ESENDOM

Cultura y conciencia

Estampas: La medicina popular

ESENDOM

Estampas de Santo Domingo a Nueva York

La medicina popular por Rafael de la Cruz

7 de julio 2010

Al salir de la isla, los dominicanos del campo y la ciudad que trabajan por un salario para subsistir se llevan pocas posesiones materiales en su travesía a la Gran Urbe. Algunos no pasan de un cepillo de dientes y fotografías en mal estado de familiares y amigos. Los inmigrantes también traen consigo memorias del barrio o paraje al que algún día regresarán si les “va bien” en el exterior.

Entre otras memorias que trae el dominicano a Nueva York, las cuales son parte de su identidad cultural y espiritual, se encuentran conocimientos populares en torno a la curación de enfermedades y dolencias o “penitas” que  forman parte del legado Africano en la isla y en toda la región caribeña.

La inmensa e inimaginable variación del mundo natural es el eje central de la medicina popular en África y otras regiones del mundo. Es ese legado el que nutre la medicina popular dominicana que puede curar “penitas” tales como problemas menstruales, resfriados, dolores musculares, asma, problemas estomacales y cientos y cientos de dolencias.

Los inmigrantes dominicanos que practican la medicina popular no practican “la brujería” como nos hacen creer los altos jerarcas de la iglesia católica y algunas sectas protestantes. Lo que sucede es que el cristianismo está perdiendo adeptos en nuestro país y que mejor idea que descalificar las prácticas populares de nuestros ancestros. (Cabe notar que la jerarquía está compuesta en su mayoría por blancos descendientes de europeos).

La medicina popular tampoco les conviene a los mercaderes de la salud que le sacan un ojo a cualquiera por una consulta.

Si se sigue practicando la medicina popular dentro y fuera de la isla, es porque de alguna manera sirve sus propósitos. Con la medicina popular, se mantiene viva la identidad antillana en esta ciudad que donde enfermarse sale muy caro.