Por ESENDOM
24 de julio de 2018
En estos tiempos de nuevas tecnologías, un tuit es como una imagen: una imagen que dice más que mil palabras. Sin contexto, vacía. Un tuit es el peor enemigo del pensamiento crítico.
Poco a poco la plataforma cibernética Twitter se ha convertido en una plataforma de difusión propagandística de sectores conservadores. Twitter y otros medios son, sin duda alguna, plataformas de desinformación masiva.
El 15 de julio Ramón Núñez Ramírez, una de las bocinas emblemáticas del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), se dio la tarea, como lo ha hecho en otras ocasiones en defensa del PLD, de propagar información falsa. Esta vez arremetió en contra los grupos de derechos humanos y organizaciones progresistas que defienden a los inmigrantes de origen haitiano y luchan por el derecho al aborto:
Con este tuit, Núñez Ramírez se sitúa al lado de sectores racistas y xenófobos en República Dominicana que aprovechan de la falta de información y al mismo tiempo, del muy arraigado sentimiento nacionalista para sacarle provecho político al miedo. Apoyar a sectores vulnerables de la población como son los dominico-haitianos y los inmigrantes no es parte de una conspiración internacional ni nada por el estilo. Es una lucha por derechos civiles que el estado dominicano en complicidad con el PLD y los Nazionalistas, insisten en vulnerar.
A la misma vez, Núñez Ramírez repite los mismos ataques de grupos religiosos en contra del movimiento feminista a que acusan de ser parte de una conspiración internacional para destruir la familia tradicional.
Sugerir que personas individuales u organizaciones que dan la cara por derechos básicos o civiles reciben financiamiento del exterior es sólo una acusación que pretende callar el activismo por una sociedad más justa.
Es presentar el activismo en contra del racismo, la xenofobia y la opresión de la mujer como un plan malévolo de fuerzas extranjeras, grandes potencias y grupos turbios. El tuit de Núñez Ramírez existe para ocultar la gran explotación y opresión que sufren miles, millones de personas en Santo Domingo. Su mensaje emitido por las redes sociales busca un chivo expiatorio desde la más rancia xenofobia con el fin de propagar ideas conservadoras, dividir y polarizar a la población y crear pánico y miedo.
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