y estas leyes, cuando se aplican con firmeza y equidad, pueden construir una sociedad más justa para todos.
Esta sentencia no marca el final de una historia trágica, sino el comienzo de una nueva era donde la protección de los más vulnerables prevalece sobre cualquier consideración de poder, fama o influencia. Es una victoria no solo para la víctima directa, sino para todos los menores dominicanos que merecen crecer en un entorno donde sus derechos sean respetados y protegidos por el estado de derecho.
Breve biografía de Wander Franco
Wander Samuel Franco Aybar, conocido como "El Patrón", nació el 1 de marzo de 2001 en Baní, República Dominicana. Proveniente de una familia con una fuerte tradición beisbolera, su padre jugó en ligas menores y sus tíos Erick y Willy Aybar fueron figuras en las Grandes Ligas. Sus hermanos también han estado vinculados al béisbol profesional.
Franco firmó con los Tampa Bay Rays en 2017, siendo uno de los prospectos internacionales más codiciados de su generación. Debutó en las Grandes Ligas en 2021 y rápidamente se consolidó como una promesa del béisbol, rompiendo récords de embasamiento y firmando un contrato de 11 años por $182 millones, el más lucrativo en la historia para un jugador con menos de un año de servicio.
En 2023 fue elegido al Juego de Estrellas, pero su carrera dio un giro drástico al ser investigado por mantener una relación con una menor de edad. En julio de 2024 fue acusado formalmente y en junio de 2025 fue declarado culpable de abuso y explotación sexual de una menor. La sentencia de dos años de prisión fue suspendida, pero las repercusiones legales y sociales lo han dejado fuera del béisbol profesional y con serias restricciones para regresar a Estados Unidos.
Lo que alguna vez fue una historia de superación y gloria deportiva, hoy es una advertencia sobre los límites de la fama frente a la ley.