El antiguo consenso en torno a la clase política sigue vigente hoy día. Pudimos constatar esto a través del resultado de una nueva encuesta en el Macondo dominicano.  

A la pregunta de que, si «¿votarías por un político afeitado, con barbas o con bigotes?», nos encontramos con que la mayoría de la población respondió de forma negativa.

Para la mayoria de la población una afeitada no le quita lo ladrón y cínico a nadie. Ni menos a un político. Es decir, ningún retoque, por drástico que sea, le quita las mañas y el amor a lo mal hecho a la vieja y oportunista clase política dominicana.

Llama la atención el hecho de que la encuesta haga este tipo de pregunta que denota el papel predominante de los machos en la putrefacta política dominicana. Lo cierto es que los hombres han dominado la política (o robo legalizado) desde la fundación de la república.

Pero la encuesta no termina en lo cosmético. Al preguntársele a la gente (mujeres y hombres por igual) que hacer con los políticos, «¿Tirarlos a un pozo o córtales la cabeza?», la mayoria se inclinó por la última opción. ¡Vive la France!