Crítica de 'La Barbería': Barbaridades realistas dentro una barbería dominicana en NY
Por Nelson Santana
22 de febrero 2011
La autenticidad de la primera obra que captura una verdadera historia de los dominicanos en Nueva York
La barbería, o una peluquería, es un lugar social donde se reúnen diferentes tipos de personalidades sin importar estatus socioeconómico. Es ahí en donde se juntan los trabajadores de factoría, abogados, estudiantes, criminales, policías, los famosos y esos que buscan la fama, los tigueres del barrio, lo bueno y lo malo de la comunidad. Al fin y al cabo, la barbería sirve de hospedador para que sus habitantes puedan discutir la política, mujeres, música, y la pelota entre algunos de los temas más debatidos.
‘La barbería’ es una obra teatral que cuenta la historia de la afluencia mutua entre unos peluqueros, sus clientes, y otros individuos que llegan a juntarse en una peluquería. El dilema principal del protagonista, Beny, interpretado por el actor veterano de Hollywood, Manny Pérez, está en si debe o no venderle el edificio en que él y su hermana heredaron de sus padres, al antagonista agente de bienes raíces.
Poniendo la comedia aparte, ‘La barbería’ trata temas serios y dolorosos los cuales se discuten poco pero que a la vez están integrados a la vida diaria de los dominicanos: el tiguere dominicano, la identidad, y la asimilación de un inmigrante en otro país entre otros temas. Sin embargo, el dilema principal de Beny es la realidad que han enfrentado y que actualmente enfrentan muchos dominicanos – irse de su vecindario de Washington Heights dejando atrás todas las memorias de su primer hogar en Nueva York[1]. La mayoría de dominicanos se van por el alto costo de vida – la alta renta – mientras que el dilema de Beny es vender su edificio, donde reside su familia y el local de su barbería, Barbería el Mago.
David Maldonado y Arí Maniel Cruz, los escritores, y Waddys Jaquez, el director de la obra tomaron buenas notas e hicieron un excelente trabajo de investigación acerca de los dominicanos para crear una auténtica obra sobre la experiencia de los dominicanos que residen en el vecindario de Washington Heights. La obra es auténtica porque captura la esencia de los dominicanos: desde los detallitos más básicos como los pueblos dominicanos[2], hasta los detalles más complicados como los acentos de cada personaje. La obra toma lugar en una barbería, entonces es lógico que el escenario refleje tal lugar. Sillas de barberos, espejos y casi todos otros elementos que componen una barbería son incluidas en el escenario. Posiblemente sea esta la primera vez en la historia que se escribe una historia, una obra sobre la experiencia de los dominicanos en el exterior en donde se relata esa experiencia con precisión.
‘La Barbería’ cuenta con un excelente elenco, de los cuales sobresalen Mateo Gómez (Tío Cheo), Ruperto Vanderpool (El Bachatero/Policía) y Modesto Lacen (Correo). Ruperto Vanderpool es mejor conocido por los papeles que ha envuelto como comediante, sin embargo, aparte de robarse el “espectáculo” como comediante, también demuestra su talento como un actor al interpretar el papel de un policía jamaiquino, una de las sorpresas que deja al público sorprendido. Claro, es su actuación como El Bachatero que mata a la audiencia a carcajadas, ya que es un papel que lleva años perfeccionando[3].
Tío Cheo y Correo son los dos personajes que mantienen la fluidez de la dominicanidad durante la obra, aunque los actores que los interpretan no son de descendencia dominicana[4]. Cheo es el prototípico tío dominicano con un carácter fuerte pero a la vez un hombre amable, responsable y a veces terco; y que guarda un secreto familiar. Correo es el mensajero de la barbería – el empleado que se encarga de buscar la comida, barrer los pelos del piso, al fin y al cabo, de hacer todos los “mandados”. Mientras el protagonista Beny y su hermana, Nurys, representan a los dominicanos nacidos y criados en Nueva York con las oportunidades de estudiar y tener más éxito que sus padres, Correo representa al dominicano trabajador que vive su vida con alegría para olvidarse de sus penas.
Lo malo y lo feo
Aunque la obra cuenta con estupendos actores, también tiene dos individuos – Nurys y Papi Chulo – quienes no les lucen su papel, ya que aunque sean personajes dominicanos, para la audiencia se les hace difícil creer que son dominicanos. Iván Camilo desarrolla un papel fenomenal en su actuación como Papi Chulo, sin embargo, su vestuario y en ciertos instantes hasta su dicciónno es consistente con lo que es un barbero dominicano, y mucho menos un “tiguere” dominicano. Por otro lado, su impecable actuación eclipsa sus calidades negativas. En el caso de Nurys, interpretada por Sunilda Caraballo, su personaje es bastante débil. Para ser el personaje de una estudiante que se quiere desenvolver en la industria de moda, el vestuario de Nurys muestra todo lo contrario, ya que la imagen presentada es esa de una joven descuidada. Para ser una dominicana nacida y criada en Nueva York, su acento es más puertorriqueño que dominicano. La única ventaja que Caraballo les lleva a sus colegas es que es la mejor vocalista entre todos.
Durante ciertos segmentos, los actores cesan de hablar y empiezan a cantar como si ésta fuera una obra de Broadway[5], siendo tales instantes algunos de los momentos más dolorosos para los oídos del público, ya que ningunos de los actores, con la excepción de Nurys, tiene la capacidad para atraer al público con su voz. En el caso de Vanderpool, su papel como comediante sobresale tanto que a la audiencia no le molesta su canto ya que su vestuario y barbaridades los distrae de su mal canto.
La autenticidad de la primera obra que captura una verdadera historia de los dominicanos en Nueva York
Aparte de ser una obra que entretiene al público, ‘La Barbería’ también presenta algunos de los tabúes entre los dominicanos y problemas que afectan a los dominicanos que residen en Nueva York. Se puede decir que por primera vez se ha presentado una entretenida obra teatral que de manera exacta cuenta una historia sobre un grupo de dominicanos que residen en lo que verdaderamente es Washington Heights, sin perjudicar la realidad de la verdadera historia.
[1] Tradicionalmente, en Estados Unidos el vecindario que constituye más residentes de descendencia dominicana es Washington Heights en la ciudad de Nueva York. En la actualidad, por razones económicas, muchos dominicanos se han mudado a otros lugares incluyendo el condado de El Bronx, adyacente de Manhattan, o ciudades como Reading y Allentown en Pensilvania, donde la hipoteca de una casa cuesta menos que la renta de un apartamento en Nueva York.
[2] Durante uno de sus monólogos, Correo le explica al público que él es de Moca, República Dominicana y no de Moca, Puerto Rico.
[3] El personaje de El Bachatero que interpreta Ruperto Vanderpool es basado en el bachatero Antony Santos, también conocido como El Mayimbe. Este personaje de Vanderpool llegó a prominencia en el 2007 en el concierto “Kings of Bachata” del grupo Aventura en la arena del Madison Square Garden en Nueva York.
[4] Aunque nacido en Estados Unidos, Modesto Lacen es de descendencia puertorriqueña.
[5] ‘La Barbería’ es una obra Off-Broadway (fuera de Broadway). Las obras Broadway toman lugar en la avenida Broadway en Manhattan, Nueva York. Tales obras como ‘La Bella y la Bestia’ y ‘In The Heights’ son musicales que toman lugar en Broadway.