Colao valida el cine dominicano
Por Emmanuel Espinal
8 de febrero de 2018
Desde el comienzo del colonialismo el café y la emigración han sido parte del «Nuevo Mundo» en Quisqueya la bella. La película Colao fusiona los dos elementos para diluirnos en su guión bien elaborado bajo la dirección de uno de nuestros mejores actores, Frank Perozo que hace su debut cómo tal. La historia se trata de un campesino llamado Antonio, que deja la tranquilidad del campo, yéndose a la caótica capital (metafóricamente el caos que causa el amor) en busca de una esposa. La trama es narrada en dos puntos de vista, de dos hermanos Rafael y Felípe personificados por Raymond Pozo y Miguel Céspedes respectivamente, que son los encargados de ayudar a su primo Antonio encontrar el amor.
Entre las ocurrencias cómicas de la vida cotidiana se desenvuelve una historia de amor entre Antonio y Laura (Nashla Bogaert). Más que una comedia romántica Colao toca un tema universal que es la migración y sus dificultades, ya que Antonio sale del mundo rural al mundo urbano. También resalta el valor familiar como instrumento vital que se ha ido perdiendo en nuestra sociedad. Nos enseña los estereotipos y las diferencias del campesino y el capitaleño dominicano más cómo conviven en armonía esas diferencias peculiares.
Para redondear los personajes están los paisajes hermosos del valle de Jarabacoa con su pureza y las vistas de la ciudad de Santo Domingo y la Zona Colonial. El último componente es la música del soundtrack, ya que cuenta con los temas «La historia de un gran amor» y «Dime si es verdad» de Yovanny Polanco, «Mujeriego» de El Nene la Amenazzy, «Sólo por un beso» de Aventura, «Hace mucho tiempo» de Arcángel «La Maravilla» y «Tan sólo una hora» nominado a un Latín Grammy de Gabriel.
Colao es una película completamente dominicana en esencia pero al mismo tiempo internacional, de la mano de un guión arraigado en las peculiaridades humanas que la hace una película universal. Como no hay nada perfecto en esta tierra, Colao sufre a cause de su brevedad al contar la historia en una hora y 24 minutos, pero la verdad es que a pesar de eso valida al cine dominicano al ser una película bien elaborada. Colao es como un buen cafecito de la tarde, corto pero dulce y ameno. Es que con el aroma fresco de un café colado, así es el debut cinematográfico de Perozo, la cafeína necesaria del humor de Raymond y Miguel más el tostado y dulce sabor que le ponen la bellas Nashla Bogaert y Celinés Toribio; así haciendo el café perfecto y dando paso a una línea de Laura que dice, «Que gustico a cafe... »
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