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Exposición dominicana después que el gigante Vladimir Guerrero entra al Salón de la Fama

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Por Emmanuel Espinal
30 de julio del 2018

Este domingo 29 de julio del 2018, Cooperstown, Nueva York, abrió y desenrolló la alfombra roja, para exaltar al hijo del pueblo de Don Gregorio en Nizao Baní: Vladimir Alvino Guerrero. Así llegaría el tercer dominicano a la gloria del béisbol de Grandes Ligas, una vez más honrando el sacrificio de muchos que no lograron la distinción pero que construyeron camino combatiendo racismo y otras precariedades. Con el apoyo de Juan Marichal y Pedro Martínez, los primeros dos dominicanos en el Salón que estuvieron presentes, más un núcleo de dominicanos que orgullosamente ondulaban sus banderas. Vladimir, que siempre fue un hombre de pocas palabras tomaría el podio para dar sus agradecimientos.

Vladimir Guerrero bienvenido al Salón de la Fama

Vladimir Guerrero es el tercer dominicano en ser exaltado al Salón de la Fama en Cooperstown. Es el primero en ser jugador de posición, ya que Marichal y Martínez fueron lanzadores. Guerrero también se convirtió en el primer jugador en representar al equipo de los Angelinos de Anaheim en el Salón de la Fama de las Grandes Ligas. De jugar vitilla descalzo en Don Gregorio, Vladdy subiría a Grandes Ligas con los Expos de Montreal donde sería compañero de Pedro Martínez bajo la tutela de Felipe Rojas Alou. Guerrero se destacó por batear de promedio alto pero con poder y por el cañón de brazo con el cual logró sacar de out a muchos corredores desde el jardín derecho. También, Guerrero consiguió la fama de tirarle y darle a todos los lanzamientos, incluyendo los malos.

En el 2003, lograría firmar con los Angelinos de Anaheim (en esos tiempos) como agente libre. Bajo la tutela de Mike Scioscia, en el 2004 logró convertirse en el Jugador Más Valioso y logró llevar a los Angelinos al banderín del oeste cada uno de sus años en Anaheim. Por último,  jugaría con los Vigilantes de Texas (2010) y los Orioles de Baltimore (2011). En 16 años en las Grandes Ligas, Guerrero bateó para un promedio de .318 con 2.590 imparables, 449 jonrones, 1.496 carreras impulsadas y 1.328 carreras anotadas. Fue nombrado nueve (9) veces al Juego de las Estrellas.

Vladimir no encajaba ya que siempre fue el diamante que brillaba por sus habilidades y ayer culminó en la entrada triunfante al Salón de la Fama en Cooperstown. Como dejaron dicho él y Martínez por Instagram «El camino fue largo pero aquí estamos, y esperando a más de los nuestros.» Desde Nizao a Cooperstown llegó el #27 como el tercer dominicano inmortalizado en el Salón de la Fama de Cooperstown.