Un aspecto muy poco conocido del que fuera uno de los artistas dominicanos de más renombre internacional en los últimos 25 años es su participación en la actividad política como brigadista internacionalista.

El hecho occurió a finales de los años 70 cuando el fenecido artista se involucró con la campaña latinoamericana e internacional en solidaridad con la revolución Sandinista en Nicaragua que puso fin a la dictadura somocista. Eran tiempos de cambios a nivel internacional. Mientras tanto, Santo Domingo transitaba por una apertura política y cultural a raíz de la derrota electoral del régimen autoritario de Joaquín Balaguer.

En un texto titulado «A Tony Capellán» y enviado a través de correo electrónico a activistas, personas que forman parte de su círculo de amistades, así como al personal diplomático nicaragüense, Hugo Cedeño, sociólogo, escritor, militante de izquierda y ex presidente de la Federación de Asociaciones de Profesores de la UASD (FAPROUASD), relata aspectos muy pocos conocidos de Tony Capellán:

«A las 7 y 7 de la mañana de hoy 30 de diciembre leyendo un periódico de circulación nacional acabo de enterarme que Tony Capellán falleció a los 62 años».

«Lo conocí en 1979 cuando organizamos la Brigada Gregorio Urbano Gilbert para participar en la Campaña Nacional de Alfabetización en Nicaragua».

La Brigada Gregorio Urbano Gilbert recibió ese nombre en honor a Gregorio Urbano Gilbert, luchador anti-imperialista que enfrentó a los marines durante la primera invasión norteamericana en 1916. Cedeño explica como Tony Capellán se integró a la brigada dominicana en Nicaragua:

«Tony se integró a la brigada en representación del Partido de la Liberación Dominicana y participó activamente en todas las actividades organizativas y políticas previas al viaje que realizamos hacia la tierra de Sandino en un avión de la Compañía Dominicana de Aviación facilitado por el gobierno que encabezó Don Antonio Guzmán.»

El autor de la misiva se refiere al antiguo Partido de la Liberación Dominicana (PLD), una organización completamente distinta a la que lleva ese nombre hoy en dia. En aquel entonces, el antiguo PLD tenia una linea politica más progresista y solidaria, y se ubicaba más a la izquierda de los partidos tradicionales.

En su relato, Cedeño aporta nuevos datos del trabajo de los brigadistas dominicanos y Tony Capellán:

«Una vez en Nicaragua, la Brigada Gregorio Urbano Gilbert fue enviada a San Francisco Libre y sus distintas comunidades, no sin antes recibir las instrucciones pedagógicas y políticas sobre la gran tarea a realizar entre campesinos y campesinas de la zona».

«Como Segundo al Mando de la Brigada me tocaba visitar a los compañeros y compañeras a sus distintos lugares.  Era mi responsabilidad dotarlos de los productos necesarios para su higiene personal y evaluar su desempeño como educadores (as)».

«En una de las tantas visitas, pude observar que Tony había integrado a la enseñanza sus cualidades artísticas. También se había integrado a las labores agrícolas de "la familia" donde le tocó vivir. Así como lograr la meta asignada, cuando antes de finalizar la jornada, había enseñado a leer y escribir a todos sus alumnos y alumnas».

Hugo Cedeño también describe la sensibilidad humana que caracterizaba a Capellán quien, sin duda alguna, fue uno de los exponentes claves de la instalación artística en la República Dominicana:

«Tony era de poco conversar, simpático y culto. Con facilidad se ganaba a los y las demás personas. Por eso pudo integrarse sin problemas con las personas de "carne y hueso" con quienes compartía. No era fanático como militante, mucho menos polémico, aunque tampoco conservador».

El profesor Cedeño termina su exposición haciendo constancia del buen papel ejercido por el brigadista Tony Capellán en la Nicaragua revolucionaria durante la campaña de alfabetización:

«[…] puedo testificar que Tony representó en Nicaragua dignamente tanto al partido que los designó como a la Brigada Gregorio Urbano Gilbert y con ella a los dominicanos y dominicanas que hicimos nuestra la Revolución Sandinista en aquel momento».

Este testimonio de Hugo Cedeño no es solo un tributo a la memoria del respetado creador dominicano pero un nuevo aporte para comprender los lazos solidarios entre Nicaragua y Santo Domingo, y dilucidar en parte acerca de la trayectoria de Tony Capellán y su pensamiento estético enraizado en un innegable compromiso social.

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